Muere el periodista Joaquín Tapia

Joaquín Tapia Escoz falleció anoche en la capital a los 79 años de edad. El periodista almeriense se convirtió en una referencia en materia de Defensa a través de cientos de artículos sobre las Fuerzas Armadas en el periódico Ideal, donde escribió durante medio siglo.

Su labor mereció numerosos reconocimientos. Fue nombrado Legionario de Honor y Embajador de Marca Ejército y recibió la Cruz al Mérito Militar con distintivo blanco “por su inquebrantable entrega en la comunicación, relacionada con las Fuerzas Armadas y la Difusión de la Cultura de Defensa“.

Además, Joaquín Tapia impulsó la celebración del Seminario sobre Defensa que organizaron conjuntamente la Brigada Rey Alfonso XIII, la Asociación de la Prensa de Almería y la Universidad de Almería.

Incansable perseguidor del detalle, Tapia no dejaba espacio para improvisación. Quería saber cada nombre, cada empleo, cada función de quienes pisaban el patio de armas de la base de Viator, el campo de maniobras o la cubierta de un buque de la Armada. Se enfadaba cuando los discursos aportaban pocas novedades y disfrutaba recordando las batallas de antaño. Siempre portentoso en su recuerdo de los nombres de quienes, quizás, pasaron como tenientes por Almería hace años y hoy ocupan altos cargos en cuarteles de toda España.

Su pérdida es también el adiós a una parte de la memoria de la provincia de Almería. Como uno de los decanos de la prensa almeriense, vivió los cambios sociales y políticos desde las páginas de Ideal, donde colaboraba desde los setenta. No en vano, recibió el Escudo de Oro de la ciudad.

Hombre sencillo, Joaquin Tapia trabajaba con una pequeña libreta, donde apuntaba a mano nombres y frases. Era un periodista de vieja escuela. Se tomaba su tiempo en las preguntas y recogía las respuestas con mimo, sin apreturas. Nunca le gustó que le llamaran “coronel” y siempre corría a desmentirlo para que ningún militar le confundiera con un oficial retirado y le ofreciera un saludo exagerado. Siempre se sintió más un soldado raso.

Hablaba orgulloso de sus hijos y se deshacía con sus nietos, aunque quien verdaderamente monopolizaba sus últimos ratos de charla con los compañeros era su mujer. Siempre la mencionaba, preocupado por su bienestar.

En los últimos meses había sufrido un deterioro de su estado de salud tras sufrir complicaciones cardíacas. Sus restos se han trasladado al Tanatorio Portocarrero donde mañana se celebrará la misa funeral a las 11:30 horas.