Incertidumbre sobre el futuro laboral de 200 investigadores

La asociación de universidades españolas, la CRUE, y de la que forma parte la UAL, ha advertido de los problemas que llevará consigo la puesta en marcha de los cambios derivados de la nueva reforma laboral y que suponen extinguir, desde el próximo mes de abril, los contratos de obra o servicio a investigadores. Solo en el caso de Almería, sin cifras oficiales exactas, se calcula que pueden verse afectados unos 200 profesionales adscritos a distintos programas y grupos de investigación.

En declaraciones a La Voz de Almería, el vicerrector de Investigación, Diego Valera, ha asegurado que hay una preocupación compartida por esta situación, y de la que le dio traslado en un encuentro reciente el responsable en la materia de la Universidad de Sevilla. En la Hispalense se calcula que habrá que extinguir unos 1.000 contratos o, por lo menos, quedarán en el limbo laboral.

Crue Universidades Españolas es una asociación sin ánimo de lucro formada por un total de 76 universidades españolas, 50 públicas y 26 privadas, que hace unos días ya se posicionó sobre este asunto de carácter laboral. En un comunicado, Crue ha advertido de los “impactos negativos que la reforma laboral podría ocasionar en el ámbito de la investigación” y ha recordado que toda la comunidad universitaria está de acuerdo en dignificar la carrera investigadora, tal y como ya quedó reflejado en la estrategia Universidad2030 presentada a los Ministerios de Universidades y de Ciencia e Innovación en octubre de 2020. 

Sin alternativa

“Sin embargo, la aplicación del Real Decreto-ley 32/2021, de 28 de diciembre, de medidas urgentes para la reforma laboral, la garantía de la estabilidad en el empleo y la transformación del mercado de trabajo tendría efectos no deseados para las universidades debido a la desaparición –con carácter general– del contrato de obra o servicio determinado operada por la nueva redacción del artículo 15 del Estatuto de los Trabajadores, al no incluir una alternativa de contratación que dé respuesta a las necesidades el Sistema Español de Ciencia, Tecnología e Innovación”, apunta la asociación de universidades de manera literal.

Explican también que esta figura es de frecuente utilización en las áreas de la investigación y la transferencia del conocimiento, donde los proyectos científicos a los que concurren los investigadores se “desarrollan mayoritariamente en un contexto internacional muy competitivo y de carácter temporal”. Por ello, en la reunión mantenida a mediados de este mes por los representantes de Crue con el ministro de Universidades, Joan Subirats, se dio traslado de la preocupación de la comunidad universitaria.

¿Habrá solución?

Tras ese primer encuentro, Crue “desea valorar el compromiso manifestado por el nuevo titular de Universidades para subsanar estas disfunciones y espera que las medidas que se adopten finalmente, en coordinación con el Ministerio de Ciencia e Innovación, permitan a las universidades españolas seguir compitiendo en igualdad de condiciones con el resto de los sistemas universitarios europeos”.

Al igual que el almeriense Diego Valera, otros vicerrectores de la misma responsabilidad de gestión se han pronunciado al respecto. Así las cosas, el vicerrector de Investigación de la Universidad de Sevilla, Julián Martínez, apuntaba el pasado jueves a que “va a haber una solución porque de no haberla, no habría investigación”, al tiempo que reconocía su sorpresa por el hecho de que “nadie haya pensado en la investigación” a la hora de redactar la reforma, informa la agencia Europa Press.

Si el contrato de obra y servicio desaparece a partir de abril, “no se sabe qué va a pasar con los nuevos contratos y los concursos en evolución --solo en los meses de noviembre, diciembre y enero se han puesto en marcha 280 convocatorias de selección en el citado campus sevillano--”, apostilla Martínez, que confirma que tanto la CRUE como la US están elaborando informes jurídicos con los que intentar despejar las incógnitas y, sobre todo, las incertidumbres. 

Este tipo de contratos afectan a todas las áreas de investigación y, especialmente, a personal investigador joven. Un “talento” que ahora ahora ve peligrar su continuidad.