Antonio Ferre, presidente de Colega Almería y de la Federación Andaluza Colegas, ha presentado conjuntamente con el Ayuntamiento de Almería un amplio programa cultural y festivo con motivo del Día Internacional del Orgullo LGTBI+. Hace 22 años que abría la sede de la asociación en su cochera, donde pintó un arco iris y donde también sufrió mucho hasta que ese espacio pasó a convertirse en un lugar de referencia para seguir conseguir la visibilidad e igualdad real que el colectivo merece.
¿Cuáles son las líneas de trabajo de Colega Almería?
Son muchas, pero el principal vivir en una igualdad real y efectiva para el colectivo LGTBI+ en la ciudad y provincia de Almería. Una igualdad real en todos los sentidos, pero no solo en la ficticia o en la legal, que a veces queda muy bonita. Otra cosa que defendemos desde Colega Almería es la lucha y la defensa a ultranza de los Derechos Humanos. Y sobre todo lo más fundamental, desde el punto de vista humano, es buscar la felicidad de las personas. Esa felicidad se consigue con igualdad y respeto entre iguales.
Según el Portal de Transparencia de la Junta de Andalucía, entre 2015 y 2021 ha habido un aumento del 136% de menores trans de 14 años en Cádiz, Córdoba, Granada, Almería y Sevilla tras la Ley Trans andaluza de 2014
Hay mucha gente que no lo está pasando bien. Hay padres y madres que cada vez lo entienden más, se acercan a nuestra sede. Hemos pasado de la negación de decírselo a nuestros padres a decirlo con naturalidad. Esto es lo que se conoce como la autodeterminación. Creo que ha habido políticas y visibilización. Se habla con normalidad del tema trans. Es importante que si los jóvenes se dan cuenta cuando son menores, lo mejor es no esperar a la mayoría de edad.
El mundo trans estaba muy estereotipado en el mundo de la noche y todavía sigue estando aunque en menor medida. Es una cuestión que hemos luchado. Es lógico que el colectivo trans se haya tenido que dedicar a la noche. De hecho, una de las cosas más graves a las que se enfrenta es la inserción laboral. El colectivo trans tiene muchas dificultades para entrar en el mercado laboral. Hacen falta acuerdos en empresas públicas, sensibilidad en el tema y que se entienda como colectivo vulnerable.
Casi 400 incidencias por homofobia, bifobia y transfobia en Andalucía el año pasado, ¿por qué van en aumento los discursos de odio?
Muy fácil. Se está institucionalizando el discurso de odio por ciertos partidos políticos donde se está dando visto bueno a la homofobia. Afortunadamente hemos podido frenar la homofobia institucional. Con la pandemia se ha visto agravada esta situación ya que nos hemos vuelto más irascibles ante las redes sociales. Lo que más ha aumentado son los delitos de odio en redes sociales bajo un anonimato, y eso también ayuda mucho. Una red social donde cada uno expone lo que que quiere... A pesar de ello, la Policía cada vez está más formada en ciberdelincuencia y ciberacoso. No sabemos los motivos reales, pero yo creo que la pandemia podría ser un motivo y otro la valoración positiva de esos discursos de odio, el que nadie haya parado eso. Pero vamos, en nuestro colectivo y otros como el de las mujeres.
El 19J hubo un gran movimiento para evitar que partidos de ultraderecha entraran en el Gobierno andaluz, quien quería derogar la Ley Trans de 2014, la Ley LGTBI de 2017, las leyes de género y memoria histórica, así como imponer el pin parental, ¿qué hubiera supuesto para el colectivo LGTBI+?
Creo que Vox ha tocado techo en Andalucía. Igualmente me preocupa mucho Almería porque hay demasiado populismo ficticio, que no es real porque las cosas no son tan fáciles. No se puede decir que se van a recortar las ayudas, tampoco que los inmigrantes han venido aquí a robarnos... Y más en el caso de Almería. Pero si hubiera salido, nos hubiéramos tirado a las calles a protestar. Yo soy de la vieja escuela. He estado cuando no había leyes, entonces era mucho más difícil que en Almería te entendieran como gay. Ahora me alegro mucho cuando veo personas cogidas de la mano. ¿Es cierto que tenemos miedo a que nos puedan agredir? Sí, pero tenemos que salir y enfrentarnos a esos miedos. Saldríamos a la calle y haríamos nuestra oposición como lo haría cualquier otro colectivo.
¿Crees desde la asociación que los gobiernos de derecha están inmersos en hacer políticas públicas efectivas ante la LGTBIfobia?
No lo sé. He decir que con el último gobierno que ha habido en la Junta de Andalucía del PP y Ciudadanos se han hecho cosas. Se han hecho cosas pero, ¿se podrían haber hecho menos? Totalmente. Hay un director de Diversidad, que antes no lo había. Se ha aplicado en cierta medida la Ley LGTBI, se han hecho campañas institucionales y que antes no se hacían. Puede ser que hayan gustado más o menos, pero se han hecho. También se ha hecho el Consejo Andaluz LGTBI y los grupos de trabajos. Tampoco hay que olvidar los dos años de pandemia.
¿Y en el caso del Ayuntamiento de Almería?
Nosotros no tenemos queja. Han colaborado en la campaña contra la homofobia, con el Orgullo también están haciéndolo... ¿Qué haría falta? El Plan Municipal LGTBI que estaba en proceso de creación. Llegó el covid y se paralizó. Nosotros hicimos un autodiagnóstico de la ciudad. Ahora se ha vuelto a hacer otro. Es cierto que hay un borrador de plan en el que hemos aportado cosas, pero el plan debería de estar ya aprobado para que las distintas consejerías se implicaran. Pedimos que se haga realidad este plan integral que recoge todas las aristas.
En los últimos meses ha habido demasiadas agresiones homófobas en la ciudad
No creo que Almería sea tan homófoba. Energúmenos hay e intolerantes también, pero Almería es una ciudad muy respetuosa, muy receptiva. Por tres o cuatro no se puede enjuiciar a Almería. Casualmente casi todas son en la noche, no sé si tiene que ver con el alcohol. Soy de los que piensa que un intolerante seguirá siendo un intolerante. La gente a veces cambia la mentalidad por prejuicios, construcciones... Eso lo vemos mucho en padres y madres que no aceptaban lo de sus hijos y con el tiempo lo han visto con naturalidad. Hay que pensar en nuestro futuro y en el de otras personas. Debería haber una sensibilización más profunda.
¿Hay unión en el movimiento asociativo del colectivo LGTBI de la ciudad?
En la ciudad cada uno trabajamos de diferente manera, pero tenemos unión. Hacemos actividades diferentes. Nosotros llevamos muchos años haciendo la manifestación y 22 años de trabajo duro en Almería y la provincia. Hemos pasado por un local con una bandera de arco iris con una mesa y cuatro cosas de segunda manos. Hemos estado años sin un euro y trabajando mucho. Que en Almería haya diversidad en sus asociaciones es bueno y que habría cosas en las que tendríamos que ponernos de acuerdo, también. La cuestión LGTBI siempre se politiza.
¿Cuáles son las mayores barreras que os encontráis en Almería para trabajar por la igualdad de derechos?
La dificultad más grande de los colectivos es trabajar con el mundo empresarial. Nosotros hemos dado cursos incluso a empresas agrícolas. Lo más duro es convencer a las grandes empresas para que tengan un plan. Es un reto que estamos haciendo poco a poco. En el ámbito social, por ejemplo, este año también ponemos caseta. 15 o 16 años poniendo, y nos hemos ganado la fama entre los caseteros. Algo estaremos haciendo bien. Hay que romper techos de cristal y estar. En lo educativo, hace 20 años que nosotros íbamos por los institutos dando charlas, y lo seguimos haciendo. Sinceramente no hemos tenido problema con la administración de Almería. Hemos tenido un apoyo institucional y de credibilidad. En Almería ha habido momentos de mucha implicación, de mucho empresariado gay... Ha habido y hay muchos referentes.
Se aproxima el Día Internacional del Orgullo LGTBI, ¿se está convirtiendo más en una fiesta que en una jornada de reivindicación?
Creo que hay que hacer un equilibrio de todo. La fiesta está muy bien, pero hay que tener en cuenta la manifestación reivindicativa. Hay que educar a la gente en que es una fiesta reivindicativa, lúdica... No lo digo por Almería, pero si solo es en cuestiones festivas y no en sociales, algo falla. Tiene que haber un equilibrio, porque el Orgullo son los 365 días del año... Como si solo nos acordásemos de esta lucha el Día del Orgullo LGTBI+. Un día como este está bien, pero los gays, las lesbianas, los trans tenemos problemas todo el año y hay que atenderles en sus necesidades.
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