¿A que no se atreven a traer prácticas para el AVE?

Los vecinos de Retamar, El Alquián, Costacabana y La Cañada pueden entender, por su probado buen juicio, que el ejército necesite probar sus bombas y ejercitarse por si Ucrania, por mucho que los turistas finlandeses que juegan estos días al golf en El Toyo piensen, no sin cierta razón, que han venido a parar al culo del mundo mientras se lanzan cuerpo a tierra cada vez que la Legión estrella un pepinazo en su campo de maniobras contiguo, que hace temblar el green y les dificulta sobremanera el birdie. 

Los vecinos de estos barrios también pueden comprender que vicisitudes geoestratégicas, económicas y políticas hayan llevado a sus playas un gasoducto del que reciben nada o poco bueno a cambio y que puede suponer una traba definitiva para cualquier desarrollo turístico en las cercanías a corto, medio o largo plazo. 

Cañaeros, jabegotes y otros lugareños podrían llegar a entender que las compañías aéreas nacionales e internacionales deben realizar prácticas de vuelo en zonas con poco tráfico para formar a sus futuros pilotos, y pueden incluso confiar en las garantías de seguridad con que lo hacen. 

Otra cosa, claro, es la cara de tonto que puede sobrevenirles si piensan que mientras tienen los precios de vuelos más caros de España y mientras la pandemia les ha dejado sin turistas en el aeropuerto, tengan que soportar estos días el aparato con piloto novato en prácticas sobrevolando permanentemente sus cabezas, hora tras hora.

¿Resulta ridículo pensar que se trata de otra tomadura de pelo, y temer que en una de estas el dichoso avioncico pueda estrellarse accidentalmente sobre un colegio, un instituto o sobre el campus universitario, máxime cuando los entrenamientos se hacen en horario lectivo? 

Puede ser, pero estos ‘ataques’ más o menos consentidos por tierra (maniobras militares a metros de urbanizaciones), mar (gasoducto sin contraprestaciones) y aire (prácticas de vuelo sobre barrios, colegios y universidades, aunque en este caso algunos vecinos sí han conseguido reducirlos con sus protestas) pueden proporcionar otro argumento más a los que piensan, como los finlandeses, que se encuentran en el culo del mundo o muy cerca de él, quizás en una isla llamada Almería. 

P.D. ¿A que no se atreven a traer prácticas para el AVE?