“Las ciencias siempre son muy divertidas”, dice Sámar Fayad Herreras, y sonríe abarcando con los brazos el mar de espejos y placas solares que se extiende a nuestro alrededor. “Tanto, que la mayoría de las veces, durante nuestros talleres, tenemos que acabar quitándoles a los participantes las lupas y los espejos, porque no ven la hora de acabar... Cuando participan de forma activa en un experimento, o en un taller científico, se involucran de tal modo que cuesta sacarles de ahí...”.
“Por eso es muy importante apoyar la divulgación, con materiales que incluyan las nuevas tecnologías en las que las nuevas generaciones tienen mucho más dominio que los mayores, y con experimentos y talleres”. añade. “Que no se queden solo con una experiencia académica, sino vivencial y participativa”.
Sámar es de Zaragoza, aunque se crio en Marbella. Desde pequeña le gustaba la ciencia, y sobre todo, el mar. “Y desde que conocí que había una carrera llamada Ciencias del Mar, tuve claro que me quería dedicar a ello”, dice. Hizo la carrera en Cádiz, y luego, se dedicó a la realización de proyectos ambientales, “sobre todo en aguas continentales, aunque participé en estudios sobre comunidades marinas para los proyectos del Red Eléctrica en el Estrecho de Gibraltar y en el gasoducto de Medgaz, entre Almería y Argelia”.
Entre 1996 y 2013 trabajó en Madrid y Sevilla, en empresas de ingeniería y consultoría ambiental, y en Almería, realizando trabajos ambientales para grandes obras hidráulicas. En 2014 comenzó a dedicarse a la divulgación científica en la Plataforma Solar de Almería, gestionando el Centro de Visitantes, y luego trabajó en Clisol Agro, también divulgando. Pero en 2021 regresó a la Plataforma Solar, y es Gerente del Centro de Visitantes.
Divulgar
“La verdad es que llegué a la divulgación científica un poco por azar”, reflexiona “Estar disponible en el momento adecuado fue la clave, y fue una grandísima suerte. Tuve que estudiar mucho, pues mis conocimientos en energía solar eran muy básicos, pero descubrí que esto de transferir conocimientos a las nuevas generaciones es una cosa que me apasiona. Puedo decir que es el trabajo que más me ha gustado, y espero que sea definitivo”.
Es una labor en la que tiene que estar siempre informada de los avances científicos que se van produciendo en ese ámbito, explica, y adaptarlos para poder contarlos de forma sencilla, tanto a un niño de seis años como a un estudiante universitario o una persona jubilada. “Todos vienen a visitarnos a la Plataforma”, añade, “y mi función es que entiendan todo y se diviertan con la ciencia”.
La ciencia, afirma, es apasionante. “Para mí es muy importante hacer ver al visitante las barreras que superan nuestros investigadores a la hora de buscar soluciones a los problemas que se van encontrando”.
Para ello, además de la clásica visita, preparó una serie de talleres de concentración solar, y fichas de trabajo para ofrecer a los estudiantes. “Es un material didáctico que hace de la visita una experiencia más global e inmersiva, y los ayuda a salir de la Plataforma Solar con conocimientos y vivencias acerca del tipo de energía que desarrollamos”.
En otras empresas, como Clisol, el Centro de Visitantes también ha seguido divulgando en otras áreas, como la aplicación de tecnología en invernaderos. Y, últimamente, en la PSA, está coordinando la Comunidad de Práctica de un proyecto europeo de investigación sobre desalación con energía solar térmica, llamado Water Mining. “Así que, como veis, mi campo de trabajo se va ampliando cada vez un poco más”, dice Sámar, “pero siempre enfocado a la divulgación científica”.
SOL-Préndete
Este año han comenzado, además, un proyecto de divulgación financiado por el FECYT, llamadoSOL-PRÉNDETE, “en el que estamos aplicando al proceso de divulgación las nuevas tecnologías emergentes, como los videos de realidad aumentada y de 360 grados. “También estamos posibilitando las visitas y talleres en la plataforma solar a centros educativos en barrios vulnerables, para que cualquier estudiante tenga acceso a conocer este gran centro de investigación de nuestra provincia. El objetivo principal de este proyecto es motivar las vocaciones científicas de nuestros estudiantes”.
Históricamente los visitantes que más van a la Plataforma Solar de Almería son centros educativos, “pero hemos observado que no suelen venir a las visitas algunos centros educativos de determinados barrios catalogados como vulnerables”, explica Sámar. “Esto se debe a que las visitas tienen un coste económico. Es pequeño, pero a veces se hace muy difícil para las familias que no están en una buena situación económica. Y desde el proyecto SOL-PRÉNDETE se va a poder, o bien subvencionar estas visitas a coste cero para los alumnos, o bien llevarles nosotros las visitas a sus propios centros educativos”.
Enriquecedor
Lo que más atrae a los niños cuando van a la plataforma solar, es el tamaño de las instalaciones, afirma Sámar. “El poder observar esos grandísimos espejos, de hasta cien metros cuadrados, las torres de concentración, con más de 80 metros de altura... La Plataforma Solar de Almería es una fiesta para la vista, y los pequeños siempre quedan muy impactados”.
A los estudiantes un poco más grandes, en cambio, lo que más les sorprende es la cantidad de aplicaciones que se investigan en la plataforma Solar. “El hecho de que con el sol podemos desalar agua, o desinfectarla, descontaminarla, estudiar materiales, diseñar casas eficientes y, por supuesto, producir electricidad”.
“Para mí, divulgar es muy enriquecedor, de cada visita siempre me llevo algo”, añade, y volvemos a caminar entre el amplio campo de paneles. “El visitante, por muy pequeño que sea, como durante la visita les queda muy claro lo que es investigar, y la curiosidad que se necesita para ello, siempre aportan ideas sobre cómo podemos seguir buscando aplicaciones a la energía solar. ¡Y la verdad es que algunas son muy sorprendentes...!”.
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