Las agresiones al personal sanitario han repuntado en 2021 respecto al año anterior, el del confinamiento por la pandemia, en el que se produjo una clara bajada, en buena medida debido a que la presencialidad en los centros estuvo más limitada por la incidencia del covid-19, tal y como ha informado el Servicio Andaluz de Salud (SAS).
El año pasado se registraron en la provincia de Almería 88 ataques al personal sanitario, de los que 21 fueron físicos y 67 verbales. Esto supone un fuerte aumento de los físicos respecto a 2020, cuando se registraron nueve, tal y como ha resaltado la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) de Almería.
Aunque Almería ha sido la provincia andaluza con menos agresiones en términos absolutos, los 88 actos de violencia suponen más de un 25 por ciento más que los registrados en 2020, cuando fueron 70. Es además un índice que está muy por encima de la subida media de la comunidad andaluza, que se ha situado en un 15,9 por ciento, puesto que las agresiones han pasado de 1.042 en 2020 a 1.208 en 2021. 230 de ellas fueron físicas y 978 verbales.
Al igual que sucede en toda Andalucía, la gran mayoría de las agresiones de la provincia, un total de 70, han tenido como víctimas a mujeres, lo que supone casi el 80% del total. En Andalucía, el 71,5% de las agresiones las sufrieron las mujeres, frente a 28,5% en hombres, aunque cuando se ponderan los ataques en base a la plantilla de hombres y mujeres, la tasa es muy similar, de 9,9 por cada 1.000 mujeres y de 10,17 en hombres, según el SAS.
En niveles de 2019
Las agresiones en Almería del año pasado se han situado casi exactamente en los mismos niveles del año anterior a la pandemia, 2019, cuando se contabilizaron oficialmente 87, es decir solo una menos que el año pasado, de las que 33 fueron físicas y 54 verbales. Si comparamos estos datos con los de 2021 se observa un fuerte descenso de las agresiones físicas.
En Andalucía, los 1.208 ataques al personal sanitario suponen un claro descenso respecto a 2019, en el que se notificaron 1.507 agresiones.
En términos absolutos, Sevilla ha sido la provincia donde se produjeron más conductas violentas contra los profesionales sanitarios, con 242, de las que 45 fueron físicas y 197 verbales. A continuación se sitúan Cádiz con 196 (40 físicas y 156 verbales); Málaga con 187 (50 y 137); Huelva con 141 (14 y 127); en Córdoba se registraron 132 (18 y 114), en Granada 124 (29 y 95): en Jaén 98 (13 y 85) y finalmente en Almería se han notificado oficialmente las 88 mencionadas.
De acuerdo a los datos facilitados por el SAS, los grupos de edad en los que se producen más agresiones son entre los 46-55 años, con un total del 29,38% de las registradas y el grupo de edad de entre 56-65 años se registraron un 28% de las agresiones. El 59,1% se produce en Atención primaria y el 40,9% en Atención hospitalaria. En cuanto a los lugares concretos, el 24,25% de cometen en la consulta médica, el 17,14% en Admisión, el 13,58 en Urgencias y el 10,76% en la habitación del paciente.
Distinto tratamiento
El 33,53% de las agresiones se producen en situaciones en las que el agresor demanda un tratamiento distinto al prescrito, reclama una medicación para un familiar, atención fuera de la cita programada o sin cita previa, un parte de baja o alta o ser derivado al especialista.
El 22,52% están causadas por estar en desacuerdo con el trato o conducta en el acto profesional, y la tercera causa, con un 18,87%, engloba situaciones en las que no existe un motivo determinado, y son las características del agresor las que determinan el incidente, pues son personas con conductas altamente conflictivas.
En cuanto al perfil del agresor, casi un 26% del total presentaba algún trastorno psicológico, deterioro cognitivo, o circunstancias análogas. El 65,3% las cometen el propio paciente o usuario y el 34,69 un acompañante.
SATSE pide videovigilancia las 24 horas
Según los datos presentados por el SAS en la Mesa Técnica de Prevención de Riesgos Laborales, casi un 78% de las agresiones de 2021 en la sanidad pública andaluza las sufrió el personal estrictamente sanitario, y de éste el 44% de los casos tuvo como víctimas a enfermeras y enfermeros, que son los profesionales que más sufren los actos violentos al estar en primera línea, muy por encima de los médicos (25%) o las auxiliares de enfermería (28%), tal y como ha informado el Sindicato de Enfermería (SATSE) en Andalucía.
Ante el incremento en las agresiones al personal sanitario, SATSE ha propuesto, entre otras medidas de carácter estructural, el generalizar los sistemas de videovigilancia durante las 24 horas en los pasillos y en las salas de espera y de admisión de los centros sanitarios, así como los dispositivos sonoros de alarma en las consultas, y que la iluminación sea óptima en cualquier estancia del centro.
Entre las medidas de carácter activo, la organización sindical apunta la inclusión en la historia clínica del ciudadano que se haya visto involucrado en un acto de violencia contra los profesionales sanitarios y, entre las de carácter organizativo, reducir los tiempos de espera, garantizar una ratio adecuada y segura de pacientes por enfermera e implantar un sistema de organización debidamente protocolizado para pacientes y familiares.
SATSE insiste en que la agresión en ningún caso es la solución, y reclama que se mantenga “en todo momento, una relación de respeto y confianza entre profesionales, pacientes y familiares”, a la vez que subraya que los actos violentos cometidos contra los sanitarios son considerados delitos de atentado, de forma que pueden llegar a implicar penas de prisión de uno a cuatro años y multas. Y recuerda que los problemas que pueden llegar a sufrir pacientes no son responsabilidad del profesional, que en muchas ocasiones es la primera víctima de las deficiencias.
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