Una generación de niños y adolescentes crece en El Puche con la esperanza de doblar el brazo al destino y reinventar una barriada castigada históricamente por la pobreza, el desempleo y la falta de oportunidades. En un entorno condenado por los constantes cortes de la luz, un grupo de jóvenes ilumina la comunidad de la mano de la Asociación Ítaca, enfocada en el trabajo comunitario con menores del barrio desde hace tres años. “Nuestra apuesta es clara, creemos en los jóvenes como agentes de cambio y de futuro, por ello, nuestro trabajo nació para centrarse en ellos y de esta manera, poder generar futuros lideres del barrio y ciudad”, explica Óscar Bleda, director de la entidad.
En la barriada residen más de 5.000 personas, con una población especialmente joven en comparación con la demografía de otras zonas de la capital. Ítaca busca romper una dinámica que castiga a los vecinos a altas tasas de desempleo, abandono escolar y, en algunos casos, marginalidad. Para ello puso en marcha hasta siete proyectos, con 120 participantes “de manera directa y continuada”.
Solo en el mes de septiembre, la ONG realizó 130 atenciones individualizadas. Muchas de ellas trascienden de las propias iniciativas, ya que la asociación se ha convertido en un salvavidas para El Puche, más allá de la edad. La pandemia evidencia este impacto comunitario. “Durante la atención, información y asesoramiento dentro del programa que desarrollamos financiado por el ayuntamiento de Almería para dar una especial respuesta por el COVID-19 llegamos a sumar cerca de 700 atenciones entre los meses de junio y diciembre de 2020”, añade Bleda.
Todas estas líneas de actuación se desarrollan dentro de los proyectos Ítaca Kids (financiado por la fundación Inocente Inocente), Proyecto Tariq Camino (financiado por el Ayuntamiento de Almería), Programa Descubre (financiado por la Diputación de Almería), Programa Semillas (en colaboración con la Fundación Finca Experimental ANECOP y UAL y financiado por la Obra Social La Caixa), Programa de Absentismo (financiado por la Delegación de Educación de la Junta).
Comunidad
Además, Ítaca mantiene abierta una línea de colaboración con la Asociación Ohana Tres Corazones, integrada fundamentalmente por vecinas de El Puche volcadas en la reivindicación de mejoras estructurales en la barriada. En los últimos meses, la entidad ha sido muy crítica con los constantes cortes de luz que sufre la zona y que esta semana apenas ha dejado unas horas de suministro.
El esfuerzo comunitario ha permitido el desarrollo de algunas iniciativas que dan empleo a los jóvenes de El Puche y reescriben el futuro de los chicos. Ítaca destaca el grupo de jóvenes de 12 a 15 años, con el que trabajan para “despertar un sentimiento crítico y proactivo para ser parte del cambio que la zona necesita”. La entidad dispone actualmente de unas instalaciones cedidas por el Ayuntamiento de Almería en El Puche sur, junto a las pistas deportivas.
Clases de castellano para la inserción
Durante el mes de septiembre los grupos de El cambio, Ítaca kids y Mujeres han retomado sus actividades. Estos equipos abarcan a medio centenar de personas de todas las edades y culturas que buscan “crear iniciativas y propuestas que reviertan en le barrio, en su mejora y transformación que tenga su visión fuera de las fronteras del barrio”. También se han reiniciado las clases de castellano, claves en la inserción social y laboral de la población de origen extranjera residente en la barriada. “Todos estos grupos nos dan a entender que el cambio ya esta afianzado, que son muchos los que quieren ayudar y sumar a este cambio”, se congratula Óscar Bleda.
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