El valle de La Hoya ya traza su futuro de ‘roales’ verdes y caminos

A pesar del calor, de las interminables horas bajo el sol que pasan los obreros, no se paran los trabajos para convertir La Hoya en los Jardines Mediterráneos prometidos a los almerienses dentro del plan de transformación del plan Alcazaba-Hoya-San Cristóbal.

Los últimos avances que se pueden contemplar en la zona de los trabajos muestran parte de los balates que conforman el Paseo de las Paratas ya rehabilitados después de que se comprobara que su situación era peor de lo previsto. Cabe recordar que en esta zona se configurarán los huertos de cítricos y arbolado que aportarán las principales zonas de sombra del espacio. Así como todo el entramado para el riego con la rehabilitación de la acequia y la balsa que se encuentra en este espacio. Así como la inclusión de escaleras y rampas para hacerlo más accesible.

Además, se ha procedido a la nivelación de toda la parte central de los jardines para la que se realizaba a finales de la pasada semana una importante aportación de tierra. Hay que tener en cuenta que se había decidido realizar un recrecido del suelo de entre unos 50 centímetros y un metro para evitar que las actuaciones que se realizaran en la superficie para la puesta en marcha de la superficie ajardinada pudiera dañar a los restos arqueológicos que se encuentran aún ‘protegidos’ en el subsuelo.

Los ‘roales’
El último de los pasos comenzaba a darse con el inicio de la semana. Se trata del dibujo sobre el suelo de los ‘roales’ de vegetación que acabarán trazando los diferentes itinerarios de la zona valle. 

En estos círculos trazados con esa especie de tiza blanca sobre la tierra que se pueden contemplar desde cualquier lugar alrededor de La Hoya, se procederá a la plantación de especies arbustivas para que sus raíces no afecten a los restos arqueológicos. Esto no significa que no se vayan a plantar árboles en esta zona pero sí que serán ejemplares de tamaño medio y que será en lugares determinados por los estudios arqueológicos preliminares para que sea en lugares donde no hay riesgo. Bajo esa sombra se establecerán rincones para el descanso con la presencia de bancos.

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Esos caminos de conectarán los diferentes ‘roales’ no van a variar demasiado visualmente ya que la intención es que  estos itinerarios sean de tierra pero será una tierra especial mezclada con cal para evitar las polvaredas en los muchos días de viento que sacuden la ciudad.

De momento los cambios en los balates y los ‘roales’ son los grandes avances que se pueden ver. Hay que tener en cuenta que lo que está aún por saber es el cambio que supondrá la actuación para el Paseo de las Gacelas y la ladera de la Alcazaba a la que volverán las chumberas (pencas) y los ágaves.