El servicio militar obligatorio, conocido popularmente como la mili, desapareció el diciembre de 2001 como paso necesario para la profesionalización de las Fuerzas Armadas. El histórico reclutamiento forzado daba paso a un proceso voluntario de alistamiento, con un contrato laboral y un compromiso de permanencia para los nuevos soldados y marineros. Atrás quedaron las cartas con la llamada a filas, las revisiones médicas, el adiestramiento, la objeción de conciencia y las prórrogas para estudios, además de un sinfín de historias de cuarteles y camaretas.
Muchos jóvenes cumplieron su periodo de servicio militar en la provincia de Almería, especialmente en el campamento Álvarez de Sotomayor de Viator, hogar de la Brigada Rey Alfonso XIII de la Legión desde mediados de los años 90. Y aunque es una posibilidad menos conocida, algunos de esos ciudadanos pueden sumar ahora el tiempo de duración de su mili al cómputo de años necesarios para la jubilación, con ciertos límites y requisitos.
La Ley General de la Seguridad Social, desarrollada en un Real Decreto Legislativo del 2015, detalló las condiciones de ese cálculo. Esto es, el trabajador puede sumar hasta un año de cotización por haber realizado la mili cuando esté inmerso en un proceso de jubilación anticipada (voluntaria o no) o de jubilación parcial (33 años de cotización).
De este manera, el Estado cuenta el periodo de prestación del servicio militar como un tiempo de empleo, ya que se privaba a los afectados de la posibilidad de ejercer una actividad profesional.
Requisitos En la provincia de Almería, la Subdelegación de Defensa es el órgano competente para expedir los certificados con la duración de la mili necesarios para cursar la petición de jubilación anticipada ante la Seguridad Social. Desde el cuartel de La Misericordia se han entregado 2.700 documentos con este objetivo en casi una década, según datos facilitados por el órgano dependiente del Ministerio de Defensa. Este año, ya se han formulado más de 200 de estos certificados, lo que hace suponer que se superará la media anual de los ejercicios anteriores.
El interesado debe aportar la Cartilla Militar o la Hoja de Servicios y fotocopia del DNI, aunque en el caso de no entregar estos datos el ciudadano podría solicitar al archivo correspondiente su documentación militar, según al Ejército al que haya pertenecido durante la realización de la mili.
Este certificado es para justificar el tiempo que como soldado o marinero se prestó en el servicio militar obligatorio, que podrá ser entregado en la seguridad social ante la circunstancia de faltar tiempo en la cotización cuando se solicita la jubilación anticipada o parcial.
Aunque el servicio militar obligatorio tiene orígenes más antiguos, su formato moderno data de principios del siglo XIX. A lo largo del siglo XIX sufrió algunas modificaciones, especialmente en la duración del periodo de prestación, que llegó a ser de hasta dos años. Un pacto de José María Aznar (PP) con nacionalistas catalanes acabaría por propiciar el fin de la mili, que se hizo efectiva en enero de 2002.
La mili en Viator
Los tiempos de duración del servicio militar obligatorio variaron según el momento de la prestación y del ejército donde el ciudadano cumplió. Los jóvenes españoles que reunían las condiciones de edad y de aptitud psicofísica correspondiente, fueran empleados durante un periodo de tiempo a la instrucción militar en los llamados ‘Centros de instrucción de reclutamiento’ o en un campamento de instrucción, para posteriormente pasar a prestar su servicio en las unidades, centros y
Dependencias de los tres Ejércitos a las que fueran destinados.
Para la provincia de Almería el campamento de Viator era una referencia. Desde 1995, la Brigada de la Legión se estableció en esta sede, en los últimos años de mili. Antes, los batallones Aragón y Nápoles estuvieron activados entre los años 1978 y 1995.
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