“Es un orgullo poder decir que soy la quinta mujer más fuerte del mundo”

Hace casi 11 años, la virgitana de adopción Esther Granero Luna, nacida en Barcelona, se apuntó al gimnasio sin saber que no muchos años después iba a estar entre las cinco mujeres más fuertes del mundo. Se propuso el reto de convertirse en culturista, subirse a una tarima y ser la mejor y puede decir que todo lo ha conseguido con sacrificio, esfuerzo y, sobre todo, mucha ilusión. Valores que, además, le han llevado a ser subcampeona de España, subcampeona de Europa, oro en un clasificatorio para la copa de España y bronce en la copa de España.

Quinta del mundo en culturismo femenino ¿Cómo se siente poder decirlo?

Competir en un campeonato mundial ya es una emoción insuperable, pero poder decir que eres la quinta mujer más fuerte del mundo es un orgullo que se puede comparar con pocas cosas. Representar a España en un mundial y lograr estar entre las mejores es un sueño hecho realidad, pero no me voy a quedar ahí ni mucho menos, porque también soy muy exigente y esto solo me hace querer crecer mucho más.

Todo es fruto del trabajo de muchos años.

Sí, yo empecé a ir a entrenar al gimnasio hace algo más de 10 años. Me gustaba levantar peso, verme cada vez más grande, más musculada... Y cuando te metes en este mundo y ves en las redes sociales que hay gente que compite en culturismo dices, pues yo también puedo subirme a una tarima. Y así comencé hace dos años una preparación más profesional con el objetivo de verme en la tarima y al final lo he conseguido.

¿Requiere mucho sacrificio?

Sí, sin duda. Esto es un trabajo diario que te hace renunciar a muchas cosas, decir que no a actividades que son normales para el resto de personas, como salir los fines de semana o pasar tiempo con tu familia, pero luego la recompensa es muy gratificante.

Sola no lo has conseguido ¿no? 

No, porque gran parte de mis éxitos se los debo a mi preparador, Emilio Cortés. Sin él hubiera sido imposible. Ha sido más que mi preparador, ha sido mi hermano, mi amigo... Emilio para mi es todo. Es la persona que cuando he dicho no me veo, no voy a llegar, me ha dado el impulso que necesitaba para seguir hacia adelante. Es un grandísimo profesional que se preocupa por todo lo que concierne al atleta, desde el punto de vista psicológico hasta cualquier rutina de entrenamiento o la dieta. Tengo que darle las gracias por no haberme dejado caer.

¿Es difícil ser mujer en el mundo del culturismo?

No es fácil. No solo en el mundo del culturismo, sino que ser mujer culturista en la vida diaria es complicado, sobre todo porque te enfrentas a los prejuicios. Yo los veo a diario cuando, incluso compañeros de entrenamiento, te dicen que para qué quieres tanto músculo, que pareces un hombre, que tienes espalda de camionero... Pero dentro del mundo del culturismo la mujer está muy valorada, porque saben el esfuerzo que hacemos para poder conseguir un cuerpo musculado, algo que es más fácil en los hombre. Pero está claro, hay a quien no le gusta lo que hacemos, y es respetable, pero a mí, que es a quien tiene que gustarle, me encanta. Y, sobre todo, no saben el esfuerzo, la dedicación y el trabajo diario que hay que hacer para poder verte así.

Un esfuerzo doble cuando se es natural y no se usan químicos.

Exacto. Yo compito en culturismo natural y para desarrollar nuestra musculatura lo único que hacemos es entrenar mucho y muy duro, comer bien y descansar. Ahora, con las redes sociales, se ven muchos cuerpos tanto de hombres como de mujeres que son por la química y que pueden hacer a muchas personas frustrarse, porque sin esos químicos nunca van a llegar a verse como a las personas que siguen en redes sociales.

Un esfuerzo al que también sumas tu trabajo.

Exacto. A esto me dedico porque me gusta, pero tengo una peluquería y es mi trabajo. Y, además, mi marido tiene un bar y también trabajo los fines de semana. Pero la motivación y las ganas de verme crecer y de verme mejor en la tarima hacen que supere cualquier obstáculo.