En Navidad ¿Es posible un alumbrado más sostenible?

Imaginar una Navidad sin luces es prácticamente imposible. Tanto es así que, uno de los eventos más esperados cada año es el encendido de las luminarias ornamentales de la ciudad que marcan el inicio de las fiestas. Pero, ¿es posible aunar conceptos como eficiencia energética, ahorro y sostenibilidad sin dejar de lado el tradicional alumbrado navideño?

No es nada nuevo: cada año, al llegar la Navidad, el consumo energético de las ciudades se dispara.

Las luces navideñas de todos los tamaños, formas y colores pasan a convertirse en las protagonistas absolutas durante los últimos días del año y esto supone un gasto importante para ayuntamientos y organismos públicos, lo que directamente revierte en el bolsillo de cada uno de nosotros.

Pese a ser un gran reclamo tanto turístico como comercial, es conveniente no olvidar que las luces de Navidad no sólo incrementan de forma considerable la factura de energía, sino que también dañan el medioambiente debido al incremento de emisiones de CO2.

Siendo conocedores de esto, ¿por qué no apostar por un alumbrado más sostenible y beneficioso tanto en términos económicos como medioambientales?

Descubre las tres claves fundamentales para implantar la sostenibilidad y el ahorro de energía en el alumbrado público navideño.

Utilización de luces LED

El empleo de estas luces de bajo consumo permite que la factura eléctrica se reduzca hasta en un 30% o 40%, lo cual es un ahorro bastante importante.

Pero los beneficios del uso de luces LED no sólo se quedan ahí, sino que este tipo de iluminación tiene la ventaja de que ofrece una duración más amplia en el tiempo (actualmente tienen una media de 50.000 horas de vida), con lo cual su periodo de uso siempre será mayor al de una iluminación de corta duración.

Además, la tecnología LED es la más respetuosa con el medio ambiente, ya que sus bombillas no contienen mercurio ni ningún otro material tóxico, contaminante o radiactivo.

Sistemas de iluminación inteligentes

La adopción de medidas que permitan ofrecer servicios de calidad a los habitantes es uno de los objetivos que todas las ciudades deberían implantar. En este caso, la iluminación inteligente juega un papel crucial ya que favorece una gestión más precisa de luz con el objetivo de ahorrar energía.

Los dispositivos de iluminación inteligentes facilitan el encendido, apagado o la atenuación y cambio de color de las luces a través de calendarios de activación, que se programan en función de las necesidades que esa luminaria tenga que cumplir.

Además, cuentan también con sistemas de desconexión automáticos que ayudan a economizar y a ahorrar energía.

Periodos de encendido más cortos

Es un hecho: cada año se encienden antes las luces de Navidad. Si antiguamente el encendido se producía al inicio o a mediados de diciembre, en estos últimos años esta fecha se ha adelantado, y en el mes de noviembre ya podemos ver luces de Navidad encendidas.

Esto repercute directamente en un menor ahorro, ya que cuántas más horas al día permanezcan las luces encendidas, más gasto energético y más consecuencias para el medioambiente habrá.

Para concienciar sobre esto, es importante recalcar que cada kilowatio/hora de electricidad consumido proviene en un 23% de centrales nucleares, y en un 62% de combustibles fósiles que provocan emisiones de CO2. 

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