Representantes de la hostelería y el comercio de Almería se han unido a las voces de ambos sectores que están expresando su preocupación por el nuevo plan de ahorro energético dispuesto del Gobierno.
Junto a ellos, los partidos de la oposición también lo han recibido con recelo en unos casos y con abierta oposición en otros, hasta el punto de que algunas comunidades, como ha hecho Madrid, han anunciado ya que no pondrán en marcha las disposiciones del Gobierno, a pesar de que su incumplimiento puede acarrear, de hecho, hasta 60.000 euros por faltas leves y 100 millones por las graves, según ha informado Europa Press.
En cualquier caso, las medidas que serán obligatorias ya la próxima semana en edificios públicos y espacios comerciales, como la limitación de la temperatura a los 27 grados o el apagado de los escaparates a partir de las diez de la noche tampoco están siendo bien acogidas, en general, en la provincia.
El plan también recoge otras disposiciones controvertidas, como la obligación de los establecimientos de contar con puertas de cierre automático a partir del 30 de septiembre. En este caso se trata de una medida que puede chocar con la ventilación necesaria frente al covid.
Entre los consultados por este diario, la reacción más airada ha venido de parte de los comerciantes. Desde Almería Centro, su presidente, Antonio Martín, lamenta que las medidas recogidas en este plan suponen “un golpe bajo al centro de Almería”, puesto que a su entender van a contribuir a empobrecer y a acrecentar la sensación de ciudad desierta e insegura. “Con el calor, en Almería la poca gente que sale empieza a hacerlo a las ocho de la tarde, y si a las diez lo tiene todo apagado, los escaparates, los edificios emblemáticos, los monumentos, ¿qué atractivo vamos a tener? Es lo que faltaba”, dice.
Ciudad por ciudad A su juicio, medidas de este tipo solo tienen sentido si se hacen analizando el caso concreto de cada ciudad y sobre todo su clima. “Puede ser que a ciudades del norte de España le vengan bien, pero aquí seguro que no. ¿Quién va a entrar a una tienda si dentro hace el mismo calor que en la calle?”, se pregunta.
Los miembros de esta organización de comerciantes a los que se ha dirigido este periódico coinciden con su presidente al afirmar que las medidas que serán obligadas en pocos días “son un ataque directo a las tiendas de Almería, que volverán a ser perjudicadas de nuevo ante las grandes superficies comerciales”, donde no se apagará la iluminación a las 10, puesto que, como destacan, cuentan con establecimientos de hostelería en su interior. Los comerciantes dicen no entender que ellos no puedan invertir en promocionar sus negocios iluminándolos por la noche mientras en las mismas horas otros negocios seguirán funcionando con el aire acondicionado y su iluminación, como sucederá con la hostelería.
“Pero ya es que no se trata de ahorro, sino de que vamos a dar una impresión de país subdesarrollado, a oscuras, y se va a aumentar la impresión de inseguridad en las calles”, añade Antonio Martín, que insiste en proclamar que “esto es otro golpe al centro, un paso más en su acoso y derribo”.
La Confederación Empresarial del Comercio de Andalucía no se ha mostrado tan crítica como los responsables de Almería Centro, aunque su vicepresidente, Antonio Campos, sí ha expresado su preocupación ante el escenario que se presenta para los pequeños comerciantes tras el reciente paquete de medidas para el ahorro energético y eficiencia energética aprobado el pasado lunes en el Consejo de Ministros.
Mientras tanto, desde la Asociación Provincial Empresarios de Hostelería de Almería (ASHAL), su presidente, Pedro Sánchez-Fortún considera que será complicado garantizar la comodidad de sus clientes con esa limitación de la temperatura en el aire acondicionado a los 27 grados. “Si es poniéndolo a 22 y 23 y en ocasiones cuesta trabajo, no sé lo que va a pasar, pero lo que está claro es que tendremos que cumplir las leyes, como hacemos siempre”, señala.
Sánchez-Fortún cree, además, que estas medidas “no abordan el problema principal” para las empresas en lo que se refiere a disposiciones que consigan un verdadero ahorro. Por ejemplo, alude a las “enormes trabas con que se encuentran los hoteles de Almería por parte de las compañías eléctricas para instalar placas fotovoltaicas que podrían hacer posible conseguir ser autosuficientes.
Centros excluidos
Centros sanitarios y hospitalarios, de formación (colegios, universidades o guarderías), peluquerías, lavanderías, gimnasios y los medios de transporte en sí (trenes, aviones, aeropuertos, barcos...) quedarán excluidos de la obligatoriedad de limitar la temperatura, para no bajar de los 27 grados en verano ni superar los 19 en invierno, recogida en el plan de ahorro y eficiencia energética aprobado por el Gobierno, informa E. Press.
Tampoco se tendrán que aplicar las medidas de ahorro en las farmacias, como ha informado el Colegio de Farmacéuticos de Almería, puesto que cuentan con una normativa específica en relación a la temperatura debido a las necesidades de conservación de los medicamentos, por la que no se puede obligar a superar los 25 grados.
"Sin consenso"
El consejero de la Presidencia y portavoz del Gobierno andaluz, Antonio Sanz, ha criticado que el Ejecutivo central “no haya consensuado” con las comunidades ni con los sectores afectados las medidas de eficacia y ahorro energéticas aprobadas este pasado lunes, toda vez que ha subrayado que “un recurso no exime de su cumplimiento” teniendo en cuenta que desde la Comunidad de Madrid ya se ha anunciado que analizará este Real Decreto y “si no es constitucional”, lo recurrirá.
Sanz ha recordado que el ahorro energético fue uno de los asuntos que ya trasladó el presidente de la Junta, Juanma Moreno, al presidente del Gobierno central, Pedro Sánchez.
“Le trasladamos la prioridad que Andalucía tiene por abordar estos asuntos”, ha remarcado Sanz, quien ha insistido en lamentar que “no se haya consensuado ni con las comunidades ni con el sector”.
De otra manera
“Se podía haber hecho de otra manera”, ha reprochado, aunque ha afirmado que “la norma es la norma” al ser preguntado sobre si Andalucía lo llevaría ante el Constitucional o lo acatará. “Cualquier valoración es libre de poder hacerse y cómo se entiende la repercusión que tiene, desde el punto de vista normativo, la aplicación del Real Decreto”, ha comentado Sanz, que ha recordado que “con independencia de que alguien lo recurra o no, la norma es la norma, y un recurso no exime de su cumplimiento”.
“La norma es la norma con independencia de que luego cada uno pueda ser libre de tomar la iniciativa correspondiente en los ámbitos de los tribunales o políticos”, ha apuntado sabiendo que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha anunciado que su gobierno no apagará la luz de los edificios públicos ni de los escaparates del comercio exterior para ahorrar porque, a su juicio, esto generará “inseguridad” y espantará “el turismo y el consumo”.
Previsión de ocupación al 75%
Para los hosteleros y hoteleros almerienses, el plan de ahorro energético aprobado el lunes por el Consejo de Ministros llega en el peor momento, porque como precisa el presidente de ASHAL, Pedro Sánchez-Fortún, “el verano está siendo peor de lo que se esperaba”.
“No terminamos de levantar cabeza”, añade Fortún, después de que a la grave crisis que han sufrido los empresarios del sector debido a la pandemia se ha unido ahora la provocada por la guerra de Ucrania, la inflación y la subida de precios en todas las materias primas. El aumento del precio del combustible ha venido además a poner la puntilla para el sector turístico.
Y es que, como dice, “a pesar de que Almería sigue siendo un destino barato en relación a otros vecinos, seguimos teniendo el gravísimo problema de las dificultades con que se encuentra el turista para llegar, debido a las malas conexiones por tren y por avión, que además de escasas son muy caras”.
De esta forma, el sector hostelero argumenta que, teniendo en cuenta que Almería cuenta con un turista nacional como cliente principal, a estas dificultades para llegar en tren o avión ahora también se le ha unido el elevadísimo precio del combustible, que le lleva a multiplicar el coste de venir en su propio vehículo en relación a años anteriores, lo que se ha traducido en una disminución significativa de viajeros con este modo de transporte.
“Ante estas dificultades para venir a Almería, el turista nacional parece que se está decantando por otros destinos que tienen conexiones mucho más baratas y rápidas, como pueden ser Valencia, Málaga o Cádiz”, dice Sánchez-Fortún.
Bajan las expectativas Aunque antes del verano las previsiones parecían más halagüeñas, Sánchez-Fortún afirma que el impacto de la crisis causada por la guerra de Ucrania ha sido brutal y ha hecho rebajar las expectativas para el mes de agosto.
“Nuestras previsiones a día de hoy es que este agosto tendremos una ocupación media del 75%, que volverá a ser muy inferior, por tanto, a los tiempos prepandemia y al año inmediatamente anterior, 2019, cuando superábamos el 85 o 90% y en momentos puntuales llegábamos al 100%”, expone.
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