El banco malo dispone en Almería de un granero de 800 casas para alquiler social

Lo anunció, por sorpresa, Pedro Sánchez el pasado domingo en una convención en Valencia: “El Gobierno movilizará hasta 50.000 viviendas de la Sareb (antes conocido como banco malo) para alquiler a precio asequible”.  Ante esta declaración de intenciones del presidente, el ejecutivo dispone en la provincia de Almería de un granero de en torno a 800 viviendas, según el propio contador de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria. Se trata de una de las provincias, en términos relativos, que cuenta con mayores unidades inmobiliarias procedentes de activos tóxicos. 

La Sareb en Almería llegó a contar en los años posteriores  al pinchazo de la burbuja inmobiliaria -entre 2011 y 2013- con más de 20.000 unidades que se han ido enajenando en la última década. Una de las inversiones más potentes y recientes fue la adquisición por parte de la sociedad patrimonial de Cosentino -family office- de los terrenos de la urbanización de Macenas que cayeron en manos de los bancos por impagos de la promotora, junto al campo de golf. En ese residencial, aún por desarrollar en plenitud, prevé el fabricante del Silestone invertir 200 millones de euros en los próximos años.

En Andalucía, la Sareb dispone de 4.544 unidades de vivienda potencialmente utilizables para los planes anunciados por Sánchez. En la provincia de Almería es Roquetas el municipio que cuenta aún con mayores viviendas y suelo procedente del Banco Malo, en concreto  300 activos. Le sigue la capital con 168 viviendas y 15 parcelas de suelo por desarrollar. A continuación es Vera el tercer municipio de la provincia con 154 unidades de viviendas. También cuenta la Sareb con algunos remanentes de otro tipo de activos de origen tóxico como trasteros, locales comerciales y garajes.

Una de las últimas promociones de la Sareb en Almería capital ha sido la del edificio construido sobre el solar donde estuvieron la redacción y los talleres de La Voz de Almería, entre la Avenida de Montserrat y la Autovía del Aeropuerto. 

La Sareb anunció en 2021 la construcción de 500 viviendas en Almería, principalmente en El Toyo, Roquetas de Mar y La Vega, con una inversión global de 60 millones de euros. 

El accionariado de la Sareb,  entidad mixta presidida por Javier Torres, está comandado por el propio Gobierno a través del Frob (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) con el 50,1% del capital, seguido de entidades financieras, entre ellas el banco de Cajamar que posee el 1,21% de la Sareb. En el anuncio de Sánchez, poniendo buena parte de los activos en manos de un objetivo de alquiler social, podría lavarse un futuro encontronazo con sus socios bancarios a la hora de discernir el protocolo de actuación para sacarlos al mercado a bajo precio. Hasta ahora, la Sareb, a través de su promotora participada Arqura Homes, tenía como objetivo de su paquete inmobiliario la venta no el aquiler.

Todo apunta a que el efecto que tendrá esta medida puede ser limitado: solo el 15% de la vivienda y el suelo que forma parte de la cartera de la Sareb está en capitales de provincia, las ciudades que, en líneas generales, más han sufrido el impacto de las fuertes subidas en los precios del arrendamiento.

Crece el arrendamiento en la provincia

En los últimos años, según fotocasa, el mercado del alquiler en la provincia ha crecido del 20% al 30% del total del parque de viviendas. En Centroeuropa, esta cifra ronda el 60%. Almería es una de las provincia donde el parque de viviendas puestas en alquiler es escaso en relación a su población, más allá del nuevo fenómeno del arrendamiento vacacional. Una de las razones puestas sobre la mesa para explicar este desajuste, extensivo al resto de España, es la inseguridad jurídica esgrimida por los caseros ante el impago o los desperfectos ocasionados por sus inquilinos. No obstante, la previsión es que la cultura del alquiler, en detrimento de la propiedad, siga en boga en la provincia, teniendo en cuenta que se extiende también a otros productos de consumo como el coche, con ofertas de renting que han crecido como un souflé.