Juan Espadas va ganando terreno poco a poco en el ámbito político. Primero ganó en las primarias la candidatura del PSOE a la Junta de Andalucía y después se hizo con el control del partido que ha sido hegemónico en la comunidad desde los años 80. Hace unas semanas dejó la Alcaldía de Sevilla para dedicarse por completo al reto de ganar en las urnas el 19-J. El aspirante socialista conoce bien Almería desde su etapa de viceconsejero de Medio Ambiente y consejero de Vivienda. El pasado jueves volvió a recalar en la capital.
En la rueda de prensa que acaba de ofrecer en Almería me ha parecido escucharle decir que pueden ganar el día 19 por goleada por el ritmo que lleva la campaña.
No, no he dicho que vamos a ganar. He dicho que eso sería si se tiene en cuenta el trabajo que hacemos y la seriedad con lo que lo desarrollamos día a día. Por eso he puesto el símil de cuánto tiempo de control llevamos de la pelota y, en este caso, es de 90 a 10 respecto a los otros partidos.
Su ritmo de candidato es frenético.
En un mismo día tenemos reuniones sectoriales (en Almería ha sido con sindicatos para hablar de la sanidad pública) y estamos en la calle con los puerta a puerta, repartiendo publicidad, viendo a comerciantes, … Ya por la tarde se programan los actos públicos.
Ese nivel de intensidad, de acción diaria y completa, yo no la he visto de verdad en las otras formaciones.
Si es por el tiempo de dedicación, ganaríamos por goleada. Es evidente que estas van a ser unas elecciones disputadas y con presión previa de las encuestas y del aparato de propaganda del señor Moreno Bonilla y del señor Bendodo. Esto ha cambiado ya hace días y en este momento hay argumentos encima de la mesa como para que la gente no esté contenta con lo que hay, con el señor Moreno, y busque una alternativa, pero que esa alternativa sea la del PSOE al frente de la Junta de Andalucía.
¿Se la juega Juan Espadas en el debate de este lunes en Canal Sur?
No. Yo creo que nosotros hicimos el mejor papel en el primer debate y, por tanto, lo que vamos es a confirmarlo en ese segundo debate, probablemente con algunas cuestiones nuevas, tanto en el apartado de censura a la gestión como en el apartado de propuestas.
¿No son muchos seis candidatos?
Al final tienes que centrarte en un adversario político. No puedes ir a por todos.
¿Y cuál es ese adversario?
Sin duda, Moreno Bonilla. Todos lo demás, en todo caso, son candidatos. El único adversario del PSOE es el señor Moreno Bonilla y el único adversario del PP es Juan Espadas. Eso lo sabemos el uno y el otro. La cuestión está en que el señor Moreno Bonilla tiene una relación no explicada, encubierta, que yo llamo pareja de hecho, que es la que yo quiero desvelar ante los ciudadanos y que a él le interesa ocultar y a mí me interesa que los ciudadanos conozcan. ¿Por qué? Porque si los ciudadanos la conocen y la dan como real, pues evidentemente yo pienso que no van a apoyarla porque Andalucía no quiere un gobierno PP-Vox.
¿Se refiere a Macarena Olona como pareja de hecho de Juanma Moreno?
Sin duda. Y, además, ella sí lo dice claro. Ella no dice que vaya a gobernar sola, dice que va a gobernar con el señor Moreno. Ya lo ha nombrado vicepresidente. Es una estrategia en clave nacional. Eso está fraguado y Santiago Abascal lo llama laboratorio. Quien está engañando a la opinión pública porque no lo dice, pero está sentado y negociando, es el Partido Popular, es Feijóo, que es buen amigo de Abascal. Y es el señor Bendodo, la persona que se ha convertido en el negociador.
A pesar de que lo niega, ¿cree que Olona seguirá en Madrid si los resultados de Vox no son los que se esperan?
Mire, yo no sé lo que va a ocurrir. Yo puedo presumir que la señora Olona se va a estrellar con un mal resultado y, por tanto, probablemente lo que haga sea quedarse donde está. No ha renunciado al acta de diputada. Ese es mi vaticinio. Creo que esto es una estrategia más de la ultraderecha para dar un señuelo, pero teniendo muy claro que lo que le interesa a la señora Olona es Madrid, es el gobierno de España, y esto es un engaño más en este caso.
El día 19 puede darse un efecto Feijóo a favor de Juanma Moreno, un efecto Espadas o un efecto Arenas, el candidato que ganó y no pudo gobernar en 2012. ¿Con qué efecto se quedaría?
Yo solo contemplo el segundo, pero yo no lo llamaría efecto Espadas. Yo diría algo así como ganó la épica y ganó la épica una vez más, que es la de la de aquellos que creyeron que era posible, porque lo mejor, en este caso para Andalucía, era justamente lo que planteaban de nuevo, una vez más en la historia de Andalucía, los socialistas y no la derecha de siempre.
En el año 2012 se movilizó el PSOE con el apoyo de los sindicatos y hubo pacto con IU.
Pues yo creo que esta vez se va a producir también esa movilización. He visto a mi partido, a la militancia, a los simpatizantes, a la gente en general progresista, incluso de no voto socialista, de voto tradicional a la izquierda del PSOE, muy mentalizado y muy concienciado en que hay que hay que concentrar el voto en el PSOE. Yo tengo plena confianza en que una parte de nuestro crecimiento venga por ahí.
¿Cómo se explica ese trasvase de votos del PSOE al PP como apuntan algunas encuestas?
Hace muchas semanas que entendí que eran encuestas inexplicables y, sencillamente, como no me las creo, prefiero quedarme con lo que veo en la calle. El frío que en algunos momentos se percibía en diciembre del año 2018 ahora no se percibe. Se percibe motivación y aliento.
No ha ido al notario a firmar que no pactaría con partidos de extrema izquierda ni Juanma Moreno lo ha hecho para no firmar con Vox.
Moreno Bonilla debería firmar que no pactará con un partido que no defienda los principios de valores constitucionales, el Estatuto de Autonomía de Andalucía y la Convención de Derechos Humanos. Más fácil no se lo puedo poner. Pues no ha dicho ni esta boca es mía. ¿Por qué? Porque quien no respeta esas tres cuestiones es Vox. El objetivo de Vox es entrar en el gobierno de la Junta con el PP o no le da el apoyo. Por lo tanto, eso al final acabará en un matrimonio de los de toda la vida después de haber sido pareja de hecho. Eso sí, vergonzante, porque no se quieren reconocer como tal.
Vamos a hablar de Almería. ¿Cómo ve la situación aquí en esta provincia?
El PSOE de Almería va a mejorar resultados de calle. Ya lo verá. Ya veremos si 4 o 5 parlamentarios. Ya sabemos que en Andalucía no podemos gobernar con 33. Hay que superar los 40 y a partir de ahí empieza el partido. Si lo logramos, significa que el PP no llegará a los 46 que le dan algunas encuestas.
Susana Díaz alcanzó los 33 escaños. Si los supera, ¿hay Espadas para rato?
Yo no creo que las elecciones del 19 de junio sean un examen personal de Juan Espadas. Hace unos meses mis compañeros me dieron la confianza para ser su secretario general, para reorganizar el partido, para reforzar nuestra candidatura y preparar las municipales y las generales. Todo el mundo se está dejando la piel. Todo no lo podemos leer en clave orgánica.
Han venido a Almería el presidente del Gobierno y cuatro ministros, hasta ahora. ¿Se está volcando el Ejecutivo con esta provincia en estas fechas?
Hay una posición impecable desde el punto de vista institucional. El Gobierno de España está siendo respetuoso y no está haciendo anuncios porque no se puede hacer en campaña electoral.
En Almería es imprescindible hablar del Gobierno, el AVE y las políticas hidráulicas.
El proyecto del AVE significa que, a diferencia de los 50 millones de euros que el Gobierno de Rajoy se gastó en los últimos dos años, por fin hay un gobierno que invierte en una infraestructura que puede cambiar la historia de la provincia de Almería. Se ve una apuesta real y firme. El proyecto está en marcha. Unos discuten que si llegará o no tal día o tal otro. Las grandes infraestructuras hay que no pararlas y que vayan a buen ritmo para terminarlas. Acabará el proyecto cuando dice el promotor, el Gobierno de España, no cuando lo dicen los agoreros del Partido Popular.
¿Y sobre el agua?
El señor Moreno habla de 1.500 millones de euros en obras hidráulicas en toda Andalucía, al igual que la señora Crespo. Un compañero me ha dicho que son los mismos 1.500 millones que presentaron en 2018. En todo caso hablan de movilizar ese dinero. Hay cero euros en ejecución. Las obras de interés general de la comunidad no avanzan.
Lo mismo dicen de las obras que son competencia del Estado.
Todas las obras del Estado no van al ritmo que a mí me gustaría, pero hay muchísimas sobre las que presumir.
¿Y sobre el medio ambiente?
La consejería, en general, ha sido un absoluto desastre. Se cargaron aquello de tener un departamento propio en la Junta. Hablan de revolución verde, que no saben ni lo que es. Nunca han hecho la revolución y lo del verde queda muy bien en la corbata del señor Moreno Bonilla.
¿Resulta chocante que en el mundo rural andaluz esté calando el mensaje de Vox sobre la inmigración o la inseguridad?
Son temas que no se resuelven en una campaña electoral. Yo apuesto por una Andalucía incluyente, solidaria y por una Andalucía real, que es la Andalucía en la que la mano de obra y el mercado laboral, en determinados sectores productivos, depende claramente de trabajadores procedentes de otros países, no en este caso de trabajadores y trabajadoras españolas o andaluzas. Nos estamos jugando, digamos, la capacidad de exportación y la potencia de sectores en Almería que no podrían ser ni producir como producen, sino fuera por esa mano de obra que viene de otros países.
Vox insiste en esos mensajes contra la inmigración.
Lanzan mensajes de odio directos que vinculan a menores con inseguridad, ... Esto es el caldo de cultivo para que luego, a veces, alguien ponga la mecha y alguien encienda el fuego. Creo que efectivamente hemos sido demasiado laxos contra esos mensajes. Tenemos que ocupar ese espacio con mucha más pedagogía.
Podría concretar algo más.
Debe haber una estrategia de los partidos demócratas y que crean claramente que una sociedad tiene que consolidar valores que están muy alejados de las cosas que se escuchan por parte de la ultraderecha. Eso hay que trabajarlo en el día a día. La ultraderecha ha ido sembrando y desgraciadamente tenemos todos la sensación de que ese mensaje ha cuajado en algunos sitios. A mí me preocupa mucho esa cuestión y creo que tenemos que combatirla, pero con argumentos.
Por supuesto, hay que mejorar las condiciones laborales de estos trabajadores y deben darse condiciones regulares en el ámbito de la inmigración. No estamos hablando de inmigración irregular sino de generar oportunidades laborales adecuadas a personas que vienen a trabajar. Cuando hablamos de integrar significa ser capaces de convivir y de que no haya roce o choque entre culturas diferentes.
Lo que necesita Andalucía es generar una sociedad incluyente y una convivencia adecuada y, por tanto, que esas familias puedan desarrollar su vida. Tienen sus derechos. Son derechos de ciudadanía.
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