La presencia policial no acaba con los intentos de robo en cortijos de La Cañada

El aumento de la presencia policial en zonas de cortijos de La Cañada no ha acabado con los intentos de robo, que se han multiplicado en los últimos meses y que ha llevado a los vecinos a una situación que consideran insostenible. El pasado viernes, una patrulla formada por vecinos del Llano de la Molina detectó la presencia de dos presuntos ladrones que estaban dispuestos a saltar un muro para entrar a robar en una propiedad.

“Empezamos a chillarles y huyeron rápidamente”, dice Isabel Belmonte, portavoz vecinal en esta zona. Aunque patrullas de la Policía Local y Nacional se presentaron rápidamente en el lugar de los hechos, no consiguieron encontrar a los dos hombres, que consiguieron escapar amparados por la oscuridad. 

“Tras nuestras protestas, es cierto que ya es frecuente la presencia de la Policía en estas zonas, tanto de día como de noche, aunque seguimos con el principal problema, que es la falta de iluminación, por lo que seguimos reclamando al Ayuntamiento el alumbrado público”, añade Belmonte. 

Movilizaciones Los vecinos de Paraje Guillén, Paraje Cintas, Cortijo Córdoba y el Llano de la Molina continúan por tanto sus movilizaciones para reclamar lo que consideran un derecho. Asimismo, a pesar de la mayor presencia policial y a los consejos de las autoridades, no han dejado de organizar las patrullas de vigilancia nocturna, que realizan a pie en grupos a diario. 

Los habitantes de estos barrios también afirman que no dejarán de mantenerse unidos en sus reivindicaciones, a pesar de que desde el Ayuntamiento se les ha trasladado ya la posibilidad de que unas zonas puedan ser iluminadas y otras no. En concreto, el Consistorio les ha venido a decir que podría instalarse el alumbrado en caminos públicos, pero nunca en los que considera privados, entre los  entre los que estarían las calles del Llano de la Molina y el Cortijo Córdoba, mientras que las de Paraje Guillén y Cintas serían públicas.

No obstante, algunos vecinos de los barrios que serían perjudicados ya han mostrado su disconformidad con el criterio del Consistorio. “Si nuestras calles son privadas, ¿cómo es posible que el Ayuntamiento las asfaltara en 2006?”, se pregunta Isabel Belmonte.