José C. subió hasta la segunda planta del Palacio de Justicia de Almería escoltado por dos agentes de la Policía Nacional, con las manos engrilletadas delante de su cuerpo y aspecto agotado. Su hijo esperaba desde primera hora sentado en un banco en la puerta misma de la sala de vistas. Ambos se fundieron en un abrazo cariñoso en el reencuentro. Ambos están acusados del presunto secuestro de su ex mujer y madre en una vivienda de El Ejido el 30 de junio de 2021.
La Fiscalía y la acusación particular solicitan seis años de cárcel para José C. por la detención ilegal de la víctima, asaltada en su vivienda de madrugada y trasladada a otro inmueble amordazada y maniatada. José C. negó que intentara acabar con la vida de su ex pareja, de la que se había separado en 2014, y afirmó que su única intención era “hablar” sobre el cuidado de su hijo, acusado en este proceso por colaborar abriendo la puerta de la casa aquella noche de verano. “Mi bioenergía estaba a cero”, justificó José C. en la sala de vistas de la Sección Tercera. “Sentía que me iba a morir y necesitaba hablar con ella”.
El acusado negó que hubiera agredido a la mujer. “La até porque no podía permitir que se siguiera golpeando (...) le dijo, muchacha, ¿cómo eres capaz de hacerte eso’”, declaró a preguntas de la Fiscalía. “Le tapé la boca para que no gritara (...) Soy un bregador de la vida, un hombre de bien”.
La posición de José C. está comprometida por las grabaciones de las cámaras de seguridad que la mujer instaló en la vivienda y que reflejaron la entrada (el hijo abrió la puerta) con una gorra. Además, la mujer fue introducida en un coche y trasladada a otra vivienda, en Almerimar (El Ejido), donde consiguió escapar y fue socorrida por los vecinos hasta la llegada de la Guardia Civil.
La defensa solicitó la nulidad de la entrada en esa propiedad por parte de los agentes, que hallaron a la víctima en el residencia atendida por los vecinos y visiblemente golpeada en la cara, la espalda y las piernas. Además, encontraron una carta en la que la denunciante se despedía de sus hijos y exoneraba a José C. de responsabilidad.
El acusado dijo que no pidió a su ex pareja que la copiara, sino que la firmara, y que el hacha que tenía cerca no era para matarla. “Estaba trabajando en el jardín”.
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