La nefróloga María Dolores del Pino del Pino atendió el pasado jueves a sus últimos pacientes en el Hospital Torrecárdenas de Almería, donde lo ha sido todo desde que en 1991 ‘aterrizó’ en la ciudad desde su Granada natal. La doctora ha decidido marcharse voluntariamente mediante un concurso de traslados al Hospital Virgen de las Nieves de la ciudad de los cármenes, que fue precisamente donde se formó como especialista, aunque ha sido en Almería donde ha desarrollado prácticamente toda su carrera profesional.
En todos estos años ha ejercido como jefa de la Unidad de Gestión Clínica de Nefrología y Diálisis de Torrecárdenas, entre 2006 y 2019, un época en la que ha llegado a ser presidenta de la Sociedad Española de Nefrología (2014-2020) y la primera mujer nombrada, en 2020, miembro de honor de esta misma sociedad, de la que además en la actualidad forma parte de su Consejo Asesor. También es miembro del Grupo de Mujeres por la Sanidad Andaluza y de la Real Academia de Medicina de Andalucía Oriental.
Su extenso currículum, en el que también destaca su faceta como docente en la UAL y otras universidades, como la de Granada, la Complutense de Madrid y la de Alcalá, evidencia una brillante categoría profesional que se ha construido básicamente en Almería, de ahí a que para Torrecárdenas su pérdida debería ser más dolorosa. Porque con su marcha pierde el mayor valor del que puede presumir un hospital, el prestigio, el talento y la valía de sus profesionales, más aún si quien se va se ha formado en él.
Las decenas de mensajes de cariño y apoyo que la doctora Del Pino está recibiendo estos días de amigos, pacientes, compañeros y profesionales sanitarios de Almería y otros puntos de España pueden dar también una idea del capital humano que vuelve a Granada tras su larga etapa en Torrecárdenas. “Me voy con tranquilidad, muy orgullosa de todos los profesionales que me han acompañado en el camino en Almería y del trabajo que he podido desarrollar. Y también sin rencor, porque nada puede oscurecer todo lo bueno que he vivido aquí y la buena gente con la que me he encontrado”, manifiesta.
Acreditación de calidad
Con esta buena gente consiguió, por ejemplo, que la unidad de diálisis de Almería fuera la primera en Andalucía en conseguir una acreditación de calidad, que por cierto se ha perdido después de que dejara la jefatura de Nefrología.
La nefróloga dice sentir también su marcha sobre todo por sus pacientes, que como ella dice son su “razón de ser”. Por eso se emociona, por ejemplo, cuando lee uno de los mensajes que ha recibido por whatsapp: “Se va una excelente persona y una excelente profesional". “Me llevo a Almería y a sus gentes en el corazón, no la olvidaré nunca”, reconoce.
Pese a su tristeza por dejar la que ha sido su tierra durante más de tres décadas, María Dolores del Pino se muestra esperanzada por su nueva etapa: “Me gusta muchísimo mi trabajo y sobre todo quiero seguir aportando, tengo que hacer algo más. En Granada me han acogido con mucho cariño y una calidez impresionante, y además he encontrado un proyecto ilusionante”, subraya.
Fuga de batas blancas en el servicio
La doctora Del Pino ha decidido marcharse con elegancia, sin dar ningún portazo, a pesar de que puede tener motivos para guardar un rencor que asegura no tener, tras ser cesada en 2019 con un expediente que al final quedó en nada. En tiempos en que la Administración trata de encontrar médicos de debajo de las piedras, resulta cuanto menos extraña la fuga de profesionales del servicio de Nefrología en Almería, pues ella no ha sido la primera...
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