Sigue sin llover; las reservas bajan hasta poner en peligro la campaña

Las reservas de agua en los pantanos almerienses han bajado hasta niveles preocupantes; en el actual año hidrológico las precipitaciones han sido escasas y la capacidad de recuperación de los niveles de agua embalsada han acusado tanto esa escasez de lluvias como la drástica disminución de las aguas que llegan desde otras cuencas hidrológicas.

La situación afecta tanto al pantano de Benínar como al de Cuevas del Almanzora, aunque este último presenta datos que ahondan en la preocupación de los regantes. El hecho es que el año pasado por estas fechas Cuevas acumulaba casi 31 hectómetros cúbicos y en la actualidad apenas contiene 22 hectómetros.

Sin lluvias

La primera razón para explicar esa situación es que a fecha 8 de abril de este año se habían registrado en la comarca unas precipitaciones que alcanzaban los 255, 6 litros por metro cuadrado, mientras que en el año actual la cifra se ha quedado en 45,70 litros, un 80 por ciento menos que en 2022.

La segunda, como apunta el presidente de la Federación de Regantes de Almería, José Antonio Fernández, es que no están llegando los habituales aportes del Negratín ni del Tajo-Segura. El primero porque el pantano granadino está a su vez por debajo de agua embalsada que permite el trasvase. El segundo porque está llegando menos agua desde el Tajo debido a los recortes decretados.

En ambos casos la razón última es que en el presente año hidrológico tanto el Negratín como los pantanos de cabecera del trasvase del Tajo están por debajo de sus volúmenes de agua acumulados en los seis meses del periodo de referencia.

Comprometidos

El problema es que aún quedan varios meses de campaña en el sector hortofrutícola y no hay garantía de que, con la disponibilidad actual, se pueda llegar al verano con el agua suficiente para poder atender la demanda de los productores. En el caso del Levante y Almanzora, esa escasez es más preocupante y los regantes ya advierten que en los próximos meses muchas hectáreas de cultivo se quedarán sin plantar.

Fernández afirma, no obstante, que los regantes almerienses “no dependemos ni podemos depender de los embalses, porque en ese caso se puede decir que estaríamos muertos”. Esto es así porque Almería se ha acostumbrado a vivir en una casi perpetua sequía y las propias comunidades de regantes no sólo apuestan por ahorrar la mayor cantidad posible de agua, sino que disponen de balsas y pantanetas para guardar recursos para cuando faltan.

El último informe sobre la situación hidrológica que elabora la Junta de Andalucía establece que en el caso de Almería los pantanos están al 13 por ciento de su capacidad. Benínar, que apenas recibe tres hectómetros cúbicos de escorrentías a lo largo del año está al 16,6 por ciento.

El pantano de Cuevas del Almanzora, que este año no está recibiendo aguas de trasvases, está al 14 por ciento de su capacidad, mientras que el pasado año ese porcentaje estaba próximo al veinte por ciento debido, sobre todo, al descenso de la pluviometría.

Emergencia

Esa escasez, entre otras razones, es la que ha llevado al Ejecutivo andaluz a activar el III Decreto de Sequía, que incluye una segunda fase de las obras de mejora del abastecimiento en el Valle del Almanzora, con una inversión de 1,3 millones de euros, con la mejora de los sistemas de bombeo de la conducción El Saltador-Embalse de Cuevas y su conexión con la del trasvase Negratín-Almanzora para elevar agua. Esas obras mejorarán la situación en localidades como Albox, Olula del Río o Tíjola.

Para esta zona, muy castigada por la escasez de recursos, se hace asimismo imprescindible la puesta en servicio de los pozos de emergencia que hay previstos para estos casos.