Almería, igual que casi todas las ciudades españolas, nota como su población envejece. Hay barrios enteros en los que los vecinos se marcharon allí cuando aquello era un nuevo desarrollo y ahora la media de edad está por encima de la cincuentena.
Esta situación ha llevado a que nuestras calles hayan cambiado para ir incluyendo parques saludables, que los tradicionales bailes de los viejos se hayan ampliado a planes de ocio para el envejecimiento activo, y también para que Almería se convierta en una ciudad de residencias de mayores.
En estos momentos el grupo ‘Euroseniorsclub Granada’ ha comenzado a levantar la que será el octavo centro de este tipo en el término municipal, y la tercera en la zona de La Goleta-Vega de Acá.
Esta residencia se construirá sobre un suelo de titularidad municipal, una parcela con una superficie de 2300 metros cuadrados, que el Ayuntamiento de Almería sacó a concesión administrativa por un plazo de 60 años improrrogable y un canon anual de 84.500 euros.
Las obras comenzaron a finales del pasado año 2022 y está previsto que la instalación, que inicialmente contaría con entre 130 y 150 plazas, esté culminada en julio del próximo año 2024.
Pero, a pesar de que se haya producido un importante crecimiento de la población mayor de 65 años, ¿hay necesidad de tantas instalaciones? Desde la Junta de Andalucía explican en la capital son 2.700 las personas que reciben atención residencial, hay que tener en cuenta que algunos de ellos no son mayores sino personas dependientes por otros motivos, una cifra bastante alta.
Necesidades
Hay que tener en cuenta no todas las residencias son iguales. Solamente dos de ellas son totalmente pública, el centro de El Zapillo que gestiona la Junta de Andalucía y la residencia asistida de la Diputación Provincial.
El Hogar Santa Teresa de Jornet es una institución privada religiosa sin ánimo de lucro.
Y la mayoría de los centros ya abiertos: EMERA, Ballesol, Residencia Virgen de la Esperanza y La Purísima, son residencias de titularidad privada pero que cuentan con un volumen de plazas concertadas con la administración autonómica para dar respuesta a las necesidades existentes.
Con este panorama, ya hace un año se debatía en el pleno del Ayuntamiento de Almería la necesidad de abrir una residencia totalmente pública para que las personas con menos recursos puedan acceder a las plazas, idea que se aprobó por unanimidad pero que no se ha continuado.
Y es que la necesidad de seguir abriendo residencias es una realidad. Desde el sindicato UGT explican que a menos que accedas a una plaza totalmente privada y que no suelen ser nada baratas, las listas de espera para poder entrar en las plazas concertadas “se sitúa en un año o año y medio” por lo consideran que es necesario seguir dando respuesta a una demanda que cada vez es mayor en la sociedad.
Eso sí, creen desde la entidad sindical que con el dinero que viene de Europa dentro de los Fondos de Recuperación, Transformación y Resilencia, “se podrían destinar fondos a realizar residencias de titularidad y gestión pública, en las que no es necesario pagar alquiler porque es suyo, contando con personal también público” pero reconocen que “mientras no haya fondos públicos, los usuarios necesitan un acceso y este es la dependencia, y llegar a las plazas que hay en estos centros privados”.
En resumen, Almería es cierto que ha incrementado su número de residencias en los últimos años. De hecho, apenas hace uno que abrió la última en la zona de Cortijo Grande, pero esto no significa que se cubra toda la demanda con la que realmente cuenta la ciudad. Y eso que aún no se ha pensado en convertir la ciudad en retiro dorado para jubilados extranjeros, aunque todo se andará.
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