Este pasado mes de julio, y la primera decena del mes de agosto, han estado entre los más cálidos que se recuerdan en Almería. Y el caso es que, habiéndose alcanzado temperaturas muy elevadas, no se han batido con claridad los máximos históricos ni en lo que se refiere a las máximas ni a las mínimas.
Dicho esto, la pregunta que queda en el aire es por qué la sensación general que han experimentado los almerienses es que este mes de julio y principios de agosto está siendo ‘lo nunca visto’ para buena parte de los almerienses.
Un análisis de situación ha llevado a Eduardo Romay, del colectivo almeriense de analistas climáticos Cazatormentas, ha buscar una explicación climatológica a esa sensación generalizada; la respuesta es que lo inusual de los fenómenos que se han repetido a lo largo de este verano es que el sol ha sido claramente dominante ya que sólo ocho de los alrededor de cuarenta días contabilizados se pudieron observar algunas nubes.
Calentamiento
Con ese dato en la mano resulta que la insolación media ha llegado a superar las doce horas diarias, con lo que ello supone de calentamiento del aire. Si al efecto ‘calefactor’ de la alta insolación se la añade la presión media del mes, que ha sido récord desde que se dispone de datos sobre este parámetro, y que ha generado una situación de escaso movimiento del aire, tanto vertical como horizontal: “es decir, las masas de aire subtropical que nos han afectado apenas han sido renovadas”, explica Eduardo Romay.
Ese calentamiento fue en julio progresivo ya que la primera mitad del mes mantuvo las mínimas nocturnas en torno a los 22,3 grados, media que subiría entre dos y tres grados más en la segunda mitad, ya con esa ‘burbuja’ de aire recalentado sobre Almería.
Termómetros
Aún sin valores que puedan considerarse récords absolutos, lo cierto es que se han registrado valores muy altos durante prácticamente todo el periodo de verano transcurrido. En un análisis temporal la media de las máximas se ha ido a 32,8 grados, sólo superada por los 33,2 de julio de 2020, desde que existen registros oficiales, es decir desde 1969.
Los 23,6 grados de media de las mínimas sólo han sido superadas, en ese periodo 1069-2022 por los 24,6 del verano de 2015. Con esos valores, la temperatura media de este verano se situaba en 28,2 grados, registro sólo superado en los últimos 53 años por los 28,7 de 2015 y los 28,3 de 2020.
Noches tórridas
Entre las más molestas consecuencias del calentamiento que se ha producido este año en la atmósfera y en los suelos almerienses han sido unas temperaturas nocturnas que se sitúan por encima del ‘umbral del sueño’ bajo el que es complicado dormir.
Noches como la madrugada de este pasado miércoles, cuando se midió una mínima de casi 33 grados en la estación de AMETSE (Asociación Meteorológica del Sureste) del barrio de San Luis, trasladan a los almerienses a un ‘infierno’ nocturno en el que es difícil conciliar el sueño.
40 grados
Finalmente la media de máximas, incluyendo los diez primeros días del mes de agosto, ha sido extraordinariamente alta a consecuencia del gran número de jornadas en los que los termómetros han estado rondando los cuarenta grados, algo que es poco habitual en la provincia gracias a la influencia de las brisas marinas, que suelen actuar como amortiguador, salvo en los días en los que sopla el levante en las áreas próximas a la capital.
Si julio ha sido uno de los meses con más calor de la historia en la provincia, los principios del presentes mes de agosto no se quedan atrás y es que, tanto en la capital como en la provincia, se han rondado los cuarenta grados durante buena parte de las jornadas.
Registros
Los almerienses han tenido que hacer frente en este prolongado periodo, sacudido por sucesivas olas de calor, a temperaturas máximas que se incorporan al listado de máximas registradas a lo largo de la historia. Es el caso de los 45 grados que se sufrieron en la pedanía huercalense de El Saltador, en la última semana del mes de julio o los más de 41 grados medidos en Carboneras.
En el caso de la capital la predominancia de los vientos de levante ha propiciado un ambiente extremadamente caluroso, acrecentado por el efecto ‘isla de calor’ que incrementa en dos o tres grados las mediciones oficiales que se realizan en la estación meteorológica del aeropuerto de Almería.
Lo que viene
La insistencia del calor está acabando con la paciencia de los almerienses. Algunas de las previsiones lanzadas por plataformas nacionales del sector de la meteorología apuntaban a un descenso más o menos sensible de cara al mes de agosto, pero los primeros diez días del nuevo mes no han sido sino una continuación del de julio.
Según el analista climático Eduardo Romay, del colectivo almeriense Cazatormentas, que acerca los pronósticos a la realidad de la provincia, señala que esta semana aún se mantendrá bajo la influencia de los vientos de levante, lo que se traduce en nuevas jornadas calurosas, al menos en las áreas próximas a la capital.
Fin de semana
De esa forma, los termómetros estarán cerca de los cuarenta grados, aunque posiblemente esa situación tenga los días contados, aunque en amplias zonas del interior provincial, en especial en los grandes valles del Andarax, el Nacimiento o el Almanzora, esas temperaturas serán más contenidas.
De hecho, de cara al fin de semana, los pronósticos apuntan a la llegada de vientos de poniente y con ellos un cambio en la tendencia que, de cara a los primeros días de la semana que viene, permitirá un ‘alivio térmico’ en la capital. El calor se trasladará este fin de semana a las zonas del interior provincial, aquellas que no sufren el calor del viento de levante de la capital, pero sí los excesos del poniente. En esas áreas podrán incluso superarse de nuevo los cuarenta grados.
Esperando el fresco
Es sólo una aproximación a lo que podría ocurrir en la primera mitad de la semana que viene, pero lo cierto es que según expone Eduardo Romay, parece que el patrón dominante durante todo lo que llevamos de verano (altas presiones estables) va a cambiar con la llegada de una gran vaguada atlántica con poder suficiente para ‘barrer’ el aire cálido que se ha acumulado en las últimas semanas.
Ese refresco del ambiente debería tener un efecto positivo sobre las temperaturas, suavizando el calor intenso de días atrás, con lo cual se abre la posibilidad de que la segunda quincena de agosto pueda llegar con temperaturas relativamente mas suaves, aunque el calor del verano estará presente.
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