Un diseño del obispo para la nueva estatua del Parque de las Familias

Un San José que abraza al niño Jesús en un entorno rodeado de naturaleza. A sus pies, una embarcación, un cayuco que recuerda que San José también fue migrante, como las personas de las más de 140 nacionalidades que residen en la provincia. Alrededor, rocas, simbolizando todos esos escollos a los que nos enfrentamos en la vida. 

Así es el espacio diseñado por el propio obispo de la Diócesis de Almería, Antonio Gómez Cantero, en pleno Parque de las Familias para acoger la estatua de San José donada a la ciudad por un grupo de empresas.

"Todos podemos identificarnos con San José. Creyentes y no creyentes", explicaba el propio prelado durante el acto de inauguración y bendición de esta imponente estatua. "Cuando hacemos a alguien santo, no entramos en su humanidad. ¿Y su humanidad? ¿Y su familia?", planteaba Gómez Cantero.

Junto a la estatua y la barca llena de flores, una placa reza esa descripción del santo con la que todos, según Gómez Cantero, podremos sentirnos identificados de una forma u otra: "Hombre justo, esposo solícito, padre bueno, obrero y artesano, educador y guía, refugiado y migrante".

En el acto estuvo presente también el alcalde de la ciudad, Ramón Fernández-Pacheco, acompañado de algunos ediles de la capital. El alcalde recordaba durante la inauguración que se trata de "una donación a la ciudad, a todos los almerienses".

"La familia es fundamental, es un elemento importantísimo. La familia es aquello con lo que compartimos nuestras alegrías, el consuelo, es el principio y el fin de todo. Ojalá que está escultura sea custodio y testigo de muchas generaciones de familias", planteaba Fernández-Pacheco.

La donación ha sido realizada por el grupo de empresas que cuidan y mantienen los parques y jardines de la ciudad: Aqualia, Cespa, Entorno, Parques y jardines, Albaida, Nila y STV.

Todo ello, en el marco del Año Jubilar Josefino, momento en el que el Vaticano ha nombrado a San José patrono y custodio de la provincia de Almería tras una petición de la asociación Providentia, refrendada por miles de firmas logradas a partir del consenso de toda la sociedad almeriense.