Los días de José García Sáez (Almería, 1934) transcurren en la soledad de la habitación 204 del hospital donde permanece ingresado desde hace casi dos meses, que le mantiene ingresado a pesar de que tanto por su propia voluntad como por indicación médica debería descansar desde hace mucho tiempo en su propia casa.
Sin embargo, este policía nacional jubilado no puede hacerlo porque no tiene ingresos suficientes para pagar a un cuidador permanente o para trasladarse a una residencia, que es dónde él querría ir, porque se ha quedado “solo en la vida”, aunque tiene cuatro hijos, una ex mujer, y un número que desconoce de nietos y bisnietos, a los que ni siquiera ha visto una sola vez en su vida.
José no puede vivir solo en su casa porque ha sido intervenido recientemente de un cáncer de estómago “terminal y que se está extendiendo”, como dice con claridad, y necesita de cuidado y atención personal prácticamente las 24 horas del día. “Tengo problemas de movilidad, apenas puedo andar con el bastón; aquí en el hospital me tratan fenomenal, me dan de comer, solo líquidos y purés, y me lavan, pero claro, esto no es un hotel, y debo marcharme”, reconoce.
Servicios sociales
Fuentes del Hospital, donde se encuentra ingresado, reconocen que José permanecerá en el centro hasta que pueda buscarse una solución, en la que el centro está trabajando junto con un amigo y abogado del paciente, a través de los servicios sociales del Ayuntamiento de Almería.
En principio, como explica el propio enfermo, se está estudiando la posibilidad de ingresarlo en alguna residencia a través del “programa de respiro familiar” de la Junta. Pero claro, él mismo ve que el tiempo pasa y que continúa en el hospital. “Me gustaría ir a otro sitio cuanto antes con alguien que me cuide, porque no sé cuánto podré vivir. Sé que me estoy muriendo, que no hay solución, y cuando llegue el momento… hasta luego Lucas y para arriba, porque con 87 años ya he vivido bastante” -bromea.
Pese a esta postura valiente ante la muerte, a José también le gustaría vivir lo suficiente para conocer a sus nietos y bisnietos, y reencontrarse y hacer las paces con su mujer y sus cuatro hijos, aunque reconoce que es muy complicado.
“Me divorcié hace 25 años y desde entonces no he tenido ningún contacto con mi ex ni con mis hijos”, se lamenta. Esto es así a pesar de que, como dice, en los últimos tiempos ha intentado ponerse en contacto con ellos. “Mandé un vídeo llorando a mi yerno, rogándole por favor que se lo enseñara a mi hija porque quiero verla, y también a mis nietos, pero él me dijo que era imposible, que ella no quiere saber nada de mí”.
José tampoco puede reprimir el llanto ahora, cuando nos lo cuenta en su sillón del hospital, junto a la ventana. “También le he pedido perdón a mi hijo por wassap, pero ni siquiera me ha contestado”.
Errores El policía jubilado reconoce que ha cometido errores en su vida respecto a su familia -”me arrepiento mucho”, asegura-, y también pide perdón si ha “faltado el respeto a una buena mujer”, refiriéndose a su ex, a quien según dice tiene que “pagar mensualmente casi la tercera parte de su pensión, que es de unos 1.300 euros”.
“Me quedan unos 800 euros, y no es suficiente para una residencia, que costaría unos 1.500”, añade. Según cuenta, el hecho de que el piso donde vive sea también de su ex le impide alquilarlo o hipotecarlo para poder costearse la residencia. También dice no atreverse a llamar a antiguos conocidos de la política provincial con los que colaboró, con el PP, algunos todavía altos cargos hoy.
“Me ha dado vergüenza porque me siento como un grano en el culo, una molestia que nadie quiere”, dice.
En su trabajo “hizo de casi todo” : “pasé 12 años en la oficina del DNI, fui responsable del parque móvil y conductor del comisario Enrique Mora” -quien estuvo al frente de la Comisaría de Almería desde 1982 a 1988.
José dejó de trabajar como agente del Cuerpo Nacional de Policía los 56 años, cuando pasó a la segunda actividad y fue cuando comenzó a colaborar con el PP en los primeros años del partido en la provincia. “Recorrí Almería con altos cargos para conseguir militantes”, recuerda.
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