La Red se extiende poco a poco sobre la vida de los ciudadanos. Está en los trámites burocráticos con las administraciones y en el trabajo telemático. Está en las comunicaciones y en la interacción de las redes sociales. Está en las compras online y en el consumo de información. En la pantalla del teléfono móvil, en el ordenador, en el altavoz inteligente y en el nuevo televisor.
Según datos del INE, el 95 por ciento de los adolescentes de 10 a 15 años ha tenido acceso a Internet en los últimos tres meses y el grado de penetración entre los mayores de 65 años crece por encima del 70 por ciento. El consumo de servicios online gana terreno inexorablemente.
Y allí donde hay actividad hay también oportunidad para los criminales. El Ministerio del Interior ha presentado su informe anual sobre ciberdelincuencia. El estudio refleja datos del ejercicio 2021 y, por tanto, analiza el panorama durante y después de la pandemia.
La principal conclusión es que “la importancia de la cibercriminalidad va creciendo año tras año” y ahora “tiene connotaciones especiales por todo lo relacionado con la pandemia generada por la covid-19”. Dicho de otro modo, los ciberdelitos crecen impulsados por el mayor uso de Internet durante la crisis sanitaria y los confinamientos.
La conclusión del Ministerio del Interior, sostenida sobre estudios internos y valoraciones de Europol e Incibe (Instituto Nacional de Ciberseguridad) puede verificarse en la estadística de la provincia de Almería. Los delitos telemáticos registrados en este territorio han crecido un 34 por ciento desde el año 2019 y ya rozan los 3.000 “hechos conocidos”.
La Guardia Civil y la Policía Nacional arrestaron o investigaron (imputados) a 188 personas durante el año pasado en la provincia de Almería por delitos cometidos a través de la Red. Estos episodios se dividen entre delitos típicamente ‘informáticos’, como el ataque a los sistemas de las empresas o el robo de datos bancarios, y delitos contra las personas ejecutados a través de las redes, como la extorsión o las estafas.
“En el periodo comprendido entre 2017 a 2021, se constata el aumento de los delitos informáticos”, indica el Ministerio del Interior. “De esta forma, podemos apreciar que en 2021 se han conocido un total de 305.477 hechos, lo que supone un 6,1 por ciento más con respecto al año anterior. De esta cifra, el 87,4 por ciento corresponde a fraudes informáticos (estafas) y el 5,7 por ciento a amenazas y coacciones”.
La infección
Interior, en colaboración con Incibe, ha identificado las nuevas tendencias criminales y los nombres que hacen temblar a los usuarios. Mekotio, Flubot, Anatsa, Hive o Emotet son las amenazas para la ‘vida virtual’. Se trata de software malicioso que, con diferentes características, son capaces de envenenar los dispositivos de los ciudadanos. La infección no es menor. Estas amenazas roban datos de banca online, claves de redes sociales y vídeos y fotos personales.
“Las campañas de Emotet más habituales durante el año 2021 implicaron el envío de correos electrónicos phishing con archivos adjuntos maliciosos que contenían macros que funcionaban como descargadores de malware”, detalla el Ministerio Interior en su informe anual.
Anatsa, TeaBot o Toddler simulan una página real y, al pedir datos personales de registro, el usuario cree estar introduciendo credenciales de manera segura. Así le roban los datos. Es un malware de tipo troyano.
Por su parte, Flubot ataca a dispositivos Android. “Las campañas más habituales implicaron el envío de SMS fraudulentos que avisaban de la recepción de un paquete suplantando a diferentes empresas logísticas, como FedEx, DHL o Correos”.
La Comisaría Provincial de la Policía Nacional y la Comandancia de la Guardia Civil en Almería han emitido en los últimos meses varios avisos para tratar de prevenir fraudes a través de estos sistemas.
Por otro lado, se han multiplicado los episodios de suplantación de identidad, como el famoso ‘man on the middle’ que ha afectado a la Universidad de Almería, al Ayuntamiento de Almería y a varias empresas del sector agrícola en la provincia. “Envía un correo electrónico personalizado, tras un análisis exhaustivo de la víctima, para que realice una transferencia, modifique la cuenta de pago de la factura de un proveedor y lo envíe a una cuenta controlada por los delincuentes”.
También los timos con servicios telemáticos. “Con respecto a los incidentes relativos al fraude significar que, durante el año 2021 han continuado proliferando campañas de suplantación de la identidad de clientes o proveedores, mediante vía telefónica y correo electrónico, con un total de 31.529 incidentes entre todos los ámbitos del sector privado”.
Incibe ha editado varias guías con recomendaciones de seguridad. Cambiar las claves personales de manera periódica y desconfiar de las páginas o aplicaciones desconocidas son herramientas fundamentales en la prevención.
Igualmente la Policía Nacional y la Guardia Civil difunden material para prevenir. En todo caso, los usuarios deben contactar con sus entidades bancarias de manera segura cuando observen alguna amenaza y denunciar ante las autoridades.
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