Lo que Almería puede pintar en el futuro

Hay noticias que pasan más de puntillas de lo que convendría por la relevancia de lo que anticipan. No significa que no ocupen sus correspondientes espacios informativos digitales, en papel, radiofónicos o audiovisuales, simplemente no terminamos (en general) de encuadrarlas en un contexto de futuro a largo plazo y nos solemos quedar en la espuma -a veces brillante, otras no tanto- de lo inmediato. 

La reciente adquisición de La Consagración de la Copla, un importante cuadro del pintor cordobés Julio Romero de Torres (1874-1930), por parte de la familia Cosentino, es de esos hechos cuyo alcance sobrepasa con mucho el titular del momento. La valiosa obra, una suerte de compendio del universo artístico del genial pintor andaluz, cuelga desde hace unos días en el museo que la Fundación de Arte Ibáñez Cosentino tiene en Olula del Río. Se trata, sin embargo, de su destino provisional. El definitivo será el futuro Museo del Realismo Español Contemporáneo, un proyecto cultural de envergadura y, según lo visto, de grandes aspiraciones, que estará albergado en el imponente edificio del Hospital Provincial cuya restauración ultima en estos momentos la Diputación. 

Ahí es precisamente donde se encuentra la mayor y mejor de las noticias en relación con esta compra. El proyecto del Museo del Realismo y sus promotores están dando muestras de una muy bien entendida ambición que puede colocar a Almería como referente cultural español dando un paso en el mismo sentido que hizo en su momento Málaga, esa ciudad cercana y amiga cuyo exitoso modelo de despegue miramos con frecuencia de reojo en busca de inspiración.

Una oferta museística singular, única, y de altísima calidad como la que anticipa el Museo del Realismo, excepcional tanto por su colección pictórica como por su inigualable espacio arquitectónico, puede jugar un papel clave para hacer de la ciudad de Almería más ciudad de lo que jamás ha sido. Y esa, a la postre, resulta ser una noticia brillante, en la forma y en el fondo.