José María Rossell, que no estaba pero flotaba, dijo una vez -parafraseando al Mesías- que tan difícil es llenar los hoteles almerienses en invierno como que un camello entre por el ojo de una aguja. Ayer, además del fundador de Senator, sobrevoló el salón noble del Círculo Mercantil el mito de acabar con la estacionalidad, que es como el mito de la caverna, como querer cazar leones con tirachinas. Sin vuelos, sin trenes, sin iconos culturales, sin oferta complementaria, cuando solo tenemos clima, playa y desierto, se antoja una entelequia ambicionar una ocupación plena todo el año en Almería.
Para hablar de todo eso, en plan tormenta de ideas, se dieron cita ayer en esa acrisolada manzana, representantes de la administración y de la empresa vinculados al negocio turístico, “a la industria de la felicidad como la definió el moderador y director de La Voz de Almería, periódico que organizó este debate empresarial sobre ‘Turismo en Almería’.
Allí estaban todos los ponentes para conjurarse y hacer del turismo el motor de la recuperación económica de Almería tras dos largos años de tortura covidiana, sin olvidar que representa casi el 15% del Producto Interior Bruto de la provincia, la segunda olla ingresos tras el invernadero y la industria auxiliar.
Por eso terció Juan Pardo, administrador del Complejo Turísticos Los Escullos del Cabo de Gata, que hay que mantener servicios complementarios par poder retener a los visitantes. Que es como decir a un empresario que aguante todo lo que pueda en el crudo invierno aunque no aparezca nadie.
Y puso también el dedo en la llaga Marta Galdo, responsable de Comunicación del Grupo Senator: “Estamos felices porque tenemos un vuelo directo este verano a Bilbao y vendrán muchos visitantes del País Vasco, pero cuando acaba el vuelo acaban los visitantes”.
Y añadió “a los que nos visitan tenemos que darle algo más que cama, comida y piscina y no vale llenar solo en julio y agosto”.
Senator es uno de los grupos empresariales del sector que, de hecho, más viene diversificando con oferta complementaria, arriesgando con actividades que inciten al turista a venir: ahí está su Minihollywood o el Aquarium de Roquetas. Pero todo ese mantra de romper la estacionalidad, da la sensación de que no se podrá romper nunca si no hay vuelos director: el primer factor de un turista para elegir un destino es, en muchas ocasiones, la facilidad del viaje.
Francisco Jesús García, presidente de los empresarios turísticos del Cabo de Gata (Asemparna) reivindicó, al igual que Platón decía que los gobernantes tenían que ser filósofos, que los políticos tienen que haber sido antes empresarios. “Nos comprenderían mejor”. Sacó a relucir también este empresario, que le salieron los dientes en un pequeño restaurante de San José, la carencia de personal para cubrir vacantes en el sector. “Es desesperante para un empresario retener la ganas de invertir por no disponer de capital humano, en las universidades no se enseña a trabajar, es un problema de base”.
La colaboración entre grupos del sector es la baza que esgrimió Francisco García Hernando, presidente de la Asociación del Fomento de Turismo de Roquetas, para hacer frente a las carencias de la oferta turística almeriense. “Son los grandes hoteles los que traen el turismo masivo y lo que hacen que un tour operador apueste por Almería. El secretario de Turismo de la Junta, Manuel Muñoz, indicó que “Almería necesita una hoja de ruta y tratamos de dársela con el Plan Beta con el que estamos trabajando”.
El director de La Voz de Almería, Pedro Manuel de la Cruz, estableció como conclusiones superar el endemismo de la estacionalidad y la mejora de las comunicaciones. A ello añadió “lo inquietante que es querer captar empleados para el sector y que no se consiga, hay gente que no trabaja porque no quiere trabajar y es un fallo estructura”.
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