Ya son seis días los que lleva desaparecido Emilio Jesús Berenguel López, el vecino de La Cañada al que se le perdió la pista el pasado lunes y del que no se sabe nada. Una situación que mantiene a la familia "desesperada", tal y como afirma Francisco Javier Berenguel, hermano del desaparecido y portavoz de la familia, quien ha asegurado a LA VOZ que tras la batida del pasado jueves, que concluyó sin éxito, no se ha podido conocer nada más acerca del paradero del hombre de 54 años.
"Estamos desesperados, su mujer, sus hijos y toda su familia vivimos a la espera de saber algo de él, porque no entendemos nada de lo que está pasando. El último lugar que sabemos que estuvo fue un bar de La Mojonera y su coche ha sido encontrado entre invernaderos en el barrio ejidense de San Agustín, dos zonas que están muy lejos de los lugares en los que se solía mover mi hermano, por lo que estamos destrozados y solo tenemos incertidumbre".
Así se muestra Francisco Javier tras casi una semana desde que desapareció su hermano, con el desánimo propio de quien lleva seis días buscándolo, pero con las ganas intactas de seguir hasta encontrarlo. Y es que, tras las batida realizada el pasado jueves por guardias civiles, personal de Protección Civil y voluntarios, ahora solo les queda "esperar". Así es después de que desde la Benemérita hayan confirmado que, por el momento, no van a realizar una nueva batida y se centran en investigar a fondo los hechos que se conocen hasta el momento y las cámaras de seguridad de empresas privadas de la zona en la que apareció el vehículo.
Y es que lo último que se sabe de Emilio Berenguel es que se tomó dos cervezas sin alcohol en un bar del municipio de La Mojonera, en torno al mediodía del lunes, las cuales pagó con tarjeta. Después de eso no se sabe nada más, ya que a pesar de que su coche apareció en una zona de invernaderos del barrio de San Agustín, en El Ejido, la familia desconoce si fue el desaparecido quien condujo hasta ese lugar o pudo alguien abandonar ahí el vehículo.
"Era muy hogareño"
Lo que sí saben a ciencia cierta es que nada hace pensar en que se haya tratado de una desaparición voluntaria. "Nunca se sabe, pero la realidad es que mi hermano era una persona muy hogareña, que trabajaba por las mañanas de mozo en un almacén y los viernes y sábados viajaba a Málaga para recoger periódicos y traerlos a Almería. Tenía una vida muy tranquila y ahora estaba muy ilusionado porque hace poco más de tres meses que su hijo mayor le ha dado su primer nieto", apunta Francisco Javier, quien quiere descartar que se trate de una desaparición voluntaria e incluso de un suicidio: "La tarde del lunes, cuando desapareció, quedó con mi hermana en que al día siguiente recogería a mi madre para llevarla a la peluquería. Él no tenía intención de desaparecer", sentencia.
Pero la realidad es que casi una semana después de esa llamada no hay ni rastro en ningún lado del vecino de 54 años de La Cañada, tampoco después del gran despliegue del pasado Jueves Santo, cuando se llevó a cabo un operativo de búsqueda que estuvo conformado por unos 30 agentes de la Guardia Civil de distintas unidades --Seguridad Ciudadana, Seprona y Servicio Cinológico, entre otras--; unos 15 efectivos de Protección Civil y en torno a 40 voluntarios, con familiares y allegados del desaparecido, y en el que participó un helicóptero, drones de la Benemérita y perros expertos en encontrar a personas vivas o fallecidas.
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