El brasileño que ha conocido a toda su familia almeriense

“Yo me siento almeriense en un 80%”, dice con ostensible orgullo Luis Expósito Carreño, de 70 años, a pesar de que ha vivido toda su vida en Brasil, donde nació en 1952, casi 30 años después de que su abuelo de Almería emigrara a este país, en 1920. 

Luis también reconoce que este sentimiento almeriense ha sido en buena parte posible o se ha visto profundamente influenciado por la inestimable ayuda de Francisco García Góngora, exsecretario del Ayuntamiento de Gádor, quien ha ‘trabajado’ concienzudamente para ponerle en contacto con un gran número de familiares.

En su mayor parte son primos segundos, tanto de Gádor, donde nació su padre, Luis Expósito Juárez, como de Gérgal, el pueblo de su madre, Anna Carreño Martínez. En total, ha podido conocer a cerca de una veintena de familiares, con los que en su mayor parte mantiene relaciones, sobre todo a través de las redes sociales -puesto que él sigue viviendo en Brasil-, y a quienes visita cuando viene a Almería, como ha sucedido este año. 

“Si no hubiera sido por Paco solo habría viajado a Almería la primera vez, que fue en 2005, pero su ayuda ha hecho posible conocer a familiares de los que no sabía absolutamente nada y acercarme en más profundidad también a los pueblos de mis padres, de los que tanto hablaban en vida”, dice emocionado Luis, mientras toma un café con su gran amigo Paco en el paseo marítimo de Almería.

“Yo conocía a todo el pueblo (Gádor) con nombres y apellidos, porque durante muchos años fui interventor, secretario, responsable de asuntos sociales y muchas otras cosas, porque hice de todo… Hoy mi trabajo lo hacen cinco funcionarios”, afirma Francisco García, quien, a sus 90 años y aún con una memoria portentosa, ya está, lógicamente, jubilado. No obstante, afirma que para algunas cuestiones, sigue “activo en el Ayuntamiento”, desde donde aún se le consulta para determinados asuntos, como pueden ser, por ejemplo, localizar a familiares de emigrantes, al igual que ha hecho con Luis. “Es cierto que muchas personas se han puesto en contacto conmigo, porque conocía a todo el mundo y al igual que ha pasado con Luis han podido establecer relaciones con sus familiares en el pueblo, y muchos de ellos me lo han agradecido siempre”, reconoce. 

En el caso de Luis, la relación no ha sido cosa de un día o dos, sino que se ha prolongado en el tiempo hasta el punto de que se han convertido en poco menos que amigos íntimos. “Luis me llama casi todos los domingos, y cuando viene a España siempre almorzamos juntos”, dice. 

“Paco me atendió sin poner un solo pero y con todo su corazón desde el principio; a partir de los documentos que yo tenía completó todo el árbol genealógico de mi familia. Gracias a él los he conocido, y he sido muy bien recibido por todos ellos”, dice. Él destaca especialmente la relación que ha surgido en estos años con sus primos Mari Carmen y Carmelo, de Gérgal. “Me han acogido con mucho cariño”, manifiesta.

Luis nació en Sorocaba, municipio de casi 700.000 habitantes del estado de Sao Paulo, donde aún vive y donde ha trabajado como maestro de mecánica en el Servicio Nacional de Aprendizaje Industrial de Brasil hasta su jubilación. “Siempre había oído a mi padre y a mi madre hablar de España, y a partir de ahí hice la promesa de que algún día vendría a conocer sus pueblos”, recuerda. Él, quien cuenta con la doble nacionalidad española y brasileña, ha sido de momento el único, de una familia de siete hermanos, en conocer su lugar de origen. Y aunque admite a este periódico, solo un día antes de su regreso a Brasil, que le gustaría quedarse a vivir aquí, de momento no se lo plantea: “El dinero en Brasil tiene un valor cinco veces inferior al de España, y sería complicado”.