No conocía a Rodrigo Alonso, el cabeza de lista de Vox al Parlamento andaluz por Almería, más allá de sus intervenciones en los plenarios y las comisiones durante estos más de tres años, así como por los vídeos que comparte en sus redes sociales. Él dice que siempre es igual, que no cambia, y eso me dejó algo temerosa del primer encuentro para este perfil, pero lo cierto es que cuando hablas con él en el cara a cara, en la distancia corta, la persona que hay detrás es más tranquila y serena.
Descubrí que su talón de Aquiles o al menos la forma de ablandarle el discurso es cuando nombras a su pueblo. Su Antas natal, ese municipio en el que ha crecido, en el que se inició en política en el seno del Partido Popular, es ese lugar en el que él ha decidido estar. Su máximo objetivo diario es volver a su casa, a su cama, cada noche después de terminar la campaña electoral, las reuniones del sindicato Solidaridad en Madrid, o las sesiones parlamentarias en Sevilla. No le importa hacerse 400 kilómetros al día si evita “la soledad y la tristeza” que es convertir la vida en una sucesión de noches en un hotel. No es que no le guste viajar, pero eso se hace con la familia y con los amigos, la política es trabajo.
Dice que no ha notado tampoco demasiado el hecho de haberse convertido en un ‘turronero’ de las ideas con respecto a los tiempos en los que ejercía como comercial por los pueblos. “Hay que madrugar, pasar todo el día fuera de casa trabajando y llegar de noche” por lo que su cuerpo está acostumbrado a este ritmo frenético. Además, lo de la política no le viene de nuevas porque Alonso es uno de esos convencidos de Vox que llega desde la órbita del PP. Con los populares estuvo como concejal en el Ayuntamiento de su pueblo durante una Corporación. Él asegura que se marchó después de darse cuenta de que les “dejaban tirados” (a los representantes de su pueblo y a los afectados) los suyos tras las riadas. Primero pasó a ir de suplente en las elecciones municipales y después se marchó.
Dice que no le gusta “el postureo” que llevaban en la formación y que eso también le fue alejando. No puede decirse que su nuevo partido no tenga también sus imposturas, son muy de fotos y vídeos... Sea por postureo o porque Vox le ofrecía una nueva oportunidad de reengancharse en la política, lo cierto es que Rodrigo Alonso fue de esos doce primeros parlamentarios andaluces que se subieron al caballo de Santiago Abascal y que dieron la sorpresa en 2018.
Durante estos años se ha convertido en uno de los personajes conocidos de la formación, y ahora, después de hacerse cargo incluso de la gestora del partido en la provincia en medio de una enorme crisis entre dos bandos muy enfrentados, vuelve a ser uno de los elegidos por el líder del partido para ocupar sillón en el Hospital de las Cinco Llagas. Ahora lo hará como escudero de Macarena Olona, esa candidata que ya le ha dicho a Juanma Moreno Bonilla que quiere ser vicepresidenta.
Hablamos del Levante almeriense y de los conocidos en común. Es que entre Turre y Antas hay pocos kilómetros, y en el camino muchos pueblos con playas y montes de los que ambos hemos disfrutado desde pequeños.
En la conversación buscamos a los ‘Guerrero’ que conectan mi familia con su pueblo y las posibilidades que tiene su hermano, periodista en Nairobi, de venir a Almería a visitar a los suyos sin dejarse el sueldo de un mes. Y es que lo de las comunicaciones de la provincia no es que sea ya una preocupación política, es desazón personal.
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