Almería recupera el más crudo invierno en plena primavera

La inestabilidad no abandonará a la provincia en los próximos días debido a la posición de las altas presiones que favorecerá la entrada de nuevas borrascas que irán llegando a lo largo de la semana y probablemente la siguiente.

Por orden de aparición lo primero será la presencia de una calima que no acaba de abandonarnos. Su llegada estaba prevista para esta pasada madrugada del martes y se mantendrá durante toda la jornada de hoy martes, si bien no con la intensidad de semanas anteriores.

Más agua
Hoy mismo regresan también las lluvias que se repartirán por gran parte de la provincia. Al igual que en el caso del polvo sahariano en suspensión, se espera que sean menos intensas que en la última semana, aunque seguirá incrementando los aportes de agua a los embalses de Almería.

Según los pronósticos elaborados por Eduardo Romay, del colectivo almeriense de analistas climáticos Cazatormentas, las precipitaciones pueden continuar a lo largo de la jornada del miércoles, para prácticamente desaparecer a partir del jueves y así seguirá de cara a este próximo fin de semana.

A partir de mañana se hará presente el viento, que soplará fuerte durante los tres próximos días. Será de componente oeste, el clásico poniente, que dejará en la provincia un ambiente desagradable, con una baja sensación térmica.

Ola de frío
Y para cerrar otra semana de incidencias meteorológicas sobre la provincia las temperaturas, que a partir del jueves experimentarán un bajón considerable, sufrirán un desplome a partir del viernes y sobre todo de cara al fin de semana, que será auténticamente invernal; se puede decir que Almería recupera el invierno, una vez entrada la primavera.

Aunque aún es difícil establecer una escala de temperaturas con precisión, lo que parece claro es que los termómetros recogerán la llegada de esa masa de aire procedente del Ártico. Los primeros pronósticos apuntan a que en buena parte de las comarcas del interior de la provincia esas temperaturas pueden bajar por debajo de los ocho grados de máxima, con registros muy bajos durante las noches.