Las mafias utilizan narcolanchas para desembarcar cientos migrantes marroquíes

Las mafias del tráfico de seres humanos en el Mar de Alborán demuestran una enorme capacidad de adaptación frente a las nuevas circunstancias de los mercados irregulares. Suben y bajan los precios según la demanda de los migrantes, diseñan estrategias para sortear los controles costeros y aprovechan cada oportunidad para hacer negocio a costa de la seguridad de los viajeros.

Este viernes, los pateristas mataron a dos personas tras arrojar a todo el pasaje a unos metros de la orilla de la Cala Junco de Adra. Los responsables de una narcolancha, armada con potentes motores fueraborda, no esperaron a tocar tierra en su afán de regresar de inmediato a Marruecos antes de ser detenidos por la Guardia Civil y forzaron a los migrantes a nadar para salvar su vida. Dos se ahogaron en el camino.

La tragedia refleja el drama de la inmigración clandestina en el Mar de Alborán y, más aún, las nuevas tendencias en las rutas hacia la provincia de Almería. En la última semana se han localizado a más de 200 migrantes irregulares procedentes de Marruecos, la mayoría transportados en narcolanchas.

Estas planeadoras son auténticas velocistas del mar. Son utilizadas para el transporte de hachís hasta las costas andaluzas y están prohibidas en España, castigadas como una infracción de contrabando. La presencia de estas lanchas rápidas se ha interpretado tradicionalmente como una muestra de la presión de la droga desde Marruecos y de la acción de organizaciones criminales asentadas en el territorio nacional, dedicadas a recibir, guardar y transportar los alijos a Europa.

Sin embargo, en la última semana se han producido desembarcos de ciudadanos extranjeros en este tipo de naves, lo que supone un salto cualitativo. Ciertamente existe algún caso anterior, pero nunca con una dimensión como la actual. De hecho, la ruta argelina, en retroceso en los últimos meses, ha usado desde 2019 embarcaciones de fibra y pequeñas zódiac con buenos motores, pero es poco común la aparición de narcolanchas (cuyo coste es muy elevado).

Este año han muerto en el Mar de Alborán 27 personas en el intento por llegar a España, según datos de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), vinculada a las Naciones Unidas. Es una cifra inferior a la detectada en ejercicios anteriores, ya que la presión migratoria ha descendido un 30 por ciento y ha anotado una caída progresiva durante los dos últimos años.

Además, la situación de la vía argelina tiene una influencia decisiva. La ruta muestra síntomas de agotamiento, como adelantó LA VOZ DE ALMERÍA, y por primera vez en años los ciudadanos marroquíes vuelven a liderar el ranking de nacionalidades, como acreditan los últimos informes periódicos de la Agencia Europea de Guardia de Fronteras y Costas (Frontex).

Reacciones

El subdelegado del Gobierno en Almería, José María Martín, lamentó este viernes la muerte de dos migrantes en Adra. “Condenamos lógicamente a las mafias y a las personas que se dedican a esta actividad delictiva de tráfico de personas y de las que, evidentemente, son victimas los dos fallecidos hoy”.

Por su parte, el portavoz de la Junta de Andalucía, Ramón Fernández-Pacheco, mostró su preocupación por el suceso y aseguró que los servicios sanitarios están atendiendo a varios heridos. Entre los ingresados hay una persona en estado grave, según los primeros datos sobre el suceso.

La Subdelegación del Gobierno en Almería cifra en 137 los migrantes localizados en las últimas horas en la provincia. Se activó una búsqueda en el Poniente ante posibles náufragos, mientras la Policía Nacional se ha hecho cargo de los trámites de Extranjería.

La Asociación Unificada de la Guardia Civil ha reclamado “medios adecuados y suficientes” para atender la llegada de pateras a las costas de Almería ante el “dramático panorama al que se enfrentan los guardias civiles”, según declaraciones recogidas por la agencia Europa Press.