La hija secreta almeriense del dueño de Puerto Banús

Una mujer de Almería parió en 1963 a una niña fruto de una relación con el magnate de Marbella

El empresario José Banús Masdeu, junto a su chófer, en una imagen de los años 70 en el  Puerto marbellí.
El empresario José Banús Masdeu, junto a su chófer, en una imagen de los años 70 en el Puerto marbellí.
Manuel León
22:26 • 09 sept. 2023 / actualizado a las 11:55 • 10 sept. 2023

Un anuncio publicitario merodeaba casi a diario, a finales de los años 50, por las páginas del almeriense diario Yugo: “venga a trabajar a Madrid y pague  20.000 pesetas como entrada para un piso”. El anunciante era la constructora José Banús S.L. y  el domicilio social estaba en la calle Monte Esquinza. Esas casas, a precios populares, que se anunciaban en Almería y otras provincias para atraer a emigrantes a la capital fueron el germen de lo que hoy es el barrio madrileño de La Concepción, un ensanche urbano del viejo Madrid concebido para familias humildes, de aluvión, llegadas hasta la Estación de Atocha desde todos los puntos de la Península. 



El visionario que concibió esa colonia de edificios de cemento era José Banús Masdeu, un catalán nacido en el pueblo de La Masó, en la provincia de Tarragona, que con los años fue conocido como el empresario del régimen y que llegó a hacer de Marbella un centro turístico internacional, a la altura de Cannes o Saint-Tropez,  con su legendario puerto deportivo que aún hoy es el mayor icono del glamour en la Costa del Sol.



Su historia, la de este pionero del turismo del tardofranquismo, está ligada en cierta forma sentimentalmente a Almería, aunque no fue por frecuentar la ciudad de la Alcazaba sino por haber tenido una hija, su única hija, fuera de su matrimonio, con una almeriense llamada María Luisa García, según algunas de las biografías no autorizadas escritas sobre el primer magnate español de turismo. Es niña, de sangre almeriense, tiene hoy 60 años y se llama Josefina Banús García. Vive en Sevilla y está casada con el empresario hispalense Fernando de la Lastra Marcos, con el que tiene un niño llamado Nicolás de la Lastra y Banús. Josefina pleiteó después de morir su padre en 1984 y le fueron reconocidos sus derechos de legítima heredera del imperio Banús por la viuda de José, Pilar Calvo Sánchez de León.



Josefina, quien ha declinado hacer comentarios sobre su vinculación con Almería, heredó las ascuas de una fortuna venida a menos, entre ellas unas fincas junto al aeropuerto de Barajas, y es hoy administradora de varias sociedades patrimoniales. La mayor parte de la inmensa hacienda y posesiones del mítico empresario catalán se diluyó en los primeros años de la Democracia cuando ya no tenía el manto protector del Régimen. No obstante, pudo legar, a través de su viuda, más de cuatro millones de euros, a la Fundación José Banús que aún subsiste con sede en Marbella con el objetivo de difundir valor culturales y la promoción turística de ese enclave que Banús contribuyó a poner en el mapa mundial.



De la madre de Josefina casi nada se sabe, solo que era oriunda de Almería y que concibió a esa niña que nació en Madrid  en febrero de 1963, más de un año después de que el promotor urbanístico se casara con Pilar Calvo. El misterio de esa relación se la llevó don José a la tumba y nunca se supo si tuvo Josefina trato con su padre ni la propia protagonista ha desvelado nada de esa historia ni de la identidad de su madre. 



José Banús Masdeu nació en 1906, hijo de un contratista catalán de obras publicas que emigró a Madrid con sus cinco hijos poco antes de la Guerra Civil. Las biografías no oficiales atribuyen al joven Banús la función de espía de Franco en esos últimos meses de un Madrid sitiado en el que se hacía pasar por enfermero, lo que probablemente le valiera el acceso directo a contratos de la Administración. Con el  trabajo que empezó a labrar su fortuna fue con la carretera de acceso al Valle de los Caídos como concesionario del suministro de grava, que servía con la ayuda de presos políticos que él mismo seleccionaba en las cárceles de la época palpando su musculatura y  comprobando su dentadura.



Años más tarde abandonó la obra pública y se dedicó  a la promoción residencial con el barrio de La Concepción primero y el de El Pilar después, al norte de Madrid, al que le puso el nombre de su esposa con la que se había casado en 1961. 



La mujer de Banús era una mujer de rompe y rasga, aficionada al lujo y a las joyas, quien le introdujo en los ambientes de más alcurnia de Madrid. En 1962 se instaló en la Costa del Sol donde, después de un viaje a Montecarlo, se propuso construir el mayor centro turístico de España. Adquirió la finca de El Angel, un predio de dos millones de metros cuadrados en Marbella donde proyectó casinos, discotecas, campos de tiro y de golf, una urbanización conocida como Nueva Andalucía y el mítico puerto para mil yates de lujo. Cuentan que acudió a El Pardo a ver a Franco y éste, sin mucho entusiasmo, le autorizó una concesión por 99 años.

En 1970, el puerto estaba listo y la inauguración acaparó la atención de la prensa mundial: actuó Julio Iglesias y acudieron Rainiero y Gracia de Mónaco, el cineasta Roman Polansky, Liza Minnelli y los condes de Barcelona, entre otras autoridades y gente del mundo del espectáculo. 


Aquel esplendor, con los años, se fue apagando, y la constructora Banús suspendió pagos en 1977 con deudas de 5.000 millones de pesetas y Ruiz Mateos estuvo en tratos para absorber lo que quedaba el emporio, sin que se llegara a formalizar el trato. Don José murió en 1984 y solo entonces salió a la luz la historia de una joven de 19 años, hija secreta del potentado empresario, de origen almeriense, que pleiteó hasta conseguir lo que le correspondía de esa fortuna venida a menos. 


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