Ayer la Audiencia Provincial de Almería acogía la tercera sesión de juicio con jurado contra tres hombres acusados de “detener ilegalmente y asesinar” en un lugar no determinado del municipio de El Ejido a D.B. entre los días 3 y 5 de diciembre del año 2019. Delitos por los que la Fiscalía solicita 22 de años de condena.
Ante la sala comparecieron los acusados M.R., Y.F. y J.S. para escuchar la prueba testifical aportada por el Jefe de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil, quien respondió a las preguntas del Ministerio Fiscal, acusación particular y defensas en relación a la investigación llevada a cabo tras el descubrimiento del cuerpo de D.B. en el cruce de una carretera secundaria que transcurre por invernaderos y explotaciones agrícolas en la pedanía ejidense de Santa María del Águila.
Según el escrito de calificación provisional al que ha tenido acceso La Voz, la víctima habría sido retenida “contra su voluntad” por los tres acusados después de que éstos hubieran “planeado” la acción tras sospechar que D.B. les había “sustraído 20.000 euros”. Según ha abundado el Ministerio Fiscal, M.R. habría conducido mediante “engaños” a la víctima al municipio del Poniente, donde “le esperaban Y.F. y J.S. sin que D.B. lo supiese.
Habiendo el cuerpo aparecido con muestras de haber sufrido “11 puñaladas en su pierna izquierda, otra en la cadera y otra en el glúteo, además de repetidos golpes en la cabeza con un objeto contundente, siendo ésta la causa de la muerte”, el Fiscal preguntó al testigo sobre el aspecto que presentaba el escenario donde se encontró el cadáver. El Guardia Civil respondió que “el cuerpo se encontraba con moratones en la cara, y con signos de haber sido amarado con bridas”, además de haberse hallado “húmedo y con heces de animales”. Explicó el testigo, exponiendo que en ese lugar “no se habrían producido los hechos, sino que lo habrían movido, debido a la ausencia de manchas de sangre producidas por la presión arterial”.
Las abogadas defensoras de M.R. y J.S. se interesaron por una mancha que presentaba el cuerpo debajo de su cabeza, en el lugar donde se encontró el cadáver a lo que el testigo no pudo precisar si “los fluidos existentes fueran sangre o agua” remitiendo a las letradas a preguntar a “los técnicos de laboratorio” que trabajaron sobre el cuerpo.
Un apellido Después de haber localizado el ámbito familiar de la víctima para conocer la conexión de D.B. con Almería. La familia remitió a los investigadores a “un tal Mohammed con apellido que no estaba bien escrito en las primeras diligencias, porque era como los testigos indicaban que sonaban los apellidos”.
Esta declaración fue confrontada por la abogada de J.S. al sostener que un testigo “dio el nombre de Jawad”, preguntando al jefe de la Unidad de Orgánica si realmente se parecía al nombre de su cliente.
El testigo continuó su declaración explicando que tras haber obtenido el número “del tal Mohammed”, por “ser una de las últimas personas que vieron al finado”, empezaron una investigación por área de influencia del cuerpo, y mediante las últimas llamadas realizadas por la víctima, poniéndolos sobre la pista de M.R. al que aplicaron un “dispositivo de seguimiento”.
Según narró el agente de la benemérita, fruto de las investigaciones telefónicas, detectaron que M.R. mantuvo “una veintena de llamadas” con los otros dos acusados. Al realizar un registro en los domicilios de los presuntos autores del delito, el testimonio del Guardia Civil, desveló que “se encontró una navaja con restos de AND de D.B. en el domicilio de “uno de los acusados”.
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