La finca de la estación sismológica

Al norte de Los Ángeles, sobre el cerro que desciende de La Molineta, están las instalaciones

Naves modernas de la estación.
Naves modernas de la estación.
Eduardo de Vicente
20:00 • 14 ene. 2023

Cuando la colonia de los Ángeles no existía, cuando aquellas pendientes era un mundo de cortijos, balsas y huertas, cuando no había más calles que la que llamaban del Inglés, ya destacaba como un gigante, en medio de la naturaleza, el edificio de la estación sismológica, con su altiva torre blanca que se asemejaba a la de un castillo.



En los años sesenta, cuando el barrio de los Ángeles estaba en continua construcción y cada día iba surgiendo un proyecto nuevo, el camino de la Sismológica era la única  vía que unía la Carretera de Granada con los cerros de La Molineta. Hoy, aquellos senderos se han transformado en calles y el viejo observatorio reposa en silencio en medio de un bosque de eucaliptos. La finca de la estación sismológica es un gigante abandonado que conserva todavía parte de su grandeza: el edificio principal con el letrero en la fachada donde se puede leer: ‘Observatorio Geofísico’; las naves modernas de la franja trasera, que se construyeron en los años cincuenta para la instalación de la nueva tecnología; el cortijo del guarda hoy habitado por los gatos y envolviendo toda la finca la monumental muralla de piedra de dos metros de altura que se levantó alrededor para asegurar su aislamiento.



Viendo la grandeza de sus muros es fácil entender la importancia que aquellas instalaciones llegaron a tener en tiempos pasados.



La historia nos remonta al año 1888, cuando se abordó por primera vez el proyecto de levantar una estación meteorológica y sismológica que sustituyera a la única que venía funcionando hasta entonces en la ciudad, propiedad de la Marina, donde únicamente se registraban los datos sobre la temperatura, ya que no disponía de ningún aparato específico para la medición de los movimientos de tierra, tan abundantes y repetidos en Almería.  En 1888, cuando se abordó por primera vez la necesidad de tener una estación sismológica en Almería, todos los estamentos de la sociedad apoyaron la iniciativa, aunque sólo se quedó en un deseo. Dos décadas después de que se empezara a hablar de su construcción, por fin llegaron los técnicos para empezar su tarea. 



En febrero de 1908 visitaron Almería los ingenieros propuestos por la Dirección General del Instituto Geográfico y Estadístico, don José Galbis y don Fernando Uriol, con el cometido de elegir el sitio y el local propiedad del Estado o del municipio, que reuniera las condiciones apropiadas para el establecimiento de la estación sismológica.  Recorrieron los barrios periféricos, buscando un lugar con el suficiente aislamiento y la altura necesaria para poder emplazar el observatorio y se quedaron prendados de unos terrenos existentes al norte de la Carretera de Granada, en el paraje de La Molineta. Unos meses después, el Estado facultó al alcalde para que adquiriera aquellos terrenos, propiedad del terrateniente don José Torres Enciso. 



El 26 de diciembre de 1909 se reunieron en el despacho del alcalde el propietario de los terrenos, señor Enciso, y el arquitecto Trinidad Cuartara, como perito del Ayuntamiento, para acordar el precio y las condiciones de venta del terreno sobre el que se pretendía construir la estación sismológica. 






En enero de 1910 se llevaron a cabo los trabajos de replanteo de la meseta sobre el que se iba a construir y en mayo de ese mismo año dieron comienzo las obras.  En mayo de 1911 ya se había levantado el edificio, aunque se tardó otro año más en poner en funcionamiento la estación. En mayo de 1912 empezó a funcionar y ese mismo día los sismógrafos registraron un terremoto de 3,5 grados que se sintió en toda la ciudad.


Desde 1923, la estación contó con una línea telefónica que la unía con la radio militar instalada en la Alcazaba, desde donde se transmitían a Madrid y París los resultados de las observaciones de Meteorología y Aerología que se iban registrando. Durante cuatro décadas, el centro sismológico de Almería estuvo funcionando con los aparatos primitivos que se instalaron en 1911, cuando quedó abierta la estación. La adaptación a los nuevos avances tecnológicos se culminaría en el año 1954, cuando el entonces responsable de la Estación, don José Rodriguez Navarro de Fuentes, consiguió ampliar las instalaciones con nuevos edificios.


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