Adiós al inmueble más feo de la ciudad

El edificio más feo de Almería por unanimidad, situado en la Plaza de los tres nombres (Educador, de la Leche y de Juan Cassinello), cerró sus puertas hace 11 años. Desde entonces han permanecido sus leones, sus puertas y ventanas tras una malla como la de un caballero medieval. El Ayuntamiento pagó por recuperarlo el pasado año 1,1 millones de euros a la Sociedad de Correos y Telégrafos. Resulta al menos curioso, como a esta entidad el Ayuntamiento le regaló el solar en 1970 para edificar su sede en Almería y 50 años después Correos le cobra más de un millón de euros al que le obsequió gratis con ese suelo urbano. 

Al margen de incidencias administrativas difícilmente explicables, el viejo edificio de Correos, en el corazón de ciudad, que da a Plaza del Ecuador y a las calles Padre Luque y Gómez Ulla y que tiene detrás ese pasillo peatonal  lleno de bares que es la calle Padre Alfonso Torres, fue anteriormente el Colegio de Jesús promovido por el deán catedralicio José María Navarro Darax.

Se trataba de una obra arquitectónica de gran talla, diseñada por Trinidad Cuartara, que fue demolido en 1967 para dar paso a ese armatoste de hormigón que ahora está a punto de ver la piqueta. 

El edificio colegial fue escriturado en 1907 y desde entonces consta que tiene servidumbre de luces de dos metros de anchura en el ala de Poniente, según el documento fundacional.

Navarro Darax dio en arrendamiento en 1913 a la sociedad ‘La Propaganda’ un pasadizo o corredor del edificio lindante con la antigua calle Barceló. El representante de esa sociedad era Juan José Vivas-Pérez, farmacéutico, con una renta de arrendamiento de 150 pesetas. También fue sede por un tiempo de la Diputación Provincial y en su plaza, antes de que se inaugurara la obra escultórica del maestro con sus alumnos, estuvo el recordado Kiosco de la Música. 

El denostado edificio actual fue inaugurado por los príncipes don Juan Carlos y doña Sofía en 1970, con una superficie construida de más de 3.000 metros cuadrados. 

Ahora, por fin, se abre un nuevo horizonte a la investigación agraria para ese espacio emblemático del centro de la ciudad, en el fielato que va del Paseo de Almería a la zona de bares del casco histórico.