Aún sin fecha en agenda para que se produzca el acto oficial, la consejera de Agricultura, Agua, Pesca y Desarrollo Rural, Carmen Crespo, anuncia que será a lo largo de este mes de septiembre cuando se realice la inauguración y finalización de las obras de la tubería que tiene que conectar los depósitos de La Pipa con el existente en San Cristóbal y así permitir que el agua desalada llegue a todos los hogares de Almería.
Lo explicaba la máxima responsable de agua de la administración andaluza asegurando que se trata de “una obra que ya llega a su fin” permitiendo que el agua desalada llegue a todos y felicitándose por “uno de los éxitos colectivos” que en materia de actuaciones hídricas más importantes se han conseguido en la ciudad en los últimos tiempos.
Esto supondrá que ya en el mes de octubre se encuentre en funcionamiento después de casi cinco meses de retraso, su finalización estaba prevista en el mes de mayo, pero siempre teniendo en cuenta que se trata de una actuación compleja, en el que se ha tenido que cruzar prácticamente toda la ciudad para ir colocando la tubería, realizando los correspondientes desvíos de tráfico en las zonas que se encontraban afectadas en cada momento y realizando esa doble inversión en asfaltado, primero uno provisional que gustó poco o nada a los vecinos ya que se encontraba con muchos desniveles, y el definitivo una vez culminadas las pruebas sobre las tuberías que estaban debajo.
Las obras arrancaron a finales del mes de julio de 2021 con la previsión de durar 24 meses, finalmente ha sido un poco más aunque la importancia de la obra y su complejidad hace que ese retraso sea hasta lógico.
Inversión
La realización de este proyecto ha supuesto una inversión por parte de la Junta de Andalucía de un total de 11,6 millones de euros y pone fin a uno de los grandes problemas con los que contaba la ciudad para su crecimiento: el agua.
Hace ya unos años, uno de los elementos que se utilizaron por parte de la administración autonómica para tumbar el nuevo planeamiento previsto para la ciudad fue precisamente la falta de un plan para garantizar la llegada de agua a todos los nuevos desarrollos. Y es que, por mucho que se pueda incrementar el volumen de producción de agua desalada (había margen y en estos últimos años se ha ido incrementando y probando hasta poner la desaladora a máximo rendimiento para ver su respuesta), el problema estaba en que ese agua jamás pasaría más allá de la Rambla de Almería porque el Casco Histórico solo se abastecía y de momento se abastece, de agua procedente de los Pozos de Bernal.
Con la realización de esta conexión entre La Pipa y San Cristóbal, se permite que el agua desalada llegue a todos los hogares almerienses con lo que, se puede dejar descansar los pozos a la vez que se garantiza el suministro.
Historia
La necesidad de la realización de esta infraestructura hídrica no es nueva. Corría el año 2004, el alcalde de Almería era entonces Luis Rogelio Rodríguez-Comendador y la consejera de Medio Ambiente la almeriense Fuensanta Coves, cuando ambos se sentaron para firmar un convenio que recogía la ampliación de la depuradora de El Bobar que pagaría la Junta, la realización de la conexión de los depósitos que financiaría el Ayuntamiento, y la desaparición de los emisarios en la playa de El Zapillo.
Desde entonces y hasta el año de 2020 en el que se vuelve a firmar otro acuerdo con la Junta para que sea la administración andaluza quien asuma el coste de la obra, nada se hizo.
Ahora que los trabajos están prácticamente listos para cortar las cintas correspondientes, hay que tener en cuenta que una obra fundamental para el crecimiento de la ciudad ha tardado 19 años en desarrollarse desde el momento en el que se estableció su necesidad. Toda una vida.
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