El representante especial del Secretario General del Consejo de Europa para Asuntos del Pueblo Gitano y activista gitano, Valeriu Nicolae, define antigitanismo como "un tipo específico de ideología racista que al mismo tiempo es también similar y diferente, y que está conectado con otros tipos de racismos. Es un fenómeno social complejo que se manifiesta a través de la violencia, el discurso de odio, la explotación y la discriminación, en su forma más visible. También en aparece en los discursos y representaciones del mundo de la política, la academia y la sociedad civil, la segregación, la deshumanización, la estigmatización, así como la agresión social y la exclusión socio-económica".
Cualquiera que esté sensibilizado con una sociedad justa e igualitaria, entendiendo así que la inclusión de la comunidad gitana es un derecho fundamental, se rebelaría ante las injusticias más cotidianas que vive la población gitana.
En este amplio sentido, la orientadora sociolaboral de la Fundación Secretariado Gitano (FDS) en Almería, Encarnación Vázquez arroja luz sobre la situación actual de empleo de las mujeres de etnia gitana durante el 2021 en la provincia.
La mujer gitana, de cara al mundo laboral, sufre una discriminación múltiple: "Se suma el hecho de ser mujer, ser gitana, es decir, pertenecer a un colectivo rodeado de estereotipos y prejuicios que no se ajustan a la realidad actual, añadido a la poca formación" explica Vázquez. En el caso de la mujer gitana joven pasaría de igual manera, pero "chocándonos con un muro aún más grande e importante", aunque esa situación va siendo más favorable que años atrás.
Sin embargo, Vázquez hace hincapié en la lentitud de esta situación debido a que la comunidad gitana "seguimos siendo la minoría étnica peor valorada socialmente a pesar de ser la minoría mayoritaria de nuestra sociedad actual". Afortunadamente las mujeres de etnia gitana "cada vez somos más, más mujeres formadas, ocupamos diferentes puestos en distintos sectores de empleo y diferentes cargos jerárquicos, somos más independientes, estamos abandonando el rol de actividades domésticas", enumera así Vázquez.
La reflexión a la que invita la orientadora, siendo la más verídica y no considerada por el resto de la sociedad, es la falsa creencia de que la comunidad gitana se divide en dos grupos: el artista que toca la guitarra y canta flamenco, y el que roba y se dedica a la droga. "Luego, después de esos dos estereotipos, hay un groso formado por 700.000 gitanos y gitanas en España y más de 12.000 en Almería, que nos situamos en el medio y que no tenemos etiquetas", explica de forma tajante.
Otra cuestión que lanza Vázquez es "la famosa frase de 'no pareces gitana', como si tuvieras que tomarlo por un halago. con un tono que al escucharlo resuena como si te estuvieran haciendo un favor, porque para las mujeres gitanas que nos dicen que no lo parecemos es un insulto".
Por estas razones y muchas otras como "tu nombre que te puede delatar, tu apellido, la zona en la que vives" puede cerrar puertas de cara a una entrevista laboral. Esto invita a la introspección profunda de la sociedad tan repulsiva que sigue latente y que fuerza a cambios con una velocidad mínima, donde las afectadas no son exclusivamente las mujeres, aunque así lo pareciera. Hay sociedades matriarcas, en países de África, donde el matriarcado ha supuesto la evolución de esos grupos de población han evolucionado favorablemente.
Desde la FDS, tanto Encarnación como el equipo no solo trabajan en la preparación formativa y de preparación para la futura y deseada inserción laboral, sino en también en cómo trabajar "el miedo, el terror, los prejuicios que tiene la mujer gitana, la inseguridad" a la hora de afrontar las trabas del mercado laboral.
No menos triste, bajo juicio propio, que haya que priorizar a prácticas laborales previamente para que puedan conocerles y así trabajar los prejuicios previamente construidos de la mujer gitana. En cualquier caso, desde la Fundación agradecen que muchas empresas se embarquen en trabajar la igualdad de condiciones de las personas de múltiples culturas asentadas en España y que desafortunadamente seguimos sin valorar.
"No solo está en proceso de cambio la mujer gitana, sino también el hombre gitano, que entiende que las tareas son compartidas, que las responsabilidades se da desde la equidad, que el hombre sale a trabajar y que la mujer tiene el mismo derecho, y ese pensamiento es cada vez más patente en el hombre gitano", explica Vázquez, mientras resalta una vez más que es aquí donde se obvia "el groso de los gitanos que son invisibles que tenemos etiquetas, que no mostramos nuestras debilidades, nuestro posicionamiento, pero existe y es una realidad actual que la comunidad gitana está cambiando".
Infinitas cuestiones deben y están cambiando gracias al impulso de sectores específicos de la sociedad, aunque valga la redundancia, a un ritmo desesperante. El rol de la mujer cuidadora, la baja profesionalidad provocada por la anterior cuestión, barrios periféricos cuyas necesidades no son cubiertas por quien corresponde y además de ser firmemente ignoradas, recursos mal gestionados y un sinfín de aspectos enraizados que no pueden esperar mucho más.
Datos de empleo en Almería
Según los datos facilitados por la Fundación Secretariado Gitano (FDS) en Almería sobre los datos de empleo en 2021, de las 545 personas atendidas y que son activas, 395 son personas de etnia gitana. De estas personas, hay un 58.85% de mujeres atendidas de etnia gitana y no gitana, ya que desde la Fundación se atiende a todas las culturas y colectivos que lo soliciten. Por lo que de ese casi 60%, un 47,01% corresponde a la atención de mujeres gitanas, es decir, 150 mujeres.
Durante el 2021, con todas las dificultades ocasionadas por la pandemia del covid-19, la FDS ha conseguido un total de 158 contratos, de los cuales 65,82% han sido tanto para hombres como mujeres de la comunidad gitana, y de esos un 55,56% contratos a mujeres, el 38% corresponde a mujeres gitanas, es decir, 33 contratos laborales.
Afortunadamente, hay numerosas empresas comprometidas con la igualdad de oportunidades para las personas de la comunidad gitana, teniendo todas ellas la intencionalidad de contratación tras la formación. Algunas de ellas son Alcampo, Mediamarkt, Inditex, Encuentro, Casur, Brico Dêpot, Orange, Mastel y la Cooperativa Agrícola San Isidro (CASI).
En total cuentan con 96 empresas colaboradoras, 13 de ellas con convenio, y cuatro con convenio y compromiso de contratación.
Desde la FDS no solamente trabajan constantemente en la inclusión laboral de las personas que buscan incansablemente la igualdad real de derechos y oportunidades, sino que también inciden en la formación, qué tan importante es en la actualidad para acceder al mercado laboral.
En total han formado a 125 personas, de las cuales, 64 están dirigidas hacia la formación profesional. De esas 125 personas, un 72% son personas de la población gitana, un 46,40% son mujeres de etnia gitana y no gitana, y de ese porcentaje, un 33,60% corresponde a mujeres gitanas formadas.
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