La lluvia dejó 7.000 metros cúbicos de agua en el tanque de tormentas

El agua almacenada en Villablanca pasará a El Bobar para ser depurada y usada en la agricultura

Túnel de La Goleta inundado el pasado viernes
Túnel de La Goleta inundado el pasado viernes La Voz
Lola González
07:00 • 26 oct. 2021

Almería capital vivió la tarde del pasado viernes su propio diluvio. Cuando entorno a las siete de la tarde el cielo se ponía negro y comenzaba la tormenta nadie imaginaba que llegarían a recogerse hasta 74 litros por metro cuadrado (según datos del Ayuntamiento) convirtiendo la ciudad casi en una gran piscina.



El importante volumen de agua descargada en tan poco margen de tiempo hizo saturar parte de la ciudad pero ¿qué pasa con ese agua? ¿Permite una descarga tan brutal el poder almacenarla o se pierde por los aliviaderos de El Zapillo sin mayor solución?



Es cierto que gran parte de este agua se acaba marchando al mar de manera inexorable, y así lo demostraba el propio color del mar en la mañana del sábado en la que la zona más cercana a la arena: era de un color verdoso mezclado con barro. A eso se suma la importante cantidad de toallitas y mascarillas que decoraban la arena.



Pero sí que hay una parte del agua que descargó la tormenta en la ciudad que se va a reutilizar, la que fue recogida en el tanque de tormentas de Villablanca. Esta instalación, construida con los fondos del Plan E e inaugurada en febrero de 2011, tiene como principal función evitar las inundaciones en esta zona de la ciudad y cuenta con una capacidad de hasta 14.000 metros cúbicos de agua.



Situación actual
Antes de la lluvia del viernes este tanque de tormentas contaba con 60 centímetros de lámina de agua y ahora tiene 2,5 metros. Según explican fuentes municipales, esto significa que el tanque se encuentra a la mitad de su capacidad porque la altura total de la balsa es de 5,20 metros.



Según las cuentas que realizan los técnicos municipales, las lluvias producidas el pasado viernes han permitido almacenar un total de 7.000 metros cúbicos de agua que sí se podrán reutilizar. Para ello, se enviarán a la depuradora de El Bobar en la que pasarán el tratamiento adecuado, y después formará parte de las partidas que se entregan a la Comunidad General de Usuarios de las Aguas Depuradas (CGUAL) para que se utilicen en el riego agrícola.



Cabe recordar que la puesta en marcha de un tanque de tormentas cumple siempre con una doble misión: evitar inundaciones ya que se deriva a este espacio el agua recogida con la lluvia y se quita de la calle, y darle un nuevo uso a ese agua.



La ciudad
No se puede olvidar que este no es el único tanque de tormentas de la ciudad sino que, también hay otro bajo el puente de la Avenida del Mediterráneo más pequeño, y que los dos pasos soterrados en La Goleta y de la Carretera de Níjar que actúan como tales con las lluvias fuertes.


Más allá de este agua recogida para su reutilización, la lluvia dejó multitud de complicaciones en la ciudad aunque desde el Ayuntamiento explican que no han sido daños de importante consideración.


Explicaba la concejal de Sostenibilidad Ambiental, Margarita Cobos, que “la ciudad estaba bien preparada” para poder responder ante una tromba de este tipo. Quiso destacar la edil que “a pesar de que hubo zonas como Puerta Purchena que parecía una piscina, se trabajó rápido y por la noche ya se podía caminar por allí”.


Además, y así lo explicó Cobos, durante el fin de semana se estuvo trabajando en las zonas que fueron más afectadas por el temporal. De hecho  fueron muchas las calles que acabaron convertidas en ríos como ocurrió en Obispo Orberá o en Avenida del Mediterráneo. En la primera de las calles el agua entró en muchos de los comercios que hay en esta zona así como en el Mercado Central, y en la segunda, fueron importantes los problemas en la rotonda del Rafael Florido y en el tramo de Padre Méndez a Carretera de Níjar.


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