La perra Esperanza, a pesar de su corta edad, ha vivido durante los últimos días un auténtico infierno contra el que lucha para salir y ver la luz. El animal fue atropellado por un vehículo en una carretera de El Ejido y pasó varias horas sangrando y sin poder moverse sobre el asfalto hasta que una joven que no quiso echar la vista a un lado se puso manos a la obra para salvar la vida de una perra que se ha convertido en un ejemplo de superación.
Fue el pasado 27 de noviembre cuando una joven se encontró en el municipio ejidense a la perra, con las patas totalmente destrozadas y un inmenso charco de sangre a su alrededor. Ante la cruel imagen que presenció, actuó rápidamente y tras telefonear a varias asociaciones y a la Policía Local de El Ejido y recibir solo un "no" por respuesta, se puso en contacto con Víctor Ros y Lola López de El Refugio de Rubí.
Ellos, como acostumbran a hacer, no se lo pensaron dos veces y se pusieron en camino para llegar a El Ejido, donde tras comprobar en primera persona el deteriorado estado en el que se encontraba el can, arroparon a Esperanza en una manta, la montaron en el coche y fueron directos a la clínica veterinaria La Huella Blanca. Allí llegó Esperanza después de perder una gran cantidad de sangre y con la temperatura corporal extremadamente baja. "Estaba a punto de morir", relata Víctor Ros a La Voz.
Y fue entonces cuando la perra sacó fuerzas de donde no las había y los veterinarios se pusieron en marcha para salvarle la vida. Y, por el momento, lo están consiguiendo. Tuvieron que apuntarle una pata trasera, que estaba "destrozada por completo", pero no era lo único contra lo que tenía que luchar la perra, que también tenía rota una de las patas delanteras, la cadera destrozada, tenía su sangre bajo mínimos y un desgarro muy grande en la barriga.
Ahora, una semana después de que Víctor Ros y su equipo no dudaran en echarle una mano, Esperanza continúa ingresada pero mejora día a día. Eso, a pesar de que aún tiene que someterse a una operación en una de sus patas delanteras para fijarle los huesos con tornillos, clavos o placas, y está pendiente de recibir un injerto para que cure por completo su desgarro abdominal.
La historia completa la ha relatado Ros en las redes sociales de El Refugio de Rubí, donde han pedido ayuda desesperadamente para salvarle la vida a esta perra que se ha convertido en un gran ejemplo de superación. Para ello, también se ha puesto en marcha una campaña en gofundme.com en la que llevan recogidos más de 700 euros gracias a casi 40 donantes.
"Nosotros nunca pedimos nada pero estamos ahora mismo pasando por momentos bastante complicados y nos está costando mucho llegar a cubrir los gastos veterinarios que nos ocasionan este tipo de casos. A Esperanza como, ya sabéis, no podíamos dejarla ahí, ella se merecía que por una vez en la vida mirasen por ella y nosotros no íbamos hacer menos", cuenta el joven almeriense.
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