De todo el panorama apocalíptico que presentó la ciudad de Almería en pleno temporal de viento, hubo una zona especialmente catastrófica (y peligrosa): la Avenida de Sierra Alhamilla, a la altura del Parque de la Estación y junto a Mercadona fue el escenario de imágenes dantescas a lo largo de un día en el que se produjeron rachas de más de 100 kilómetros por hora. Pero ¿por qué ahí?
Los habituales de la zona saben de sobra que ese punto concreto de la ciudad es un antes y después en lo meteorológico: si en Almería hace viento, ahí siempre hace todavía más. Este hecho, en un día como el de ayer, provocó situaciones realmente alarmantes. A mediodía, por ejemplo, un ejército de medio centenar de motos se situaba aparcado en la acera, junto a las cristaleras de Mercadona, esperando a que amainara el viento. ¿El motivo? El fuerte chorro de aire que soplaba en las esquinas de las dos torres levantadas donde antaño se encontraba el icónico Toblerone derribaba a los motoristas que osaban pasar por allí.
Y no solo los motoristas se vieron en problemas. Tal y como se puede ver en el siguiente vídeo, el viento puso a prueba a los peatones, que en más de una ocasión tuvieron que agarrarse a las farolas de la zona para no salir volando, literalmente:
El motivo
La física tiene la respuesta de este fenómenos que se produce alrededor de las altas torres situadas en los suelos del antiguo Toblerone. En concreto, dos efectos descritos por el mismo científico italiano, Giovanni Battista Venturi, dan respuesta al caótico escenario vivido ayer a los pies de los edificios.
Por una parte, uno de los motivos de las fuertes rachas de viento es la propia altura de los edificios. No en vano, tal y como describió Venturi en el llamado 'efecto de corriente descendiente', cuando el viento golpea un edificio alto se queda sin otro lugar al que desplazarse y, por tanto, se mueve hacia arriba y hacia abajo. Así las cosas, el fuerte temporal de viento se encuentra con las torres del Toblerone como obstáculo, choca contra el edificio y es forzado hacia abajo, acelerándose a nivel de la calle.
No obstante, hay un segundo motivo, descrito también por el científico italiano. El conocido como 'efecto Venturi' es un conocido por todos los almerienses, especialmente los que viven en El Zapillo o frecuentan el Paseo Marítimo: cuando el lugar por el que se mueve el viento se estrecha, aumenta su velocidad, algo que sucede cualquier día de viento de poniente en los callejones que dan acceso al Paseo Marítimo Carmen de Burgos y que se produce, también, en los alrededores de las torres del Toblerone: la cercanía entre las dos torres canaliza el viento y hace que este aumente de velocidad, algo que también sucede debido a que el viento viene de un espacio abierto (el mismo Puerto de Almería y el Cable Inglés) y, a partir de la torre de acceso a Mercadona, el espacio por el que discurre el viento se estrecha, creando una especie de tubo de aceleración (lo que en un laboratorio se conoce como un 'tubo de Venturi') en los primeros metros de la Avenida de Sierra Alhamilla.
En definitiva, dos cuestiones físicas descritas a finales del siglo XVIII dan respuesta a un fenómeno sufrido por no pocos almerienses en el día de ayer: el viento tiene más velocidad alrededor de las torres del Toblerone.
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