“No hay generación que se adapte mejor y sea más resiliente que la Z”

Hablamos con el maestro y sexólogo, Jesús Alonso sobre la Generación Z en una sociedad analfabeta sexualmente donde temprana edad se tiene acceso a una gran cantidad de información, mucha de ella errónea y donde la responsabilidad recae en una educación de calidad, veraz y sin tabúes.

Jesús Alonso, para ponernos en contexto, ¿Interpretamos la sexualidad según las circunstancias y vivencias personales?

Partiendo de la base de que cada persona, independientemente de la generación a la que pertenezca, vive su sexualidad de una forma distinta, si es cierto que existen ciertas similitudes a la hora de entender e interpretar la sexualidad en función de la edad o al menos eso parece. Por una sencilla razón, por el contexto o tiempo que les ha tocado vivir a cada una. Sin duda es un factor que determina nuestras vivencias y, por ende, marca nuestra biografía de vida.

¿Supone, el avance de la tecnología un cambio significativo en las nuevas generaciones?

Nosotros, los millennials (nacidos entre 1981-1997) hemos tenido una serie de vivencias y, por tanto, una educación donde todavía la tecnología comenzaba a formar parte de nuestra vida en un momento avanzado de nuestra adolescencia. Sin embargo, para los Zillennials podríamos decir que nacen con una tablet o un móvil debajo del brazo. Casi saben cómo entrar en internet o desbloquear un dispositivo antes que escribir su nombre.

Por tanto, la sexualidad es vivida de una forma diferente si o si, a pesar de las peculiaridades y características propias de cada persona.

La tecnología y, los diferentes sucesos que se han ido produciendo a lo largo de estos años, por eso hablamos de las circunstancias en las que se encuentra la persona, según su tiempo

Así es, no debemos olvidar que es una generación que ha vivido una crisis económica, una pandemia mundial, un mundo en guerra que a saber cómo acaba, dificultad como quizás ninguna generación para encontrar un puesto de trabajo con garantías y estabilidad… aspectos que a nivel social, emocional, familiar y sexual nos marcan y todavía nos sorprende.

¿Podemos hablar entonces de una generación resiliente ante las vicisitudes, que apuesta por la diversidad y el respeto?

A mí, me gustaría preguntar, ¿por qué hoy nos siguen saliendo expresiones del tipo “esta generación está perdida”, “la generación de los vagos”, “los que no respetan a nada ni a nadie”, “la hipersexualizada”?. ¿De verdad esto es así? Creo, sinceramente, que no hay generación que se adapte mejor a las circunstancias y sea más resiliente que la generación Z. Les ha tocado vivir en un mundo muy complejo, quizás el que más de los últimos 50 años y aún así son los que menos tabúes presentan, los más respetables con la diversidad y los que, según estudios, utilizan las nuevas tecnologías para socializar y relacionarse de una forma más accesible que otras generaciones.

Sinceramente, creo que se está demonizando últimamente a una generación que, como digo, no hace otra cosa que adaptarse al contexto e intentar ser felices dentro del mismo.

A esta horquilla que engloba a lo que se denomina Generación Z (aquellos nacidos entre 1997 y 2012) se les etiqueta como Generación hipersexualizada ¿Es una reseña acertada?

Partiendo de la base de que no sé qué significa esa expresión, ya que no sabría decirte donde están los límites y hasta cuanto es poco o es mucho, yo, doy gracias por observar cómo se respetan las nuevas formas de relacionarse, cómo hemos salido o estamos saliendo de algo estanco y arcaico a nivel sexual. Hemos entendido o al menos esta generación así lo parece, que se puede amar de múltiples formas y tener relaciones sexuales saludables más allá de lo convencionalmente establecido y, aunque queda un largo camino por delante, al menos los pilares están plantados en esta generación de una forma más clara. Si bien es cierto, no todo es positivo, ya que hay síntoma de que falta mucha educación sexual. Por ejemplo, las tasas de contagio por ITS se encuentran al alza, la falta de información con respecto a lo menos peyorativo o negativo de la sexualidad es un claro reflejo en los historiales de búsqueda, donde no paramos de encontrar búsquedas del tipo “¿Cómo dar más placer a mi pareja cuando realizo ‘x’ práctica?” en definitiva, mucho por decir todavía.

Y hablando de etiquetas, ¿Está estigmatizada la Generación Z?

En una investigación, vista por BBC Worklife, se halló una estadística que muestra que aproximadamente el 50% de la generación Z se identifica como heterosexual y "muchos dicen que son heteroflexibles". Recalco esta investigación, que me parece muy interesante, sencillamente porque hay muchas personas que dicen que esta es la generación de los hipersexualizados, sátiros, viciosos y, además de los homosexuales perversos. Bueno, igual es que nos dejamos llevar por fakenews, en lugar de ver y observar cómo esta generación vive su sexualidad desde otro paradigma distinto. Un paradigma basado en el respeto, en la diversidad y en la tolerancia, donde poco importa la etiqueta que lleves, el género o la orientación, en favor de una sexualidad libre y placentera esta generación va muy por delante en la mayoría de contextos con los que me encuentro cuando doy mis formaciones en educación sexual.

Dice por ahí la gran psicóloga y sexóloga Isa Duque, La Psico Woman, en su libro “Acercarse la generación Z” que se ha generado un adultismo que nos aleja de la realidad de una generación que viene cargada de energía y que el contexto que les ha tocado vivir no hace sino más que aislarlos como pequeños perversos tenebrosos que no dan un palo al agua. Y sí, puede que encontremos algo de esto, pero que no se nos olvide que somos sus educadores, los de las generaciones anteriores los que hemos educado a esta generación y somos responsables directos de muchas de sus actitudes.

Finalizando, ¿Qué mensaje podemos lanzar a la sociedad respecto a esta Generación Z?

Dejemos de demonizar sexualmente a una generación que no ha hecho y hace otra cosa más que intentar ubicarse en un mundo donde la salud mental y por tanto la salud sexual están muy mermadas. Una generación que necesita de una educación sexual integral de calidad, cercana, abierta, sin tabúes ni miedos, donde el sentido crítico y reflexivo esté presente.