El mes de mayo ya quiere ser verano, y el despacho de Javier de las Nieves en la Universidad de Almería se convierte en un refugio contra el calor. Hablamos de los libros de Física que pueblan sus mesas, de su carrera profesional en la docencia, la investigación y la gestión en el mundo de la ciencia. Ya vamos por la mitad de los años 90, cuando llega a la UAL y se forma el grupo que, hoy, es el Grupo de Física de Fluidos Complejos.
Javier habla de los proyectos que se comenzaron a desarrollar. “Uno de los temas que tratamos fue el de las energías renovables”, recuerda “Conseguimos formar un programa de doctorado conjuntamente con la Plataforma Solar de Almería, y empecé a colaborar muy intensamente con ellos. Hicimos un convenio y sacamos cuatro becas de doctorado conjuntamente entre la PSA y la UAL...”. De las Nieves había traído un proyecto que dirigía en la Universidad de Granada, “pero recuerdo que fui a Madrid, hice una presentación con los trabajos que habíamos hecho, la gente, los contratos de investigación, y nos concedieron otro proyecto, ya solo para Almería, y además nos catalogaron como Proyecto de Excelencia. Y así continuamos varios años, concatenando proyectos... Luego hubo otro profesor titular, y lo propuse inmediatamente a dirigir nuevos proyectos... Y en un momento dado nuestro grupo llevaba, a la par, dos proyectos de los programas nacionales”.
Delegado
El grupo tenía una financiación potente, y un reconocimiento, afirma Javier. Y entonces, en un momento dado, presentó su candidatura a rector de la UAL. “Nunca he pretendido que en la universidad tenga que haber oposición y sector oficial”, apunta. “Simplemente, me presenté en contra de una manera de hacer universidad, porque entendía que esto tenía que avanzar de otra forma. Perdí las elecciones, y me seguí dedicando a conseguir proyectos de investigación, a presentar tesis... Un ámbito en el que los méritos científicos eran los fundamentales. Y así fue como seguimos creando un grupo súper competitivo”.
En 2004 Martín Soler le propuso ser delegado de Innovación, Ciencia y Empresa. “Era una nueva consejería que se creaba, con la que se potenciaba la innovación, estaba incluida la universidad…”, explica. “Eso fue lo que me atrajo. Me dije: Bueno, a lo mejor puedo hacer algo diferente...”.
Estuvo de delegado hasta 2008, “y fue cuando realmente conocí Almería”, dice. “Y establecí esa relación, conocí las empresas, el sector productivo… A mí me sorprendió. Fue cuando se puso de moda la palabra Innovación, hasta ese momento no se hablaba de ello. Y, por ejemplo, para mí fue impactante Cosentino, y lo sigue siendo. La gente no se da cuenta que allí hay un emporio impresionante de conocimiento e innovación”.
“Y en el sector agrario, fue cuando se empezó a hablar de cuarta y quinta gamas”, añade. “Nuestra delegación promovió que teníamos que pasar de un sector estrictamente primario, a algo que diera mas valor a la cadena alimentaria. Y este valor era el procesamiento de nuestros productos primarios. Eso era la cuarta gama, y me di cuenta de que había una empresa, Primaflor, que era la primera que lo estaba haciendo. Y luego empezamos con la quinta, y ahí Caparrós fue la primera que empezó a hacer algo más elaborado”.
El IFAPA
Luego, el propio Martín Soler, ya consejero de Agricultura, le propuso ser presidente del Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (IFAPA), y se fue a Sevilla, hasta 2012. “Creo que debía haber estado un poco mas, pues estaba haciendo una buena labor allí”, reflexiona.
“En cuatro años no fue suficiente, pero hicimos cosas importantes. Pusimos en marcha convocatorias públicas de becas con fondos FEDER; pusimos en marcha proyectos Transforma, que eran de Transferencia y Formación, inter-centros; grandes proyectos de medio millón de euros y cosas así, que permitían contratar investigadores. Sacamos contratos para investigadores posdoctorales, para conseguir que en el IFAPA hubiera un cuerpo de investigadores con grandes capacidades, y bien formados...”.
Ese proceso hubiera necesitado más tiempo, dice Javier. “Pero en ese momento, sinceramente, no pretendía seguir avanzando en Sevilla. Me gustó mucho la ciudad, pero… Me volví por razones familiares, y profesionales. Siempre supe que era temporal. No pretendía tener una carrera política. Mi objetivo era volver a mi universidad. Eso sí lo reconozco, mi ambición era ser rector”.
Estuvo año y medio de vicerrector de Investigación en la UAL, y lo dejó para presentarse de nuevo a rector. “Con el conocimiento que tenía del mundo de la investigación y de la gestión, era el siguiente paso”, explica. “Bueno, el caso es que perdí, y así volví a mi despacho. Yo siempre he sido catedrático de universidad...”.
Econofísica
Ahora sigue con el grupo de investigación, “aunque con una intensidad mas baja, comparativamente”, afirma y mira el despacho, los libros, las fotos en las paredes. “Ya tengo 66 años, y me podría haber jubilado hace años…”. Pero una nueva línea de investigación se ha abierto ante él: la Econofísica.
Colabora en este campo con Antonio Puertas, también físico, profesor e investigador de la UAL. “En 2015 nos hablaron de unas analogías entre las fluctuaciones del mercado de divisas y las fluctuaciones de partículas. Empezamos a trabajar en eso, y como yo conocía al grupo de economía, que hacían trabajos sobre coeficientes, simulaciones…, unimos fuerzas”.
En 2017 les aceptaron el primer trabajo sobre el tema en Physical Review Letters. “¡Fue mi primer artículo allí, que es el top de la Física!”, sonríe Javier. “Sobre el mercado de divisas, en este caso el euro dólar, y las fluctuaciones... Luego miramos con otras divisas, y publicamos un artículo en otra revista, también muy reconocida. A partir de ahí seguimos trabajando, y nos dieron un proyecto de los programas nacionales, que ya dirigía Puertas. Ya no coordino proyectos, soy el mayor del grupo, y así tengo una cierta respetabilidad...”.
EL ORGULLO DE UNA CARRERA PROFESIONAL
Si hay algo de lo que a Javier de las Nieves se le nota orgulloso cuando habla de su carrera profesional, es del grupo de Física que ayudó a formar desde el principio, en la Universidad de Almería. “Un grupo muy competitivo”, dice. Y fuimos subiendo nuestro nivel de publicaciones claramente, en revistas de Física del máximo nivel”.
“Y fuimos los primeros en España que trabajamos con microgeles, que se ha convertido como en un boom. Hablamos del orden de 200 nanómetros, aproximadamente; pero ahora se trabaja con los nanogeles, 10 nanómetros. Eso nos dio una proyección internacional muy potente. Organizamos aquí, incluso, un congreso de la Sociedad Europea de Coloides e Interfaces...”.
La UAL podía haber avanzado mucho más, opina De las Nieves, “pues, al ser pequeña, no tenía las inercias de las grandes universidades. Tiene un buen nivel, pero pienso que, por sus características de crecimiento, podría haber sido más competitiva de lo que es”.
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