El 21 de enero de 2022 se cumplieron 100 años del asesinato de la actriz almeriense, Concha Robles. Durante estos años su nombre fue silenciado y borrado de la historia. Desde el centenario de su muerte somos muchos los que queremos que Concha Robles tenga un Nuevo Renacer. Que nadie olvide su nombre.
Pero, ¿y el nombre del asesino? ¿Debe ser borrado de la historia? La respuesta es clara: No
Carlos Berdugo, hijo de una familia de abolengo Carlos Berdugo Bote nació con un pan bajo un brazo y con un salvoconducto bajo el otro, por ser hijo de Carlos Berdugo y Tamayo un militar de reconocido prestigio y dilatada carrera nacido en Aranda de Duero (Burgos). Berdugo y Tamayo fue Subteniente de Infantería en el Regimiento “Borbón”. Condecorado con la Cruz de Caballero de la Orden de Cristo de Portugal y con la Cruz de San Fernando de 1ª clase.
Carlos Berdugo Bote siguió los pasos de su padre, e inicia su carrera militar en 1892. Tras obtener diferentes ascensos, en el año 1900 es destinado al Escuadrón de Escolta Real, unidad encargada de la protección durante los traslados de la familia real. Durante su permanencia en esta unidad llega el momento cumbre de su carrera militar cuando le es otorgada una medalla en reconocimiento por su actuación en el atentado contra el Rey Alfonso XIII y su esposa Doña Victoria en el año 1906, ya que Berdugo mandaba la escolta que en ese momento protegía al Rey. Posteriormente fue ascendido a capitán pasando al regimiento Lusitania nº12. En 1918 es trasladado, con su ascenso a comandante, a la Junta del Censo del Ganado Caballar y Mular de Cuenca.
La otra “carrera” de Carlos Berdugo
El condecorado militar llevaba una vida paralela llena de infracciones, juego, bebida y peleas de las que escapaba airoso gracias a la protección que le proporcionaba su condición militar y aquel apellido “Berdugo” con “b”, ironías semánticas.
Su primera mujer fue María Lequerica Polo de Bernabé falleció a la edad de 26 años. Contrajeron matrimonio cuando ella tenía 18 años y él 28 y tuvieron dos hijas. La causa de su muerte no estuvo clara. Berdugo, no estuvo presente el día del funeral. En su círculo más cercano eran conocidas las continuas peleas y el maltrato al que sometía a su primera esposa.
Otra de sus amantes falleció en Lisboa durante su actuación como “mujer voladora” en un circo cuyo propietario era el propio Carlos, que lo adquirió con el único fin de obtener los favores de la chica, menor de edad. Por este suceso, Berdugo y un socio fueron procesados en Portugal. Para evadir la condena prendieron fuego al circo destruyeron todas las pruebas y huyeron a España. Otra de sus amantes murió asesinada. Según la versión de Berdugo, el asesino fue un amante celoso al enterarse que la chica estaba con él. El amante la mató “sembrando de pus blenorrágico el lavabo del tocador, contagiando a la artista, que murió de blenorrágica purulenta”.
El destino de Concha Robles
Concha Robles conoce a Carlos Berdugo, un militar apuesto y atento, que la colma de atenciones y cariño. Enamorados, contraen matrimonio el 26 de julio de 1916 en Madrid. Era el principio del fin.
La felicidad de Concha comienza a tambalearse a los pocos meses de contraer matrimonio cuando Carlos toma el control de la situación y muestra su cara oculta. Mujeriego, celoso, violento, alcohólico, ludópata, embustero y posesivo.
Berdugo la obliga a dejar su carrera artística, la somete a maltrato, vejaciones, insultos y peleas en público, por lo que Concha toma la decisión de separarse. Para Carlos la sola idea de que su mujer le abandonase era insoportable. Además, sufre las burlas de sus compañeros, que cuestionan su “hombría”. Berdugo cancela los contratos de Concha con el fin de arruinarla, la persigue, se presenta allá donde ella esté y usa la violencia para obligarla a volver junto a él. Pero Concha Robles es una mujer fuerte, culta, decidida a no dejarse avasallar, dispuesta a luchar hasta la muerte. Y así fue.
Cuando parecía que lo había logrado, cuando por fin comienza de nuevo su carrera artística, Carlos se desplaza hasta el Teatro Cervantes de Almería al enterarse que ella actuará allí representando la obra “Santa Isabel de Ceres”. Consigue entrar con un nombre falso, y se sienta a contemplar la obra. No soporta ver a su mujer, feliz, triunfante, admirada. Se llena de ira, de celos, y baja hasta uno de los laterales del escenario. Espera escondido hasta que la actriz sale hacia donde el se encuentra y sin pensarlo, dispara al corazón de Concha que cae muerta sobre el escenario ante un público maravillado por el realismo de los disparos y la sangre que brota del pecho de la actriz, pensando que era parte de la obra.
Manuel Aguilar. Una víctima inocente
Manuel Aguilar era un adolescente de 16 años que vivía en la calle Antonio Vico junto a sus abuelos. Para ganarse la vida trabajaba en la imprenta Peláez. El 21 de enero de 1922, se encontraba en el Teatro Cervantes, ya que había ido a llevar unos carteles y se quedó entre bastidores para ver la obra. Cuando Carlos y Concha se encuentran cara a cara en aquel oscuro lateral del escenario, Manuel Aguilar se queda inmóvil entre ambos. Concha, que ve el arma de fuego en la mano de Carlos, coge a Manuel por los hombros para apartarlo, pero no hubo tiempo. Carlos dispara y una de las balas impacta en el cuerpo del adolescente que sale gritando al escenario. Manuel fallece en el Hospital de Santa María Magdalena a las 6 horas del día 22 de enero tras una larga agonía. Con una mano aprieta una cruz sobre su pecho, y con la otra sujeta la mano de su abuela. A dos alturas sobre el nicho de Concha Robles, está enterrado Manuel. En su lápida, una inscripción: “falleció por accidente”.
Injusta justicia
Berdugo fue sometido a Consejo de Guerra, y a punto estuvo de ser declarado inocente, ya que intentó demostrar que “defendía su honor”, aportando pruebas falsas de las infidelidades de Concha. Incluso tenía la promesa de sus amigos de que quedaría libre en el juicio.
El asesinato de Manuel Aguilar, y las declaraciones de los testigos que defendieron y demostraron la honestidad de Concha y la falsedad de las pruebas y declaraciones del asesino, supuso para Carlos Berdugo una condena a cadena perpetua. Para cumplir la condena es enviado a las Islas Chafarinas. Allí vivía a cuerpo de Rey, jactándose de sus fechorías, del maltrato al que sometía a las mujeres y del asesinato de Concha Robles.
Nunca se supo que ocurrió con Berdugo tras la Guerra Civil, hasta hoy.
La última pista sobre su muerte nos la da la solicitud de una pensión de orfandad de una de sus hijas, Carmen Berdugo Lequerica, en el año 1939. La solicitud dice que Berdugo fue “apartado” del ejército. La pensión le fue concedida por un total de 1.625 pesetas anuales que era la cuarta parte del sueldo regulador de 6.500 pesetas también anuales, que fue el mayor disfrutado durante dos años por su padre en su situación activa. Tras conseguir los documentos de esta solicitud, hoy sabemos la fecha de la muerte. Berdugo muere a las 7:30 horas del día 1 de noviembre de 1938.
¿Cómo murió Berdugo?
La causa de muerte aparece en su partida de defunción: “Insuficiencia cardio-renal. Causa fundamental, bronquitis crónica”.
No muere en Chafarinas, donde estaba condenado a cadena perpetua, ni siquiera muere en una prisión. Berdugo fallece a los 65 años de edad en Alza, Guipúzcoa, en su domicilio “Villa Bidebieta de Herrera”, sin dejar testamento.
Pero antes de morir se llevó consigo directa o indirectamente la vida de aquella chica trapecista menor de edad, la de aquella actriz asesinada por un amante celoso, la de María Lequerica, su primera esposa, la de Concha Robles, su segunda esposa, y la de Manuel Aguilar.
Carlos Berdugo Bote, Que la historia no borre tu nombre.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/12/almeria/252059/muerte-de-un-asesino