El “Sí, quiero” de Eva y Martín en un día inolvidable

La plaza de la Catedral estaba reluciente, gracias a las personas que esperaban la llegada de los novios. Familiares y amigos, con trajes para la ocasión, lucían en sus caras grandes sonrisas de felicidad, había llegado el gran día, la boda de EVA & MARTÍN, la que todos esperábamos.

La Catedral se llena, nadie quiere perderse el momento, la llegada, la ceremonia, la emoción, las lágrimas, los sentimientos… Todos miran hacia la puerta abierta de par en par, se escuchan “disparos” los de la cámara de fotos de Fran Muñoz, que, ponen imagen a los momentos más bonitos del día.

Llega Martín, del brazo de su madre, bella, sonriente, feliz… tanto como él, con una mirada que refleja amor, va saludando a su paso mientras camina firme hacia el altar, es su día, pero ha de esperar unos minutos para que aparezca Eva, de la mano de su padre, emocionado, camina junto a ella… Eva, tan dulce, amable, guapa, centro de todas las miradas, se acerca a quien será su marido minutos más tarde, después de una ceremonia donde no faltaron las lágrimas, recuerdos y palabras de amor.

¡Vivan los novios!... mientras salen de la Catedral para recibir el confeti, los gritos y sobre todo el amor de los presentes, que, tras ello se dirigen a Agua Amarga para celebrar el gran día con una fiesta preparada con todo el cariño por una pareja, que sobre todo respiran amor.

Todos los asistentes están felices, todos quieren estar con los novios, comen y beben degustando los manjares servidos por Catering Alcazaba... bailan, cantan al ritmo de la música de Mirian Amat, la Dj incansable, amable, imparable, entrañable… que, dejaba paso al grupo de flamenco y es que era una fiesta inolvidable, que ¡vivan los novios!

Continuaba la noche, la luna refleja en el mar su mejor silueta, se retiran poco a poco los invitados y el jolgorio deja paso a un silencio placentero, la boda ha terminado, comienza la vida de casados, “la que todos deseamos sea la vida de vuestros sueños”