Un médico almeriense presidirá la Academia Mundial de Neurocirugía

El almeriense Miguel Ángel Arraez presidirá a partir del próximo mes de abril la Academia Mundial de Neurocirugía, una de las más prestigiosas asociaciones internacionales de esta especialidad, que representa a todos los especialistas del mundo y que cuenta con solo un miembro de cada país .

Arráez ya es en la actualidad vicepresidente de esta institución, responsabilidad que compagina con una larga lista de cargos en destacadas entidades y organizaciones médicas públicas y privadas que necesitan hasta seis folios para ser solo mencionadas en uno de sus currículos accesibles en internet. “Esto es así solo por mi edad”, bromea con modestia. 

Y es que el doctor, nacido en la calle Córdoba, en pleno barrio de Ciudad Jardín de Almería en 1958, es además vicepresidente primero de la Federación Mundial de Sociedades de Neurocirugía; jefe del Servicio de Neurocirugía del Hospital Regional Carlos Haya de Málaga desde 1998; jefe del mismo servicio de las clínicas Quirón en Málaga y Marbella, y de la Clínica Santa Elena en Torremolinos; fundador y director del Instituto Arráez de Neurocirugía Avanzada y director de la Cátedra para el desarrollo y avances de la neurocirugía en la Universidad de Málaga, donde además es profesor titular. 

También reconoce, finalmente, que en los últimos años ha conseguido “zafarse” del cargo de presidente de la Federación Mundial de Sociedades de Neurocirugía, aunque a día de hoy todavía se encuentra con la “insistencia” de varios países para que opte finalmente al cargo. Hasta ahora lo ha evitado porque aceptarlo supondría “tener que bajar el ritmo de trabajo”.

Aquí es importante reseñar que como jefe de servicio del Carlos Haya tiene a su cargo a más de 25 profesionales, un equipo que tiene un considerable volumen de trabajo, con un red de influencia de más de dos millones de personas y una actividad muy complicada e incesante.

No obstante, sí ha tenido tiempo para presidir hasta hace unos meses la Fundación Mundial de Neurocirugía, la rama benéfica de la Federación Mundial de Sociedades de la especialidad, que está centrada básicamente en la ayuda al tercer mundo, a través de la formación de neurocirujanos, la donación de instrumental y la creación de unidades en países subdesarrollados, sobre todo de África que ha visitado en los últimos años “de cabo a rabo”.

Amor a Almería

A pesar de esta  intensa actividad, que en los últimos 15 años le ha llevado a pasar su vida “entre los quirófanos y los aviones”, Miguel  Ángel Arráez no piensa todavía en la jubilación. No obstante, a sus 63 años, sí reconoce que ahora “intenta conseguir tiempo libre para ir a Almería”.

“En una reunión de especialistas hace unos años, antes de la pandemia, alguien preguntó dónde iríamos si tuviéramos una semana libre. Unos dijeron las Bermudas, otros el Caribe, pero yo, para sorpresa de los demás, dije que me iría a Almería, a mi Ciudad Jardín, a la playa de Villagarcía, a tomar una cerveza en el Delfín Verde, y  pasar unos días con mi familia y mis amigos de la infancia y la juventud. Siempre que voy es para mí todo un acontecimiento”, proclama con orgullo.

De esta morriña por su Almería natal también hablaban las “comidas en el exilio” de los médicos almerienses en Málaga, que organizaba anualmente antes de la pandemia el cirujano cardiovascular  José Manuel Gómez Angulo.

Miguel Ángel Arráez estudió en el Colegio La Salle, que fue para él “una experiencia gratificante desde todos los puntos de vista”. Hijo de un trabajador del Palacio de Justicia, no tenía familiares directos que se dedicaran a la medicina. De hecho, su primera vocación fue la mecánica. “Me gustaban las tuercas y los tornillos, armar y desarmar motos,  y pensaba que quizás podría ser ingeniero”. Sin embargo, tras entrar en contacto con la Cruz Roja del Mar surgió la chispa: “con el paso de los meses me di cuenta de que lo mío era estar cerca de los pacientes”.

Pensado y hecho, terminó la carrera y el doctorado de Medicina en Granada, y la especialidad en el Hospital Virgen de las Nieves, también en la ciudad de los cármenes, donde fue residente, adjunto y jefe de servicio, hasta que en 1998 consiguió la jefatura de servicio en el Carlos Haya de Málaga, donde hoy continúa.

En Europa y EEUU

En este camino también ha tenido tiempo para formarse en distintas ciudades de Europa y Estados Unidos, sobre todo para perfeccionar sofisticadas técnicas quirúrgicas, incluyendo procedimientos de cirugía mínimamente invasiva, de aplicación en campos tan diversos como la patología de columna y determinados tumores del sistema nervioso. Entre otros éxitos profesionales, ha sido pionero a nivel nacional en técnicas como la resección de tumores cerebrales guiada por fluorescencia. 

En Málaga trabaja junto a él su hija Cinta, quien tiene el nombre de su madre y la profesión de su padre, puesto que es también neurocirujana. “La he conseguido rescatar, pues  tenía una gran oferta en Alemania”, afirma. El cirujano almeriense tiene otro hijo, Miguel Ángel, “quien no ha querido saber nada de la medicina y ha seguido su vocación empresarial y los negocios”.