La reciente visita de la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, al Vaticano ha despertado un inusitado interés por determinar la postura del Santo Padre en relación con el orden económico y social. Es verdad que el desencadenante ha sido una especie de salida de tono en clave de refriega partidista, pero, no es menos cierto que la actividad pastoral del Papa Francisco ha llamado la atención en algunos sectores de la opinión pública por su preocupación social y por su distanciamiento de discursos políticos extremadamente conservadores en materia socioeconómica.
Detrás de toda esta polémica, algo artificial como casi todas, existen bases mucho más sólidas, comenzado por los debates y las conclusiones recogidas dentro de la llamada Economía de Francisco, un programa de aportación de ideas de jóvenes economistas de todo el mundo celebrado en noviembre de 2020. En relación con dicha iniciativa, el párroco de Santa María Magdalena de Los Molinos y de María Madre de Dios de El Puche, Pedro Antonio Pérez Martínez, explica que estas inquietudes vienen de lejos en la historia de la Iglesia y están ampliamente recogidas y abordadas en su tradición doctrinal.
En cualquier caso, el párroco de Los Molinos hace hincapié en el hecho de que la Iglesia no se alinea con ninguna corriente filosófica o política concreta ni tampoco con cualquiera de las diferentes escuelas de pensamiento económico. Pero, al mismo tiempo, busca en todas ellas aspectos que se adapten a la Doctrina. La creencia más o menos generalizada del alineamiento político de la Iglesia es fruto, en su opinión, de que “no comunica bien”.
Histórica
Aunque según explica Pedro Antonio Pérez, doctor en Teología Moral, los doctores de la Iglesia comenzaron a ocuparse de las cuestiones sociales en plena Edad Media, existe una referencia primordial en este sentido, surgida en el siglo XIX, con la Encíclica Rerum Novarum (1891) promulgada por el Papa León XIII y que se considera una referencia de las posturas eclesiásticas de índole socioeconómica.
Pedro Antonio Pérez admite que la Iglesia ha sido contemplada en distintas épocas como una institución acomodada a los intereses de las clases sociales más poderosas, “pero esto se ha debido en mi opinión a las consecuencias de hechos históricos de excepcional importancia. Si la Revolución Industrial hizo necesaria respuestas como la recogida en Rerum Novarum, la Revolución Francesa determinó un distanciamiento de ciertas corrientes ideológicas”.
Pedro Antonio argumenta que “ahora, la problemática más acuciante en todo el mundo es la expansión de la pobreza”. Un hecho que no solo afecta a países menos desarrollados ya que la precariedad del empleo y la pérdida de expectativas está ganando terreno en el llamado primer mundo.
Por estos motivos “Francisco plantea cuestiones que serían quizás impensables hace medio siglo. Por ejemplo, cuando denuncia esta economía que mata (en sus propias palabras)”, argumenta el párroco de Los Molinos, contrapuesta a una economía que ayude a las personas, en la cual nadie gane a costa de que otro pierda.
Almeriense
La experiencia pastoral de Pedro Antonio Pérez, albojense de nacimiento, ha estado muy próxima a esta faceta de la Doctrina de la Iglesia. No solo por que cuenta en su formación con sendos masters relacionados con cuestiones ideológicamente sensibles (Doctrina Social de la Iglesia y Bioética), sino sobre todo porque acumula experiencias tan intensas como la que vivió en la Patagonia argentina participando en un proyecto de implantación de microcréditos en una comunidad indígena de la ciudad de Viedma. Quizas por eso, este sacerdote almeriense considera que el creador de este concepto, Muhammad Yunus, “debió recibir el Nobel de Economía en vez del de la Paz”.
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