Cae el Bar de Bonifacio y Auto Moto Servicio

La piqueta vuelve a hacer de las suyas y le ha llegado la hora a un trozo de la Carretera de Ronda que forma parte de la historia de la empresa almeriense. Lo primero en caer ha sido el Bar de Bonifacio y Auto Moto Servicio que tantos cafés despachó a los hombres del campo almeriense que llegaban con las furgonetas Mercedes y a esos camioneros que llevaban a dormir a sus caballos de hierro a las cocheras de Bonifacio Berenguel López. La piqueta ha llegado para convertir en un residencial un trozo de la historia y para dar brillo y decoro a lo que ahora es solo un descampado tomado por los gatos. Nunca antes se llevaron tan bien las familias Fernández y Berenguel ya que se ayudaran por los siglos de los siglos y ahora contemplan cómo el solar que era propiedad de los Pardo ve la llegada del progreso que todo lo puede.

Los carteles lucen hablando de la promotora, la constructora y lo que van a realizar en un solar donde se puede construir un campo de fútbol y en una de las esquinas daba vida a un pequeño bar donde el jefe de taller de AUTO MOTO SERVICIO primero y SAVERES después echaba un café con BONIFACIO, simplemente Bonifacio que daba cuidado a los camiones y coches que aprovechaban esa explanada con lavadero y reparación de neumáticos.

Todo el esplendor de la rotonda del Moisés Ruiz se verá aumentada cuando se construya un residencial que pondrá fin a la vida y a la obra de dos emprendedores que lo fueron Juan Fernández Rodríguez y Bonifacio Berenguel López. El primero, Juan 'Saberes' invirtió los ahorros del AUTO MOTO SERVICIO de la calle Reyes Católicos para crear el Grupo Saveres y el segundo toda una vida con sus hijos al frente del negocio.

El jefe de taller

Cuando llegué con pantalón corto de aprendiz en AUTO MOTO mi primer café me lo tomé en el bar de la esquina de un señor que tenía un taxi y hacía del pluriempleo su razón de ser. Sonaba el timbre a las diez para desayunar y había que darse prisa porque el bar estaba lleno de agricultores que llegaban del Poniente y del Levante con las furgonetas que vendían Antonio Arcos, José Manuel Casas, Juan Andújar Oliver, Pedro el de los tractores y un largo etcétera.

En la parte corta de la L que formaba el mostrador siempre estaban de la mano hablando de reparaciones y neumáticos el jefe de taller de Auto Moto, Luis Fernández, y Bonifacio Berenguel. Por cinco duros echaban un café 'pelao' mientras yo me tomaba un quinto de cerveza con el bocadillo de mortadela que me hacía mi madre. Yo también estaba pluriempleado en la empresa familiar y estudiando electrónica en la Escuela de Maestría por las noches.

Luis Fernández, hermano del emprendedor Juan, y tío de don Antonio Fernández Martínez, el jefe, fue la persona más servicial que conocí en este mundo y los clientes lo adoraban porque junto a su hermano Pepe, el recepcionista. Hacían el milagro de atender a todos para seguir cultivando riqueza.

Inolvidable Bonifacio

Si Los Fernández eran grandes emprendedores sería injusto obviar a los Berenguel cuando vivía el padre de Bonifacio y pasaba las noches a la puerta del negocio como guarda principal cuando la seguridad privada no existía. Al fuego de un brasero lo saludaba su hijo siempre puntual para atender el negocio que luego siguieron sus hijos con las máquinas de lavado.

Bonifacio nunca pudo comprar el solar porque era de un señor que se marchó de España (quiero recordar) y lo heredaron los Pardo, uno de ellos Pepe conocido locutor de la COPE. Los días pasaban para Bonifacio cruzando la carretera de ronda para ir a por los 'fideos' ya que vivía en Regiones.

Esta mañana al ver derribada la puerta del viejo Bar me han llovido los recuerdos de aquel aprendiz que estuvo en Saveres desde 1975 hasta 1989 formándose como persona y haciendo una carrera por expreso deseo de don Juan Fernández Rodríguez porque "o apruebas la carrera o te pongo en la calle" me decía de broma. Soy lo que soy por lo que aprendí en Saveres.

La piqueta del progreso ha llegado a la carretera de Ronda y nada volverá a ser como antes.