La antena camuflada que da el cante en el casco histórico

Cambio de carcasa de la torre de la calle de la Reina ha multiplicado la contaminación visual

Antenas de telefonía móvil sin camuflar al lado de la Puerta de Purchena.
Antenas de telefonía móvil sin camuflar al lado de la Puerta de Purchena. La Voz
Eduardo de Vicente
19:24 • 15 jul. 2023

Hace tres años, desde la asociación de vecinos del casco histórico trataron de frenar la instalación de una torre de antenas de telefonía móvil en el corazón del barrio, en ese punto estratégico donde se cruzan la calle de la Reina con la de Arráez, es decir, en pleno núcleo de la ciudad antigua, a un paso de la Catedral, del Hospital Provincial, del convento de las Puras, del Ayuntamiento, de la Alcazaba y del cerro de San Cristóbal. Si nos dijeran que eligiéramos la esquina más equidistante de los principales monumentos, señalaríamos ésta frente al edificio del Archivo Municipal, donde en su día las mentes pensantes y los que no piensan con la mente escogieron para colocar en el terrao del piso más alto un manojo de antenas.



Sabiendo que el lugar elegido no era el más indicado, por la indiscutible contaminación visual que suponía este tipo de aparatos, nada más colocar las antenas en la azotea se apresuraron a camuflarlas con una carcasa cilíndrica pintada de blanco que vista desde lejos se podría confundir, siendo muy optimistas, con una chimenea. Así, medianamente disimulada, la antena de telefonía móvil del casco histórico ha estado funcionando a lo largo de los últimos años, hasta que hace una semanas aparecieron de nuevo los técnicos para cambiarle el formato, sustituyendo el modelo cilíndrico primitivo por otro de superiores dimensiones en forma de frigorífico gigante. Si lo que pretendían era disimular la presencia de la antena o facilitar su integración visual en un entorno marcado por la monumentalidad de sus edificios, no cabe ninguna duda de que han conseguido el efecto contrario.






Los vecinos de la Almedina, del barrio de la Catedral, de la zona sur de la ciudad, que presumían de tener las mejores vistadas de la Alcazaba desde sus terrazas, se encuentran ahora con este mamotreto que aumenta la contaminación perceptiva en la zona y que vuelve a poner en entredicho la importancia que realmente tiene para nuestras autoridades el querido y vapuleado casco histórico.



Las operadoras principales que están detrás de este tipo de instalaciones han avisado ya, por activa y por pasiva, que este tipo de antenas ‘integradas’ en el entorno van a ser fundamentales en el despliegue del 5G en el centro de las ciudades, pero habría que decirle a las operadoras y a los técnicos municipales que antes de aprobar un proyecto de estas características hay que respetar el entorno urbano y que en un lugar de tanta importancia histórica como el tramo alto de la calle de la Reina no se puede mantener ni un día más ese invento que se han sacado de la chistera en forma de frigorífico.



Al problema de la integración visual hay que sumarle también las dudas que este tipo de artefactos siguen generando en la población. Las antenas de telefonía móvil emiten radiación electromagnética y aunque desde la Organización Mundial de la Salud se insiste en que no hay pruebas suficientes para afirmar que representen un riesgo para la salud, tampoco se atreven a confirmar su absoluta inocuidad. Lo que sí está confirmado es que los vecinos que tienen una antena de este tipo en sus edificios están obteniendo importantes beneficios económicos que repercuten en las arcas de su comunidad.





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