Los Reyes Magos devuelven la ilusión a miles de almerienses

No habían dado todavía las cinco y media de la tarde y cientos de almerienses habían tomado ya posiciones en los bancos del Paseo de Almería para esperar a los Reyes Magos. Personas que apuraban los postres, el café o la copa en restaurantes y pubs del centro, esperando la hora de la salida de la cabalgata. Un reguero de gente que era mayor a medida que uno se aproximaba por la calle de la Reina buscando la Alcazaba de Almería, a cuyos pies los camellos aguardaban también la salida de Melchor, Gaspar y Baltasar para iniciar la tan esperada cabalgata.

No fue hasta las seis menos cinco cuando se abrieron las puertas de la fortaleza y comenzaron a desfilar los pajes del rey Melchor, en su habitual azul y amarillo que este año parecía además un guiño a Ucrania. El rey Melchor fue el primero en bajar por la escalera: “Estamos muy contentos porque todos los niños y niñas almerienses se han portado muy bien y van a recibir muchos regalos”, afirmaba el rey mago Mercé.

En términos similares, y en lengua de signos, se manifestaba Gaspar, Pepito Rueda: “Estamos muy contentos de ver a todos los niños almerienses”, apuntaba, destacando la importancia de “que se vea la diversidad  funcional, la inclusión y la lengua de signos”.

El último en salir y en recibir el calor de los almerienses fue el rey Baltasar, Moisés Cezar, quien expresaba que estaba “nervioso pero a la vez contento de poder repartir a los niños todos los regalos que merecen porque han pasado un año estupendo”.

El desfile descendió por la calle Almanzor hacia la calle Arráez para hacer su entrada en la plaza de la Constitución. Con más retraso del previsto, eso sí, ya que al retardo en la salida desde la Alcazaba se sumaron las diferentes paradas que Sus Majestades fueron realizando por el camino. Las de Melchor, incluso, con público entonando algunos fragmentos de ‘Aire’, una de sus canciones más conocidas.

En la Plaza Vieja aguardaban centenares de personas y también la alcaldesa, María Vázquez, al frente del equipo de gobierno, además del obispo de Almería, Antonio Gómez Cantero. Desde la balconada, Melchor, Gaspar y Baltasar saludaron a todos los almerienses allí congregados antes de iniciar el primer lanzamiento de caramelos. 

Una vez salieron del corazón de la ciudad, el inicio de la cabalgata, previsto para las siete de la tarde desde la Rambla con Obispo Orberá, se hizo de esperar más de veinte minutos. Una vez arrancaron las carrozas, la primera con un dj, y luego con personajes de dibujos animados como Mickey Mouse, La Bella y la Bestia, Los Tres Cerditos o Hansel y Gretel, entre otros, la fiesta llegó a su éxtasis, con miles de almerienses agolpados a uno y otro lado de las calles disfrutando de la cabalgata como se disfrutaba antes de la pandemia. Para muchos niños, era la primera vez que podían ver de cerca a los Reyes, quienes coincidieron en mandarles un mismo mensaje: que se acostaran pronto por la noche para poder recibir sus regalos por la mañana.

Acompañaron el desfile un séquito de más de 500 personas, 24 caballos, y cuatro espectáculos internacionales, robots gigantes, personajes del circo y cíclopes exploradores, además de tres bandas de música. Los Reyes Magos repartieron 13.000 kilos de caramelos durante el recorrido.

Por la mañana, Sus Majestades de Oriente entregaron regalos a los menores que están pasando en Torrecárdenas estas fechas tan especiales, un acto que ya es todo un clásico en la matinal del 5 de enero. Melchor, Gaspar y Baltasar tuvieron la oportunidad de departir y animar tanto a los pequeños como a sus familiares para que su estancia en el Hospital sea lo más corta posible.

Además, hubo visita de los Reyes Magos a la sede del Colegio de la Abogacía de Almería. El decano, Juan Luis de Aynat, les dedicó unas afectuosas palabras. Además de los regalos que Sus Majestades llevaron hasta la sede colegial para entregarlos en mano a estos pequeños, los Reyes Magos también repartirían sus presentes a los niños que más lo necesitan en un día muy especial.