Se llama UAL Racing Team, y es un equipo de competición que ha nacido a partir de la ilusión de un grupo de estudiantes de los diferentes grados de la Escuela Superior de Ingeniería de la Universidad de Almería. “Y una de nuestras ambiciones es participar en el proyecto MotoStudent”, dice Carlos Alba Sola, “una competición internacional en la que las universidades tienen que diseñar y fabricar un prototipo de motocicleta de carreras...”.
El equipo tiene 14 miembros de todos los años y ramas de ingeniería que hay en la UAL: Mecánica, Electrónica, Eléctrica... “La estructura del equipo empezó a formarse en 2021”, explica Carlos, “y a principio de 2022 ya nos pusimos en marcha, con el tema de los patrocinadores... La formación mas profesional del equipo, vamos”.
El proyecto MotoStudent les atrajo porque “es adecuado al perfil de estudiantes que hay en la UAL”, dice. “Hay pocos proyectos de este estilo, y decidimos que era el apropiado para demostrar las capacidades y las aptitudes desarrolladas a lo largo de nuestra etapa de estudios”. Además, muchos de ellos son apasionados al mundo de la moto, añade, sonriendo. “Algunos, incluso, trabajamos en el sector de la competición, y otros, en sectores parecidos...”.
El reto
Es un caluroso sábado de mayo, y en el amplio taller del edificio CITE IV se han reunido varios componentes del equipo: Iosu Hernández Azpeitia, Salvador de Benavides Jiménez, Pablo Vallejo de Hoyos, David Pardo López, Lucía Fernández López y Alberto Pérez García; y Carlos, que es el elegido entre todos para explicar el proyecto. El reto es importante, afirma. “Los prototipos tienen que ser motocicletas de competición, parecidas a los que se usan en el mundial de Moto3. Llevamos motores de 250 cm cúbicos, de cuatro tiempos, que proporciona la federación del evento. Al pagar la inscripción te llega como un kit que tiene, además, un juego de neumáticos, unas pinzas de freno, y algunos elementos extra que es obligatorio que lleven todas las motos: la centralita, la instalación eléctrica...”.
Y luego hay ciertos componentes que tienen que ser diseñados por los participantes. “El chasis, el basculante, el sub chasis, el depósito...”, enumeran entre todos. “Pero otros pueden ser conseguidos. Por ejemplo, los manillares, las líneas de escapes... Para nosotros, producirlas sería muy costoso, y muy complicado”.
En ese ámbito, uno de los apartados de la competición se refiere al plan de negocio. “Ahí entra el contacto y la colaboración con los patrocinadores, y las empresas”, explica Carlos. “Muchas piezas las conseguimos mediante esponsorización técnica, y algunos patrocinadores nos proporcionan materiales...”. Este es un proyecto con un presupuesto alto, añade, pues “no es solo el tema de la moto; también tenemos factores como los viajes, los entrenamientos, si hay que pagar algún tipo de desperfecto en la moto... Y ese presupuesto también va destinado a piezas, por ejemplo, una horquilla, unas líneas de escape, discos de freno, llantas, etc.”.
El concepto
El proyecto cuenta con el apoyo de la Escuela Superior de Ingeniería, y su directora Rosa Ayala Palenzuela. Y con la tutoría de dos profesores: Alfredo Alcaide y José Antonio López. También tienen la ayuda de la facultad de Económicas, con un equipo de estudiantes de Marketing y Derecho, para hacer un plan de negocio que también deben presentar.
Pero hablemos de la moto que están diseñando, les digo. ¿Cómo será? “Bueno, lo primero, te aclaramos que esta no es la nuestra”, me dicen en seguida, señalando la moto blanca que está en medio del taller. “Esta ya estaba construida, y la estamos usando para hacer pruebas y estudiarla dentro de nuestro nuevo diseño, que ya tenemos en el ordenador. Solo necesitamos buscar el presupuesto para empezar a fabricarla”.
Ellos participarán en la categoría Petrol, y se han basado en las que compiten en la categoría de Moto3, y han ido trabajando ese concepto. Me hablan del carenado, de la aerodinámica, la versatilidad y accesibilidad del chasis, la estabilidad... “En la parte de innovación, muchos equipos se centran en la infraestructura, el chasis, el basculante... Y es una parte esencial de la moto, claro, pero como no vamos a reinventar la pólvora, queremos centrarnos en el tema de la adquisición de datos”.
“Es decir, el facilitar lo máximo posible a nuestra piloto el acceso 100% a la información, de una forma clara y concisa”, define Carlos. “Por eso estamos tratando de diseñar nuestro propio software de telemetría; y nuestro propio diseño de pantalla para una visualización de la piloto en pista”.
Hay sensores que, evidentemente, tienen que ser comprados. Pero luego, en lo que es el tema interno del software, estamos planteando la idea para diseñar nosotros nuestro propio dispositivo de telemetría”.
La producción
El diseño principal de la moto ya está hecho, solo les falta terminar unos pequeños detalles, cuando la federación les aporte algunos datos que necesitan. La idea es intentar conseguir el presupuesto para comenzar a producirla este verano, y tenerla lista para 2023. En agosto, por ejemplo, hay que entregar un primer concepto del diseño, presupuestos, etc. Y la competición será en otoño de 2023, en el circuito Motorland de Aragón.
Cuentan con patrocinadores como E.S. Paco Calcula, Canaya SkinDesing, M.garcia3D, Almericar Rent a Car, Circuito Costa de Almería y Race Box Pro. “E invitamos a las empresas que nos puedan ayudar en la producción de algunas piezas mas complicadas”, dicen. “Lanzamos el llamado”.
El club, además, no se limita al MotoStudent. “También hacemos otras competiciones”, sonríen. “Por un lado, claro, queríamos demostrar que podemos fabricar un prototipo de competición digno de alto rendimiento. Pero también que somos capaces de montar una estructura totalmente profesional. Por ello, junto a un patrocinador, Paco Calcula, estamos formando una estructura para competir a nivel nacional. Este año, por ejemplo, estamos en la copa de España KTM RC 390...”.
AINARA JIMÉNEZ, UNA PILOTO CON FUTURO
Pero no se puede hablar del proyecto UAL Racing Team sin hablar de Ainara Jiménez Yebra. Es su piloto, la persona para quien están diseñando la moto; la que, al final, defenderá en el circuito de Aragón, a golpe de pericia y de coraje, todo el proyecto.
Es de Vícar, tiene solo 17 años, y empezó en el mundo de la moto con nueve. Ha competido en varias categorías de promoción amateur, y ha conseguido, incluso, varios podios. Contactó con el equipo por Instagram, la llamaron, y llevan un tiempo haciendo pruebas y participando en competiciones. “Tiene un estilo de pilotaje que nos gusta mucho”, dice Carlos Alba. “Es muy fina en la trazada, cautelosa en los movimientos de la moto, casi nunca tiene sustos ni extraños, ni hace cosas bruscas con el prototipo. Y, aun así, saca tiempos potentes, es muy rápida. Y eso nos sirve mucho para la gestión de neumáticos, y la puesta a punto de la moto. Su pilotaje es muy uniforme, y sabemos con facilidad en qué punto de la moto hay que hacer un ajuste...”.
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