Las personas desean sentirse integradas y parte de una cultura sana en las empresas. Las empresas desean equipos ágiles, eficientes y que quieran ser parte del progreso, pero en muchas organizaciones no se llega a encontrar el modo de hacerlo. La burocracia diaria se come los proyectos de desarrollo, el clima enrarecido deja de lado el sueño de personas felices en las organizaciones. Hablamos con Silvia García Pérez, Directora y formadora en Wings Coaching.
¿Se puede hacer algo realmente o es sólo una utopía?
Por supuesto que se puede, de hecho, existen muchas empresas que han logrado un nivel de evolución donde innovación, agilidad, bienestar y eficiencia conviven a diario. Un factor común en todas ellas es el cambio de mentalidad de las personas y la evolución en sus sistemas de organización.
Fue Carol Dwek, conocida por sus trabajos en el área de minset quién creo los conceptos de mentalidad fija y de crecimiento enfocándose en cómo se enfrenta a un reto cada uno de estos grupos. Las personas de mentalidad fija creían que su inteligencia era inmutable y las personas de mentalidad de crecimiento eran aquellas que pensaban que sus habilidades pueden mejorar con disciplina y esfuerzo. El grupo de mentalidad fija evitaba asumir riesgos para evitar fracasos y que la idea de sí mismos quedara expuesta, las personas con mentalidad de crecimiento eran curiosas, les gustaba desafiar sus niveles actuales y aprender más, el error era una parte importante de ese proceso.
¿De qué manera afecta esto a las organizaciones?
Afecta sobre todo en las relaciones humanas, una persona con mentalidad de crecimiento puede conectar con mayor facilidad con habilidades como la empatía, escucha activa y sabe que la verdadera comunicación “se aprende”. Una persona con mentalidad fija piensa que ella es así y las cosas son tal y como las ve, no deja mucho lugar a explorar otros puntos de vista y el aprendizaje colaborativo.
En una empresa donde predomina la mentalidad de crecimiento su evolución va a surgir de una forma natural, ya que esas personas van a ver cada obstáculo o reto como un área en el que pueden formarse y aprender a asumirlo. En una empresa donde predomina la mentalidad fija se habla de problemas, de falta de colaboración, de errores, pero no suele surgir una respuesta rápida para crecer a partir de esa situación, incluso muchas veces son situaciones que se repiten una y otra vez.
¿Cómo podemos trabajarlo a nivel personal?
La formación y el autoconocimiento son necesarios para crear una mentalidad de crecimiento, a veces “esa idea fija” de quienes somos o cómo son las cosas está tan interiorizada que por ti mismo no lograrías descubrirla. La formación, las dinámicas de grupo, el coaching son excelentes herramientas para detectar si tu mentalidad es fija.
Pero puedes comenzar por hacer una lista que empiece por: “yo creo”. Y cuando tengas unas 10 o 15 afirmaciones de diferentes áreas de tu vida (trabajo, amistades, autoconcepto, fortalezas, debilidades, etc.) observar durante unos días cuáles de ellas están limitando de alguna manera tu vida.
Luego, en otro folio podrías “actualizar” esa creencia por una que sea más expansiva y que te aporte más posibilidades.
¿Cuál sería la forma de trabajarlo en las organizaciones?
Formar a las personas en temas de mindset es fundamental para que tengan un marco de referencia donde explorar. Si tengo que cambiar algo, primero debo saber qué es y hacia dónde puedo dirigir mi motivación para cambiar de mentalidad. Un cambio a mentalidad de crecimiento mejora la calidad de vida a una persona en todos los ámbitos de su vida.
En segundo lugar, me gusta abordar la mentalidad de crecimiento desde la cultura organizacional. Cultura es el cómo hacemos lo que hacemos cada día, nuestros gestos, hábitos, conversaciones y el resultado de las tareas. Uno puede descubrir el tipo de cultura de su empresa sólo con pararse a respirar el ambiente durante unos minutos por la mañana.
Mi propuesta a las pequeñas y medianas empresas es crear un manifiesto donde se describan las actitudes, creencias, valores y comportamientos que la empresa va a fomentar (es un documento muy importante si se hace con consciencia) y a partir de allí trabajar en actividades lúdicas, formaciones internas, proyectos transversales donde se mantenga vivo y actualizado este manifiesto, luego se pueden reforzar iniciativas individuales para que la cultura se mantenga presente en cada puesto de trabajo.
Sé que parece fácil decirlo y no lo es, soy muy consciente de ello, pero he querido resumir una posible hoja de ruta que he trabajado a nivel individual y con algunas organizaciones. Otra forma en la que me gusta mucho abordar el tema de cultura de crecimiento es a través de proyectos ágiles, los equipos aprenden en acción cómo moldear su propia cultura, es una forma muy enriquecedora.
¿Cuenta Wings Coaching con alguna herramienta para aquellas empresas que necesiten orientación en sus primeros pasos?
Actualmente tenemos el programa “Cultura de crecimiento en 5 semanas, en tu empresa”, en este programa las empresas comienzan a abordar su mentalidad y cultura en 5 pasos. Durante esas 5 semanas aprenden un sistema de trabajo que les permite mejorar su cultura y mentalidad mientras desarrollan otros proyectos empresariales.
Algunas de las reacciones que he detectado en las empresas que ya estamos trabajando es que cuando las personas comprenden que pasa desde una mentalidad fija o de crecimiento tienen ganas de hacerlo. Si los acompañas en sus primeros pasos y logran experimentar “ese bienestar” de este tipo de mentalidad. Una vez han vivido dos o tres experiencias satisfactorias confían en el proceso de cambio y avanzan en esa dirección. Pueden solicitar información de este programa para empresas en [email protected] o en el teléfono 686 115 400.
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